El Quehacer Político a través///Jose Alberto Prado Angeles///gentrificación?

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Por José Alberto Prado Angeles

Director General y Editor

En México a todo nos hemos acostumbrado; así como ya vemos con naturalidad las decenas de asesinatos violentos de todos los días, del conocimiento de desaparecidos, de los frecuentes descubrimientos de fosas comunes en diferentes regiones de la República y de los ya cotidianos actos de extorsión con miles de comerciantes en todos los niveles económicos -entre otras cosas-, ya también es habitual esperar que en cada manifestación pública que organice la sociedad u organizaciones civiles aparezcan los intrusos encapuchados y hagan destrozos a “diestra y siniestra”. 

El caso más reciente fue el domingo pasado en la Ciudad de México durante la segunda marcha contra la gentrificación, en donde causaron destrozos a inmuebles y patrimonio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde no hubo nadie quien lo impidiera o que intentara por lo menos evitarlo.

La respuesta de las autoridades de la Ciudad de México, en este caso la jefe de Gobierno, Clara Brugada, fue de dar pena. Y si no, veamos lo que dijo: “El día de ayer hubo una manifestación, en la que hubo PRESENCIA policíaca, pero no obstruyó la manifestación; rechazamos enérgicamente lo que sucedió al interior de la UNAM. La marcha, como dije, FUE PACÍFICA. Sin embargo, hubo disturbios cuando los manifestantes entraron a la UNAM y mucha gente se pregunta por qué no se actuó si había policía. Queremos dejar muy claro que respetamos la autonomía universitaria y esa autonomía impide -y lo vamos a respetar siempre de los siempres-, que no entren fuerzas de seguridad a la UNAM”. La pregunta sería, ¿por qué no se les detuvo cuando salieron los agresores fuera del perímetro universitario?

Pero más que pena, da risa la declaración de la máxima autoridad capitalina, cuando en otras manifestaciones -como la que sucedió el pasado 8 de marzo, para no ir muy lejos- no solo en la Ciudad de México, hubo actos vandálicos y conatos de bronca en varias ciudades del interior de la República y tampoco hubo consecuencias para quienes alteraron el orden público y causaron daños a decenas de negocios.

Aunque nuestra Constitución no define explícitamente la alteración del orden público, el artículo 49 permite al Poder Legislativo crear leyes que establezcan los parámetros de lo que es alteración del orden y las sanciones correspondientes. Y en la Constitución Política de la Ciudad de México, en su artículo 7 -inciso B- se habla de “Libertad de reunión y asociación”, donde se señala que “Todas las personas tienen derecho a reunirse PACÍFICAMENTE… sin afectar derechos de terceros”. Pero, aunque la ley los ampare para actuar para evitar violencia y destrozos, además de aplicar correctivos, la autoridad se cruza de brazos. 
Mencionar los casos en que los “anarquistas” han infringido la ley y que no hay autoridad que se los impida -que a todos nos consta-, es imposible enumerarlos. ¡Hasta cuándo!

Así el Quehacer Político Desde 1980, 45 años inquiriendo en la política de México, cuestionando, exponiendo, revelando y razonando.Es cuanto.

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