El Quehacer Político a través de la bitácora antropológica///Said Vázquez///Esto no se termina, hasta que se acaba
Por Mtro Said Vázquez
Un conjunto de fases sucesivas son las características de un proceso. Hace un mes inicio la campaña electoral, una de las fases del proceso electoral, después vendrá la elección y por último la validez de las elecciones.
Desde el oficialismo se ha propagado la falsa idea de que la elección está ya decidida, es decir, una de las fases del proceso está superada, lo que virtualmentela cancelaría. En algunos círculos de la sociedad esta falsa idea ha permeado, asumen que la elección estáconsumada, como si fuera ya un hecho la victoria del oficialismo, en ese sentido, su participación en el proceso es inútil. El poder apuesta a una baja participación, a un desanimo del proceso.
Sin embargo, la realidad es todo lo contrario, mientras que se difunde la falsa idea desde el poder y no desde la candidata se hace ilegalmente campaña al atacar e intimidar a la oposición, incluso a ciudadanos que tienen ideas diferentes a la 4t. Parece que el poder no está tan seguro como quiere hacer creer que la continuidad está asegurada. Sin embargo, en varios estados de la república incluida la propia CDMX y sectores sociales, hay un hartazgo de los abusos, ineptitud e indiferencia del ejercicio del poder, por ejemplo, Campeche, Veracruz, Nuevo León, Guerrero, Zacatecas, las madres buscadoras, los padres de Ayotzinapa, grupos ambientalistas, feministas, sin duda, los problemas creados y no resueltos por lasadministraciones federal y locales se acumulan en temas como: salud, el tren maya, los miles dedesaparecidos, combate a la corrupción, seguridad, ataques a la prensa. Insistir en que la elección está decidida y el triunfo oficialista, es insensato pues crea un nuevo riesgo, un conflicto poselectoral que sólo puede beneficiar al poder en un contexto de militarización, polarización y de institucionesindependientes debilitadas como la Suprema Corte de Justicia de la Nación la Comisión Nacional de Derechos Humanos y los organismos de transparencia, incluso los árbitros electorales como el INE y el tribunal Electoral.
Para sectores opuestos al oficialismo la continuidad se presenta como una tragedia. La candidata del oficialismo no propone algo nuevo, repite como mantrael discurso vertido desde el monologo mañanero, aún peor llega al extremo como si la realidad fuera la misma de reciclar las viejas promesas de campaña del 2018. Resulta grotesco prometer: “Terminar con la corrupción” ¿De qué corrupción habla, acaso, de la corrupción del último sexenio, como se ha comprobado en SEGALMEX, o la mediática sospecha del llamado clan? Por supuesto que no lo hará, no habla de esos actos de corrupción, solo recicla y repite un slogan que, en la elección del 2018, les dio voz y visibilidad a los que se sentían indignados por los abusos de corrupción, también ese discurso hizo eco en los que se consideraban marginados o desplazados del sistema.
El nuevo sistema implementado por la auto determinada cuarta transformación, no ha resultado mejor al que sustituyo y si peor en rubros como salud, seguridad, protección al medio ambiente, trasparencia, combate a la corrupción, por poner algunos ejemplos. El modelo 4t está construido en el revanchismo e improvisaciones. Al principio de esta administración entre sus funcionarios era común escuchar: “Ya nos tocaba”. “Fueron muchos años de lucha para que esto fuera nuestro”. Comentarios que ilustran como algunos de los nuevos funcionarios eran militantes con poca o nula experiencia y su propósito principal dejaba ver un dejo de venganza o de recompensa por su constancia anti sistémica.
La candidata oficialista, propone la continuidad total, sin duda, el país no aguanta seis años más de despropósitos, improvisación y el mal ejercicio de la administración pública que tiene como único propósito perpetuarse en el poder y no dar solución a la compleja situación heredada pero acentuada o peor aún creada. Aunque la candidata oficialista afirme que todo está bien, los datos dicen otra cosa y contradictoriamente para ella hace propuesta como si nada hubiera cambiado. Efectivamente como sociedad no estamos mejor, el cambio no fue lo que esperábamos con la mítica transición a la democracia. Incluso la democracia como la conocemos está en riesgo. Los debates recientes entre el poder ejecutivo y el judicial no podemos pasarlos de largo, incluso la forma en la que se ha manejado el legislativo debemos verlos como un síntoma.
Afirmar que el “Arroz ya se coció”, además de revelar un espíritu de mediocridad de quien lo afirma, refleja ignorancia, en los procesos como en el béisbol “Esto no se termina, hasta que se acaba”. El proceso electoral, está en marcha, la moneda está en el aire, decir lo contrario es irresponsable pues en caso de que esos supuestos veinte puntos de ventaja terminen siendo una derrota la candidata oficialista, el conflicto electoral sería una opción no deseable para una incipiente democracia como la nuestra.
La derrota del oficialismo es una opción no olvidemosque arrastra una serie de problemas irresueltos,además, su candidata ha resultado ser anti carismática e indolente ante la realidad pues resultó carente deuna pizca de autocrítica. Por lo tanto, el discurso de un anticipado triunfo pone en riesgo el proceso electoral. No es que la coalición opositora este formada por inmaculados y perfectos candidatos, pero en este momento representan la única opción para detener el sistemático deterioro de la vida pública y la privada.