¡La oración tiene poder!
Por Graciela Edith Coronel Barrios
Presidenta de Comercio Alternativo para una Vida Digna A.C. (CAPUVD)
“Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.” Mateo 21:22 La Biblia nos enseña que la oración es poderosa y eficaz, que hay cosas que solamente sucederán por medio de la oración y el ayuno, que todo lo que pidamos, lo recibiremos.
Pero hay varias particularidades que debemos comprender antes de orar, para que nuestra oración sea poderosa y eficaz y no es que Dios no escuche una mala oración, estimado lector, sino que debemos ser claros y específicos en lo que hablamos o pedimos a Dios, para recibir lo que esperamos.
Primeramente ¿qué es la oración? ¡Hablar con Dios! La biblia nos enseña que cuando oremos lo hagamos íntimamente, que nuestra oración la dirijamos al Padre, que no usemos vanas repeticiones, sino que hablemos con sinceridad al Padre de las necesidades que tenemos. En el libro de Mateo, capítulo 6, podemos observar también que Jesús nos dejó un modelo de oración que seguramente tú lo conoces: el Padre Nuestro, pero ¿qué significa que sea un modelo de oración? Significa que nos enseñó una estructura de cómo debemos orar, observa:
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre: iniciamos nuestra oración indicando que va dirigida al Padre y le damos palabras de reconocimiento y gratitud.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra: le pedimos al Señor que sea establecido su reino en nuestra vida, nuestra casa, nuestra familia, nuestra ciudad, que sea Él quien gobierne sobre nosotros, que se haga su voluntad y no la nuestra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy: este en un momento para hacerle la solicitud de nuestras necesidades y depositar sobre Él nuestras aflicciones. También podemos incluir oraciones por las necesidades de otros.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores: esto nos indica que debemos tomar un tiempo para pedir perdón por nuestros errores (de forma específica) y para perdonar a quienes nos han lastimado.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal: le pedimos también por protección, por ayuda para no cometer errores y que nos fortalezca en medio de nuestras debilidades o pruebas.
porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén: Reconocemos que Él gobierna sobre nosotros, que tiene el poder para hacer todo posible y que solamente Él merece la gloria por lo que hace en nosotros.
Como puedes ver, estimado lector, es mucha la diferencia cuando tomamos el Padre Nuestro como una vana repetición (leyendo solamente lo subrayado)a tomarlo como un modelo de oración, porque en el desarrollo del modelo, nos desnudamos ante el Señor, necesitamos humillarnos ante Él para reconocer nuestros errores y necesidades, se convierte en algo muy personal e íntimo, se convierte en un tiempo de adoración que viene desde tu interior y que alcanza el corazón de Dios.
Otro punto importante para orar es entender que la lucha que tenemos no es contra el hombre… “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Efesios 6:12
Es decir, debemos identificar cuál es el principado, la potestad, el gobernador o las huestes que dominan a los hombres, es contra ellos con quien debemos pelear en oración. Por lo tanto, si nuestro enemigo no es el hombre, nuestra batalla no debe ser terrenal sino espiritual; nuestra batalla la ganaremos en oración y súplica al Señor, pidiendo dirección para ganar. Te vas a sorprender de verte en victoria con mecanismos tan simples que el Señor te dará.
“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,” 2 Corintios 10:3-4
Debemos tener la confianza de que cualquier cosa que le pidamos a Dios conforme a su voluntad, nos será hecha. ¡Cualquier cosa! Debemos orar con fe, no dudando nada. Debemos perseverar en nuestra oración y no estar angustiados por nada, sino traer todo delante del Señor.
¿Te gustaría empezar a practicar con una pequeña oración pero muy significativa?, te invito a que le digas en tu corazón: Señor Jesús, en este día quiero ponerme delante de ti, reconociendo que eres Dios, confieso que mis errores me han alejado de ti, que muchas batallas las he querido resolver con mis medios y mi autosuficiencia sin considerarte a ti, te pido perdón y reconozco que necesito tu ayuda, tu dirección y tu protección, reconozco que necesito la sabiduría que solamente tú das, por eso hoy te recibo en mi corazón como mi Señor y mi único, verdadero y suficiente Salvador, en el nombre de Jesús, Amén!
Jesús: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.” Juan 14:13
