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ESTANCIAS INFANTILES: Más que un derecho del cuidado de los niños
Por: Esperanza Nalleli Torres González Socióloga UAM-X
ESTANCIAS INFANTILES: Más que un derecho del cuidado de los niños
Por: Esperanza Nalleli Torres González Socióloga UAM-X
Fue en Europa en el siglo XIX, en donde las primeras guarderías tuvieron su aparición, debido al creciente número de mujeres que se enfilaban en la industria, la ausencia de ellas en los hogares generó la necesidad de contar con espacios que se ocuparán de sus hijos mientras ellas trabajaban.
En México el servicio de estancias a cargo del Estado se hace obligatorio hasta 1983 por parte del IMSS, ISSSTE y DIF, sin embargo, con el paso de los años terminó siendo insuficiente el servicio. En 2007 se crea el Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras (PEI), con el objetivo de poder cubrir parte de esta demanda, principalmente de madres que no contaban con ningún tipo de seguridad social y que por tanto velara por el derecho a contar con el acceso al cuidado de sus hijos mientras ellas estudian y/o trabajan.
Para 2018, el PEI había sido etiquetado con más de 4 mil millones de pesos, para atender a más de 400 mil niños, en más de 9 mil estancias que daban servicio de cuidados para la primera infancia en todo el país.
Como ya es de conocimiento, el cambio de gobierno ha traído consigo una vorágine de políticas con cambio en la forma, hoy en el fondo todavía estamos en espera de sacar conclusiones definitivas.
El PEI no fue la excepción, no obstante el cambio en el programa no fue favorecedor para las estancias que estaban dentro del padrón de atención, ya que todas quedaron fuera de las nuevas reglas de operación 2019, en donde queda claro que la modalidad en beneficio de las estancias y lo que esto representa (empleos, cuidados y atención de la primera infancia, capacitación, etc.) no recibirán más apoyo ya que hoy el recursos es de entrega directa a las madres y/o padres beneficiarios.
Lo anterior no es una mera apreciación personal, estimado lector el análisis sustenta este dicho, por lo que comparto algunas notas para que pueda emitir su propio criterio acerca de lo favorecedora o no que puede ser esta política social, y para ello es fundamental contar con diversas partes del hecho.
El programa hasta 2018 había sido uno de los mejor evaluados y reconocido, tanto por organismos nacionales e internacionales, como la ONU, el Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes y el CONEVAL. De acuerdo al Informe de Evaluación de la Política Social de este último “se caracteriza [ba] por una consistencia destacable entre el diseño, la planeación, operación y los resultados alcanzados…”
El mecanismo de operación del programa tanto en; capacitación, entrega de recursos, seguimiento y condiciones de funcionamiento de las estancias, era muy claro y el mismo CONEVAL lo avaló “La operación del programa de las dos modalidades de apoyos del PEI se describe coherentemente en las ROP 2018. Se establece con claridad qué hacer para iniciar y tramitar las solicitudes de apoyos, criterios de selección, así como criterios de elegibilidad y requisitos. Todo ello, cuenta con formatos, mismos que están en los anexos de las ROP.”
El PEI brindó espacios seguros a los hijos de madres que salían a trabajar o estudiar, teniendo una mayor oportunidad de participar en estas áreas, así también se reducía el cuidado por parte de familiares, pero el principal beneficio se tenía al contar con un espacio seguro y que aportará en el incremento del nivel cognoscitivo, de sociabilidad, diversificación de la dieta y la comunicación de los pequeños; al respecto el PEI también demostró resultados positivos poniendo al programa en un nivel de satisfacción de los usuarios de 94 puntos, de acuerdo al Índice Mexicano de Satisfacción del Usuario (IMSU).
Este programa contaba con mecanismos de evaluación que permitían conocer el impacto que se tenía en la pobreza y en la procuración de derechos sociales de la población.
La decisión de trasmutar a un nuevo programa, “Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras” basó su justificación de cambio, en las diversas acusaciones de presunta corrupción que el programa tenía, dentro de los datos que se han dado para ello se dice que; las cifras estaban infladas, que dos de cada 3 estancias eran irregulares, desvíos de dinero, entre otros, y que de esto se tiene un millón 500 mil pruebas que serán del conocimiento público, para lo cual quedaremos muy atentos una vez que estas estén disponibles.
Otro de los argumentos para la desaparición del programa es que de acuerdo a la Secretaría de Bienestar, en el balance obtenido posterior a su censo, más de 310 mil niños debieron haber estado dentro de alguna estancia infantil, sin embargo y de acuerdo a un catálogo de motivos con el que cuentan; como errores en direcciones, inexistencia de los mismos y personas no localizadas, entre otros, no se encontraron a más de 97 mil niños, mismos a los que llamaron “niños fantasmas”.
Si lo anterior es cierto, menos del 30% del padrón tenía fallas, entonces con estos datos y el objetivo de beneficiar a los que más lo necesitan una respuesta viable para el resto de la población beneficiada y la que estaba en lista de espera, podía considerar la limpieza y corrección de las fallas, así como atender los retos del programa y fortalecerlo, extinguirlo aparentemente es rendirse al desafío… pero eso está a su consideración querido lector.
Hoy tenemos este nuevo programa y es necesario mirar al frente y por ello y para no causar suspicacias hay que precisar detalles que nos faltan para comprender su operación.
El nuevo programa no está etiquetado en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2019, por el contrario el PEI existe y tiene un recorte del 50%. Entonces, si el programa iniciado en 2007 sigue vivo en el presupuesto de la federación ¿se incurrió en actos de ilegalidad al dar de baja a todas las estancias empadronadas y que cumplían con las obligaciones que las ROP señalaban?
Hoy el recurso se entrega directamente a los beneficiarios que podría parecer menos dar menos opacidad, pero las reglas de operación hechas para este nuevo programa carecen de medidas que den certeza al adecuado uso del recurso por parte de los beneficiarios y mucho menos contiene el procedimiento de entrega.
No se garantizan medidas de calidad y atención para los niños y eso es fundamental para el desarrollo de la primera infancia. Además el monto del subsidio se redujo $150 pesos, y aun no se conoce la razón.
Lo anterior deriva en la opción y recomendación de poner a los pequeños el cuidado de los familiares; abuelos, tíos, vecinos, etcétera, generando, muy posiblemente, un avance negativo en el desarrollo de la primera infancia que requiere de cuidados específicos y que no los procuran las nuevas ROP.
Finalmente, ante esta decisión del nuevo gobierno de prescindir de tajo de un programa como el PEI, las afectaciones han traído más de mil 300 amparos que se presentaron en más de 22 estados contra la resolución presidencial de eliminar el subsidio. El pasado 8 de junio se ganó una sentencia en favor de aplicar las reglas de operación 2018 y que siguieran siendo las estancias a quienes se les hiciera la entrega de recursos y no los padres.
Así también la CNDH emitió una recomendación en dónde estima la violación a los derechos den los pequeños, resaltando que el programa tenía impactos positivos en el desarrollo integral de los menores, y brindaba certeza a padres e hijos del su cuidado. Asimismo determinó que hoy las estancias que operaban con anterioridad como negocio, seguirán de frente, pero muchas de las que se crearon gracias al programa, es probable que tengan que quedar en el olvido y cerrar, quedando detrás fuentes de empleo, profesionalización y sobre todo un mejor cuidado para los pequeños beneficiados.
Estimado lector, pongamos toda nuestra atención a los cambios que tenemos de frente en cuanto a políticas y gobierno se trate, con una mirada objetiva y crítica, que permita la deconstrucción y nos lleve a la afirmación, que no se actué con cólera y sin denostar al que emita juicio con facultades, hay que atender y fortalecer, hay que nutrirnos con información y tomar decisiones en nuestro quehacer político como ciudadanos.
Hoy, espero el gobierno federal reconsidere sus cambios en el programa o bien se atienda y se estudie a fondo las recomendaciones hechas por distintos organismos, sin emitir juicios de valor que afectan a la sociedad mexicana, para apostar por una política social integral de cuidados de la primera infancia y que no deje lugar a dudas de su uso clientelar.