El Quehacer Político en la Cultura a través del enfoque///Litza Deniss Durán Espinosa///DRAMATURGAS MEXICANAS ¿PERSPECTIVA DE GÉNERO?
Por Litza Deniss Durán Espinosa
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El teatro universitario se caracteriza por su espíritu fundamental- mente experimental, lo que no significa que no sea profesional. A través de sus diferentes épocas ha ido conforman- do un gusto y un estilo, tanto en sus espectadores como en sus directores y en la introducción de corrientes específicas en lo que a dramaturgia se refiere. El siglo XX se caracterizó como un momento de preocupación donde grupos, directores y drama- turgos están a la búsqueda de un Teatro Mexicano. Y es de este último punto de don- de voy a hacer un primer esbozo de lo que ha sido la dramaturgia feme- ninaenMéxicoduranteelsigloXX, identificar si existe dentro de ella una perspectiva de género y el gra- do de recepción que ésta ha tenido en el público. En general, podría decirse que la dramaturgia nacional es uno de los espacios predilectos de la intros- pección, sean las causas porque no existe una atracción por las formas impuestas por el realismo ni por la llamada “problemática social” y por ello los y las dramaturgas se han volcado sobre sí mismos. Por una parte, se interesan más por la meta- forización de la problemática exis- tencial y, por otra, por la exposición
de esta problemática, dada, —en principio— a través de un teatro metafórico —visual y físico— que muestra las diferentes perspecti- vas de un mismo problema, de una misma persona. Finalmente, lo que importa en el teatro, es el compor- tamiento humano y, en ese sentido, también cómo conocer la conducta humana a través del conflicto que plantea el hecho teatral. En este caso, el mundo femenino. Nombrar el mundo en femenino se refiere a la obra de reconoci- miento y de creación de significa- do de las relaciones sociales hecha a lo largo del tiempo por mujeres. A esta obra de creación de signifi- cado, de reconocimiento del senti- do del mundo en que vivimos, se le llama hacer orden simbólico. No es, sin embargo, un proyecto del siglo XX. Pienso que en todas las épocas de la historia ha habido mujeres que han vivido y han dicho el mundo en femenino desde su experiencia per- sonal. Unas, las genias, como Tere- sa de Jesús, Virginia Woolf o María Zambrano nombraron el mundo a lo grande, acertando a consumar con su vida y su escritura una revolu- ción simbólica, que logró captar el sentido nuevo y clave de toda una época, su verdad peculiar. Otras muchas, en buena parte anónimas, lo han hecho en su parte de la so- ciedad con su vida y su palabra, una palabra muchas veces no escrita para el público. En este caso particular sí he de referirme a aquellas que dieron su palabra escrita específicamente para un público: las dramaturgas ¿de qué hablan? ¿cuáles son los temas cen- trales de sus obras?; ¿quiénes las protagonizan? ¿se atreven a nom- brar el mundo desde un lenguaje femenino?; ¿hay una perspectiva de género en las dramaturgas mexica- nas?; ¿esta dramaturgia femenina ha sido igual durante todo el siglo XX?; ¿evolucionó? Y si así fue… ¿de qué manera? Para ello, iniciaré con una breve semblanza de algunas de ellas. María Luisa Ocampo.- (1907- 1974) De los temas acerca de la situación de las mujeres frente a la sociedad dio muestra en su prime- ra comedia Cosas de la vida en la que recogió el caso de una madre, Luisa, que pese a su dolor al verse menospreciada y a su egoísta amor maternal comprendía su obligación de sacrificarse para no ensombrecer la vida de su hijo. Luego pasaría a conflictos más audaces para ser to- cados por una mujer de su época: En La virgen fuerte planteaba el drama en torno a la eutanasia, y también la actitud heróica correspondía a una figura femenina. Al otro día fue una comedia de ambiente rural, con pro- blemas específicos de la clase cam- pesina, las inundaciones, la pérdida de cosechas y la emigración de los peones que terminan como presun- tos braceros; pero había también el espíritu de una mujer, la madre, que se sobrepone a las calamidades para vencer las rencillas entre los hijos. Muchas otras de sus obras tocan temas femeninos como lo reflejan los títulos: Castillos en el aire, La casa en ruinas y Una vida de mujer. Todas ellas representadas antes de 1938. Concepción Sada.- (1899-1981) En su comedia Un mundo para mí contenía puntos melodramáticos donde el mundo desolado de la pro- tagonista se resolvía recobrando su poder creativo, “con el mismo amo- roso acento y la misma fidelidad a los derechos femeninos que carac- terizaron a sus obras en general”. Por otro lado, su teatro se distinguió por la discreta pasión con que ele- gía y componía sus temas de intriga sentimental y con el que expresaba su afán de reivindicación femeni- na. Aunque su producción dramá- tica fue breve: El tercer personaje, Como yo te soñaba y En silencio es digno de mencionar que fue au- tora del proyecto que en 1939 fue presentado a la Secretaría de Edu- cación Pública para la creación del teatro infantil. Luisa Josefina Hernández.- (1928) Su teatro marca un parteaguas en la dramaturgia femenina apartándose absolutamente de otras escritoras que siguieron cultivando el melo- drama. Su obra se caracteriza por un talento reflexivo capaz de controlar la “llamarada sentimental” pero con- servando un dejo romántico creando un estilo particular acaso rayando en lo sombrío. El mundo cotidiano y los caracteres de provincia con sus distintivos conflictos familiares, constituyeron los grandes temas de sus obras. Sus personajes se carac- terizan por ser complejos, con cierta acidez, frustración y amargura en algunos de ellos como es el caso de la tía Paloma en Los frutos caídos lo cual no deja en ningún momento de presentarnos seres reales aunque no particulariza sobre temáticas es- pecíficamente femeninas muchas de sus obras tienen como tema central las relaciones de pareja, caracterís- ticos de la dramaturgia femenina y cito como ejemplo: Las bodas. Elena Garro.- (1920-1998) Su tea- tro comprende asuntos que parecían sencillos por cotidianos y dema- siado familiares, por su inmediata cercanía, porque eran juegos infan- tiles, recuerdos. Así lo alegórico y lo fantástico se ironizaba hasta ha- cerse poesía. En un hogar sólido se trata casi de un teatro surrealista que muestra la íntima frustración feme- nina, no se daba nada parecido a la zona intermedia, etérea, indefinida, sino la crípta misma con sus muros y techos de piedra y sus literas em- potradas en sus muros para descan- so de los cadáveres; la losa sobre la tumba completaba un hogar sólido. Tema de particularidad significa- ción en el imaginario femenino. Maruxa Villalta.- (1932) Su prin- cipal obra dramática se ubica en los años sesentas y pasó por diversas tendencias estilísticas, desde el tea- tro del absurdo hasta el brechtiano. A este periodo pertenecen Una mu- jer, dos hombres y un balazo. En la década de los años noventa se vio atraída por un teatro de ideas cris- tianas donde destacan: Una voz en el desierto, Francisco de Asís, Jesu- cristo entre nosotros, y En blanco y negro. No puede decirse que su te- mática sea de índole particularmen- te femenina. Sabina Berman.- (1953) Su obra dramatúrgica destaca porque ha sido de gran éxito dentro del teatro comercial. Desde sus obras dirigi- das al público infantil han sido bien recibidas también por los adultos. En la década de los años ochenta sus comedias sobre temas de pare- ja han destacado en los escenarios. Entre ellas destacan: El suplicio del placer, Pecado de tu madre, El amor existe, Muerte súbita y por supues- to: Entre Villa y una mujer desnuda siemprebuscandolavigenciadelas relaciones sexuales de una genera- ción que busca su definición entre lo heterosexual, lo homosexual y lo bisexual. Sin duda es también ésta una de las razones del éxito de que se haya mantenido tanto tiempo en cartelera. Si bien no es exclusiva- mente un tema que incumba a las mujeres, pues ya se mencionó que parte de su éxito radica en su temá- tica de interés general, si considero característico de la dramaturgia fe- menina el preocuparse por su des- cripción y lo más rescatable de ello me parece es la visión y perspectiva de género que Berman aporta al tea- tro mexicano. Estela Leñero.- (1960) Es una dramaturga no muy preocupada por su condición de género, más bien preocupada por la búsqueda de la escritura dramática propensa al mi- nimalismo. Con frecuencia es la di- rectora de sus propias obras como en el caso de Insomnio, Paisaje in- terior, Verbo líquido y Habitación en blanco. Siendo algunas de ellas verdaderos éxitos del teatro experi- mental. Como se puede observar: hay más diversidad que unidad femenina.
Así el Quehacer Político en la cultura a través del enfoque, de Litza Deniss Durán Espinosa, inquiriendo en la política de México, cuestionando, exponiendo, revelando y razonando.Es cuanto.