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El pulso de López-Gatell
Por Israel Mendoza Pérez
El manejo de la pandemia provocada por el SARS Cov-19, en el país, se encuentra a la deriva. El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, comenzó un proceso de comunicación más apegado a la percepción y estadística que a la evidencia científica. Dejar al aire su declaración de que el Covid-19 estará años entre la sociedad es dar el banderazo de salida a la población y adoptar la frase: “sálvese quien pueda”.
Incluso, viene la temporada de enfermedades respiratorias y se pone en riesgo la capacidad hospitalaria, en todo el país, y un crecimiento desmedido en el número de fallecimientos por Covid-19. Antecedente de este tipo de enfermedades es el AH1N1, a 11 años de distancia, con tratamiento médico y medidas preventivas ya conocidas entre la población, no se puede erradicar e incluso se mantiene activo el virus. Si el coronavirus va en el mismo camino vienen una temporada más cruenta para el sistema de salud y para el personal médico en activo.
Lo preocupante es que existen cifras que no se pueden minimizar, pues en plena 4-T, se reportaron de octubre de 2019 a enero de 2020, 1,795 casos de AH1N1 y fallecieron 127 personas en ese mismo periodo por la misma enfermedad. Así, el virus llegó para quedarse entre la población. Ahora, el coronavirus se suma y hasta el momento no hay un tratamiento específico ni medicamento para este nuevo padecimiento que sin atención inmediata lleva a la muerte a los pacientes en cuestión de días.
Lo preocupante es que existen cifras que no se pueden minimizar, pues en plena 4-T, se reportaron de octubre de 2019 a enero de 2020, 1,795 casos de AH1N1 y fallecieron 127 personas en ese mismo periodo por la misma enfermedad. Así, el virus llegó para quedarse entre la población. Ahora, el coronavirus se suma y hasta el momento no hay un tratamiento específico ni medicamento para este nuevo padecimiento que sin atención inmediata lleva a la muerte a los pacientes en cuestión de días.
El pulso de López-Gatell está al ritmo de la cuatroté, “de forma cuidadosa se debe ir retomando la nueva normalidad, tomando medidas preventivas sanitarias”, recomienda aunque con eso y un par de estampitas de “detente”, México se encuentra al borde de una calamidad de dimensiones incuantificadas.
En voz de la población está latente el miedo al coronavirs. Hacia abril, un estudio de opinión de Parametría muestra que 64 por ciento de los encuestados respondieron tener miedo a un contagio de Coronavirus. Mientras que en marzo era 62 por ciento. Por ello es que existe la necesidad de un cambio de estrategia para enfrentar la crisis sanitaria y se puede estar a tiempo ya que los informes presentados por López-Gatell son sesgados sobre el número de contagios y defunciones. Además urgen las pruebas masivas para identificar con exactitud las cadenas de contagio, a fin de que se puedan tomar las mejores decisiones y salvar vidas.
Existe un subregistro del número de decesos y de enfermos, a pesar de eso, México ocupa ya, en números absolutos el quinto lugar en defunciones a nivel mundial, el primero, en fallecimientos por millón de habitantes y el tercero, en decesos por día. A esto se le busca dar una vuelta a la tuerca de la información oficial y la nueva estrategia es mover hacia una percepción menos desastrosa a la hora de estar frente a los medios de información.
Ante el “tercero o cuarto pico” de la pandemia, la 4-T manipula las estadísticas y su vocero se conduce con criterios políticos, antes que científicos, por obediencia al script ya establecido y sin tomar en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
El punto crucial es que el AH1N1 y el Covid-19 van a estar por años en el país y los riesgo de muerte son altos y el vocero se encuentra en la tesitura política y no en la atención a la pandemia.