24 noviembre, 2024

Escritoras mexicanas que vendrá para este 2022

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Por Redacción QP

Estas mujeres luchan y se abren camino en el mundo literario para que sus obras lleguen muy lejos

Más allá de lo que aún falta por vencer, la presencia de las mujeres como escritoras en el ámbito literario del país es cada vez más determinante y, sobre todo, visible. Sin embargo, para contravenir un ecosistema editorial que continúa siendo adverso para periodistas, poetas, ensayistas y narradoras, la idea es acentuar los mecanismos de la promoción que hagan asequibles las obras de aquellas que sobresalen y van abriendo camino para un panorama que sigue creciendo, abriéndose y diversificándose de manera saludable (aunque lenta, justo es decir).

He aquí un listado de algunas escritoras que ya son presencias ineludibles para quien desee conocer la literatura mexicana de hoy día; un conjunto de talentosas mujeres de las que conviene esperar mucho para el futuro. Veamos que depara el año entrante a su creciente número de lectores.

Verónica Gerber Bicecci

(Ciudad de México, 1981)

Desde hace tiempo, esta escritora ha roto las barreras que suelen separar el arte visual y experimental dentro de la literatura; es más, se define a sí misma como “una artista visual que escribe”. De lejos, su obra más famosa es “Conjunto Vacío” (2015), en la que crea un juego entre recursos narrativos, lingüísticos y gráficos, para contar una historia de manera novedosa.

En otro de sus libros, “Mudanza” (2010), los personajes -en un arrebato de lucidez y demencia– deciden renunciar, abandonarse a la contingencia para colocar su existencia, cuerpo y trabajo, en un espacio de indeterminación; el texto recoge las pruebas de una propensión innegable al absurdo. Son ensayos que tienen como propósito darle vuelta a la literatura para reencontrarse con ella, de manera renovada.

Cristina Rivera Garza

(Matamoros, Tamaulipas, 1964)

El Informador 

Es una de las escritoras mexicanas contemporáneas que ya es una sólida figura en el panorama literario a nivel internacional. Su prosa es un verdadero desafío narrativo que conjuga géneros, estructuras y hasta perspectivas para ir develando sus historias, a lo cual puede agregarse -por lo general- una exhaustiva investigación para llevar a cabo sus novelas históricas, como “Nadie me verá llorar” (1999), por ejemplo, un verdadero rompecabezas que reta a sus lectores pero, también, cuenta pasajes de la historia mexicana de manera única, mezclando ficción y realidad.

Su más reciente obra, “El invencible verano de Liliana” (2021), es un libro en el que la autora se sumerge en la historia de su propia hermana, quien fue víctima de feminicidio hace más de tres décadas, pero cuya fatal experiencia posee una terrible actualidad. Tras la obtención del Premio Iberoamericano de Letras ‘José Donoso’ en Chile, el futuro inmediato prefigura nuevos triunfos para la mexicana que, como muchos, tiene ya 39 años de radicar en los Estados Unidos.

Brenda Navarro

(Ciudad de México, 1982)

Especial 

Es socióloga y fundadora de Enjambre literario, un proyecto de escritoras y periodistas iberoamericanos. Publicó en la web “Kaja Negra” (2018), una novela nacida de su preocupación y reflexión de lo que sucedía en México con la violencia desatada por la guerra al narcotráfico, los desaparecidos, la injusticia, el miedo y la zozobra. Todo ello lo volcó en la historia de dos mujeres: una a quien le roban su hijo de 3 años y otra que lo cría como propio; ahí se mezclan la violencia en diferentes niveles y la maternidad rodeada de desamparo, dolor y dudas. El impacto fue tal que poco después la editorial Sexto Piso la publicó como “Casas vacías” (2020), que hoy es una de las mejores primeras novelas en español de los últimos años.

Para marzo de este año se espera su nueva apuesta novelística, “Ceniza en la boca”, una historia de separaciones y abandonos, de muerte y de iniciación a la vida, donde la autora no teme abordar temas tradicionalmente esquivos para la ficción, como la desigualdad, la xenofobia o el desplazamiento como destino único.

Sylvia Aguilar Zéleny

(Hermosillo, Sonora, 1973)

Es narradora, licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad de Sonora, maestra en Estudios Humanísticos por el ITESM y maestra en Escritura Creativa por la Universidad de Texas, donde se desempeña actualmente como directora de la Maestría en línea. Es coordinadora de Casa Octavia, una residencia para escritoras en El Paso, Texas; formó parte del Laboratorio Fronterizo de Escritores de Tijuana-San Diego en 2006. En 2013 obtuvo el Premio Nacional de Cuento Ciudad de la Paz y ganó el Premio Nacional de Novela Tamaulipas en 2015.

Por si fuera poco, es autora de cuentos y novelas en los que explora temas alrededor de la infancia, la vida en la frontera entre México y Estados Unidos y la normalización de la violencia familiar y de género. Entre sus libros destacan “Una no habla de esto” (2007), “Todo eso es yo” (2016), “Nenitas” (2013) y “Basura” (2018), que se publicará en España el año entrante; pero recientemente obtuvo reconocimiento a nivel nacional gracias a “El Libro de Aisha” (2018), una novela híbrida que tiende direcciones de sentido hacia lo autobiográfico y la crónica, ensamblada a partir de conversaciones, cartas, diálogos, correos, apuntes, entrevistas y recortes bibliográficos que nos confrontan con la idea del yo y el amor como abismos donde el pasado y la memoria ayudan a configurar una presencia ausente.

Liliana Blum 

(Durango, 1974)

El Informador 

Es autora de libros como el volumen de cuentos “Tristeza de los cítricos” (2019) o las novelas “Pandora” (2015) y “El monstruo pentápodo” (2016), en los cuales explora el lado oscuro del corazón de las personas, sus orígenes, sus intrincados mecanismos.

De igual manera, aborda las diferentes formas cotidianas de la violencia, y las corrientes que recorren el interior de los individuos y explotan en su entorno, a veces de manera normal. Realiza también una indagación en las relaciones complejas entre hombres y mujeres, y su incapacidad para aceptar que algunos afectos tienen fecha de caducidad, lo que conduce a la infelicidad.

Asimismo, no ha dejado de adentrarse en la violencia del narco y del crimen en México, algo que la ha tocado de cerca, pero no escribe de ella como tal sino desde la ficción de lo íntimo y lo social, aquello que nos concierne a todos. El año anterior fue fundamental pues publicó su antología de narrativa breve “Todas hemos perdido algo” (2020) y su novela “Cara de liebre” (2020).

TOMA NOTA

5 escritoras a las cuales volver

  • Nellie Campobello (Villa Ocampo, 1900/ Progreso de Obregón, 1986): Nacida en Durango, esta escritora y bailarina padeció la Revolución Mexicana y supo plasmarla en su obra. Su libro más conocido es “Cartucho” (1931), una serie de relatos cortos sobre la revolución narrados desde la perspectiva de una niña.
  • Elena Garro (Puebla, 1916/ Cuernavaca, 1998):Escribió sobre todo narrativa y teatro. En 1963, ganó el Premio Xavier Villaurrutia por “Los recuerdos del porvenir”, novela ubicada durante la rebelión cristera. Escribió piezas breves para teatro y tiene un volumen de cuentos llamado “La semana de colores”.
  • Rosario Castellanos (Ciudad de México, 1925/ Tel Aviv, 1974): Una figura definitiva para el pensamiento feminista en nuestro país. Practicó la escritura de diferentes géneros y entre sus obras destacan “Oficio de Tinieblas” (1962) y “Balún Canán” (1957), la cual narra los enfrentamientos entre terratenientes e indígenas en Comitán, Chiapas.
  • Inés Arredondo (Culiacán, 1928-Ciudad de México 1989): Integrante del grupo de escritores conocido como Generación del Medio Siglo, escribió pocos pero grandes libros. Es conocida sobre todo por su faceta de cuentista, donde destacan sus libros “La señal” (1965), “Río subterráneo” (1979) y “Los Espejos” (1988).
  • Amparo Dávila (Pinos, 1929-Ciudad de México, 2020): Escribió cuento y poesía. Como narradora, se le ubica dentro del género fantástico, por medio del cual hizo duras críticas a la opresión sufrida por las mujeres. Desde hace más de una década, el Fondo de Cultura Económica publicó su libro “Cuentos reunidos” (2010).

Coral Bracho 

(Ciudad de México, 1951)

Notimex 

Coral Bracho es, definitivamente, una de las poetas más sobresalientes del país. Sus poemas pueden versar sobre asuntos cotidianos, lo mismo que acerca de botánica, zoología o geología (a veces de formas eróticas o extrañas). Encarar la lectura de sus textos implica un riesgo emocional pues lo que escribe resulta siempre una experiencia íntima. “Peces de piel fugaz” (1977) o “La voluntad del ámbar” (1998) son grandes poemarios para empezar a leerla, pero lo mejor es acercarse a su “Poesía reunida: 1977-2018” (2019), un libro “único”, en palabras del poeta David Huerta, en el que podemos apreciar una escritura que “trasciende la literatura para transformarla y darnos una obra que se nos aparece como lo que siempre ha debido ser la poesía: un hecho radical del espíritu y de la sensibilidad”.

Fernanda Melchor

 (Boca del Río, Veracruz, 1982)

Pocos o nadie duda que se trata de una de las voces femeninas más celebradas de la literatura mexicana contemporánea, cuenta ya con media docena de libros pero entre ellos destaca su novela “Temporada de huracanes” (2016), la historia cruenta de un grupo de niños que encuentra el cadáver flotante de una bruja, un inicio que prefigura su exploración de los actos más violentos de que son capaces las personas.

A esa novela podemos sumar “Falsa liebre” (2013) y el volumen de crónicas “Aquí no es Miami” (2013). Ahora, es una de pocas escritoras mexicanas incluida en la lista del otro boom latinoamericano publicada en 2017, pero gracias a su más reciente publicación, “Páradais” (2021), se le incluyó en el top 10 de los mejores libros del año.

Laura Baeza

(Campeche, 1988)

Especial 

Es una poeta, cuentista, editora y violinista. Obtuvo el Premio Nacional de Cuento Breve ‘Julio Torri’ por el libro “Ensayo de orquesta” (2017), y el Premio Nacional de Narrativa ‘Gerardo Cornejo’ por “Época de cerezos” (2017), un volumen de cuentos que tienen como premisa los desatinos de la cotidianidad, la violencia en diferentes niveles, desde la física hasta la corrupción en las administraciones públicas.

Su debut como novelista lo tuvo este año, gracias a la aparición de “Niebla ardiente” (2021), una historia estremecedora que habla sobre la pérdida, el duelo y el amor pero, sobre todo, acerca de la culpa y la necesidad de perdonar. La protagonista, que ya una vez huyó, deberá cruzar de regreso el Atlántico para enfrentar un destino sorpresivo.

Alaíde Ventura Medina

(Xalapa, Veracruz, 1985)

El Informador 

Es antropóloga, escritora y editora. Ha escrito “Como caracol” (2018), libro con el que obtuvo el Premio Gran Angular, y “Entre los rotos” (2019), novela por la que recibió el Premio Mauricio Achar; el cual le concedieron -según el acta del jurado- porque es “una impecable construcción narrativa, un relato ágil y preciso sobre una familia rota por la violencia y el silencio. Una arqueología íntima basada en diversos recursos de la memoria como fotografías, listas y definiciones personales”, además de tratarse de “una novela inteligente y emotiva que reflexiona sobre la forma como se han ido transformando las emociones a comienzos del siglo XXI”.

Sara Uribe

(Querétaro, 1978)

El Informador 

Es reconocida, sobre todo, por su libro “Antígona González” (2012), una obra literaria que fusiona distintos géneros y en la que nos cuenta una historia llena de emoción y tristeza por la realidad que se vive en el país; se trata de una mezcla entre poesía y narrativa, un texto doloroso y necesario sobre las fosas clandestinas y el desenterrar a los muertos en México, para lo cual la autora hace uso de (y “mexicaniza”) la tradición dramatúrgica de su personaje a lo largo de la historia.

Otro de sus libros, “Siam” (2012), se conforma de una serie de poemas narrativos que hablan sobre la hermandad desde distintas fronteras, es una escritura rompe con muchas de las ideas preconcebidas acerca de “lo que debe ser” la poesía, y nos brinda una nueva perspectiva sobre la literatura contemporánea. Su más reciente publicación es “Un montón de escritura para nada” (2019), donde desmitifica la figura del poeta y lo muestra como un eslabón más en la cadena de producción, cercado por un sistema literario opresivo y altamente masculino.

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