sabías que los libros de texto de la SEP contienen pinturas muy particulares

Por Redacción QP
Son en particular los libros de texto de la generación de 1993 al 2007, los que han dejado una huella importante en la cultura popular mexicana
Los libros de texto gratuitos emitidos por la Secretaría de Educación Pública (SEP), han marcado incontables generaciones de estudiantes. Forman parte de nuestros ayeres, de nuestra educación en las primarias, de cuando éramos niños y pocas semanas después de iniciar el ciclo escolar, llegaban los cajas cargadas de libros que después no cabían en las mochilas, y regresar a casa se convertía en una odisea complicada y feliz.
Algunos de estos libros forman parte todavía de nuestras bibliotecas personales, se han vuelto parte de la cultura popular, han suscitado la curiosidad de nuevas generaciones, y han justificado las melancolías de los adultos de hoy que por medio del olor de las hojas viejas, las lecciones de historia y matemáticas, los cuentos y anécdotas recuerdan a los niños del ayer.
No obstante, son en particular los libros de texto de la generación de 1993 al 2007 los que han dejado una huella importante en la cultura popular mexicana; catorce años en los que estos libros acompañaron a cientos de miles de niños, incontables generaciones de estudiantes de primaria que leyeron, escribieron y aprendieron con el libro del “globo”, del “perro”, del enorme Atlas de México que no cabía en ninguna mochila, que disfrutaron con los cuentos de “Paco el Chato” y “Juan sin miedo”, y tantas otras historias que hoy valoramos como algo importante.
Algo que caracterizó a esta serie de libros de texto fue que en cada grado escolar el color de los mismos era distinto, además de que incorporaron en sus portadas las pinturas de artistas mexicanos, rasgo que volvió icónicos a los ejemplares.
Aquí el origen de algunas de estas pinturas que nos acompañaron en las clases escolares de nuestra infancia, cuando el futuro todavía parecía algo muy distante, y nos perdíamos en el olor fresco del papel recién impreso, aguardando impacientes el momento del recreo.
“Juguete de barro de Metepec”, de Roberto Montenegro

El famoso “perrito”, que ilustró el libro de Español Lecturas, de primer grado, es obra del pintor Roberto Montenegro, una imagen que apela de inmediato a la nostalgia y que, con muy poco, logra remover los recuerdos. En ella, el artista retrató una simple figura de barro del pueblo de Metepec, y con eso fue suficiente para convertirse en un clásico. Cabe destacar que Montenegro es un artista tapatío.
“El globo”, de Ramón Cano Manilla

Pintada por Ramón Cano Manilla en 1930, “El Globo” muestra una colorida feria de algún pueblo en México, cuyo epicentro fascinante es la gente congregada en torno a un globo aerostático que, por obra y gracia del calor, comienza a cobrar vida. En el fondo vemos campos, casas de teja y adobe, la cima del volcán nevado, y que nos transporta a un México en el que algo entonces tan inusual como un globo era razón suficiente para el nacimiento de una fiesta. La pintura da portada al Libro Integrado de primer grado.
“Hombre ante la luna”, de Rufino Tamayo

Ilustrando el enorme Atlas de México de cuarto grado, libro que generaba tanto entusiasmo como fastidio por su tamaño desproporcionado, pues no había manera posible de meterlo dentro de la mochila. Rufino Tamayo es el autor detrás de la obra, una imagen un tanto misteriosa, que, como el color de su fondo, evoca lo azul: la tristeza, lo majestuoso, lo que carece de nombre y no comprendemos, lo que nos invade el pecho cuando alzamos la mirada ante la luna.
“Hidalgo incendiario”, de José Clemente Orozco

La imagen poderosa y también aterradora del Hidalgo en el centro de un mar de fuego es obra del gran José Clemente Orozco, uno de los tres grandes del muralismo mexicano, y se encuentra en el Palacio de Gobierno de Jalisco, en el Centro Histórico de Guadalajara. Ilustró el libro de Historia de cuarto grado.
“La ofrenda”, de Saturnino Herrán

Obra del pintor originario de Aguascalientes, “La ofrenda” ilustró el libro de Español Lecturas de quinto grado, y muestra una imagen muy poderosa, característica de un México que cada vez se queda más en el pasado; una embarcación cargada de racimos de cempasúchiles, atravesando un lago en una procesión en el agua.
“Fenómeno de la ingravidez”, de Remedios Varo

Esta obra de la gran Remedios Varo formó parte de otro libro que causó problemas a los estudiantes de quinto grado: el enorme Atlas de Geografía Universal. La pintura responde al onirismo característico de la española que no obstante, hizo de México su hogar: un hombre misterioso, tanto hechicero, mago y astrólogo, haciendo gravitar entre sus manos la figura del mundo.
“Los volcanes”, del Dr. Atl

Pintura perteneciente al libro de Geografía de sexto grado, y creada por Gerardo Murillo, el legendario Dr. Atl. Fue un hombre que amaba los volcanes, y que dedicó gran parte de su vida y de su obra a la contemplación de los colosos de fuego de México, de las cadenas montañosas, de los valles de piedra y silencio amurallados por mar de nubes.
“Madre campesina”, de David Alfaro Siqueiros

Creada en 1924, hace 101 años, Siqueiros retrató a una mujer con un niño en brazos, en el centro de un campo extraño, desértico y seco, como atravesando un pasaje de incertidumbre. La enigmática obra sirvió como portada para el libro Español de sexto grado.
“El Citlaltépetl”, de José María Velasco

Pocos artistas retrataron los paisajes mexicanos como el legendario maestro José María Velasco.En “El Citlaltépetl” nos transporta a las cañadas y los valles, a hondonadas arboladas y barrancas formadas por el fluir del río, mientras el tren atraviesa las inmensidades transparentes cuyo punto de partida es el gigantesco Pico de Orizaba y sus nieves que entonces se creían eternas. La hermosa pintura forma parte del libro Geografía de cuarto grado.
“El valle de México desde el cerro del Tenayo”, de Eugenio Landesio

“El valle de México desde el cerro del Tenayo” fue pintada en 1870 por el artista italiano Eugenio Landesio, el cual fue maestro de José María Velasco. Este paisaje es una de nuestras únicas maneras de poder vivir en un valle de México extinto, antes de que la ciudad se volviera un monstruo de rascacielos y concreto. Es en esta obra detallada, melancólica y crepuscular que podemos ver los volcanes nevados, el lago que aún existía, las montañas y las nubes como colosos del silencio ensombreciendo las planicies que todavía no arrasaba el hombre. La obra forma parte del libro Geografía de quinto grado.
El catálogo de libros de texto gratuitos de la Secretaría de Educación Pública puede consultarse de manera digital en la página oficial del Gobierno de México, dando clic en el siguiente enlace: https://historico.conaliteg.gob.mx/?g=1993&a=5