Ante la incertidumbre, legisladores y asociaciones empresariales han mostrado un “optimismo cauteloso” por el nuevo acuerdo, o han señalado que no es el mejor pero, por el momento, es el más viable.

En este sentido, el legislador republicano que preside la Comisión de Recursos y Arbitrios de la cámara baja, Kevin Brady, dijo que espera “analizar cuidadosamente los detalles y efectuar consultas en las próximas semanas para determinar si la nueva propuesta responde a las prioridades comerciales establecidas por el Congreso”, según consigna AP.

Mientras el número dos del bloque de senadores republicanos, John Cornyn, dijo que el anuncio del lunes era un “paso positivo”, pero que Canadá debe ser parte del acuerdo final. “Un acuerdo trilateral es el mejor camino hacia adelante”, añadió y destacó que había millones de empleos en juego.

Según la agencia EFE, asociaciones empresariales de la región fronteriza de Estados Unidos y México mostraron un “optimismo cauteloso”, aunque quieren esperar a conocer los “detalles” y a que Canadá se sume a las negociaciones.

El pasado lunes 27 de agosto, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de México, Enrique Peña Nieto, anunciaron un “entendimiento” comercial.

MÉXICO, EL QUE MÁS PIERDE

Medios especializados como The Economisthan expresado que “el acuerdo se ve bien para Estados Unidos solo a través del prisma distorsionador del mercantilismo del Presidente. Y Trump está siguiendo su agenda comercial con una belicosidad imprudente que hace que sea más probable un resultado caótico”, menciona la revista británica especializada en negocios.

Para The Economist, México cedió a varias demandas de Estados Unidos por razones políticas:

“México se ha adherido a tantas de las demandas de Trump en parte por razones políticas internas. Le conviene tanto al Presidente saliente, Enrique Peña Nieto, como a su sucesor, Andrés Manuel López Obrador, firmar cualquier acuerdo antes de la transición el 1 de diciembre. Pero el principal factor fue la amenaza de Trump de imponer aranceles a todas las importaciones de automóviles, no solo a los que están por encima de cualquier cuota, una amenaza que todavía se cierne sobre Canadá. El Presidente (Trump) aún puede extender sus tácticas duras a sus tratos con el Congreso, cancelando el TLCAN original para obligar a los legisladores a elegir entre el nuevo acuerdo y el caos”.

Incluso, el The Wall Street Journal calificó al acuerdo de “notablemente peor en muchas maneras”, según su editorial del pasado martes 28 de agosto.

El diario señaló que pese al “rally de alivio” que el nuevo acuerdo generó en los mercados, la aprobación del mismo está en la incertidumbre dado que los tiempos legislativos de Estados Unidos lo expondrían a ser discutida por la siguiente legislatura que podría tener mayoría demócrata.

La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, ha expresado que aún hay temas pendientes para cerrar un acuerdo con EU. Foto: Andrew Harnik, AP.

También se duda de si la administración de Trump está calificada para firmar un acuerdo que excluya Canadá, pues el mandato de negociación incluía a todos los integrantes del TLCAN.

Mientras las dudas persisten, “las negociaciones entre EU y Canadá continúan”, indicó en un comunicado un portavoz de la Oficina del Representante de Comercio Exterior de EU, encabezada por Robert Lighthizer, sede de las conversaciones.

Por su parte, Freeland aseguró a los periodistas a la entrada del edificio que todos han tenido “una noche para reflexionar” y mostró su disposición a escuchar lo que Lighthizer tiene que “decir esta mañana”.

En caso de que no se llegue a un acuerdo con Canadá, Trump ha advertido sobre la imposición de aranceles a los automóviles fabricados en Canadá, y el establecimiento de un tratado comercial sólo con México.

-Con información de EFE y AP.