El Quehacer Político a través de la Visión de Cambio///David Razo///Largas y sorprendentes colas ante los bancos de alimentos en el país más rico del mundo
El Quehacer Politico a través de la Visión de Cambio|David Razo
Largas y sorprendentes colas ante los bancos de alimentos en el país más rico del mundo
Por David Razo|Empresario
Presume de tener el país más próspero del planeta, pero millones de sus habitantes pasan hambre.
La verdad ha ido rebasando cuando menos a los Estados Unidos: La expansión del coronavirus, causa de daños económicos a nivel mundial, y que ahora se refleja en las interminables filas de autos que se forman en puntos de entrega de comida.
Debido a la caótica crisis sanitaria que vive la Unión Americana, actual epicentro de la pandemia de covid-19, arroja inquietantes cifras: más de un millón de contagios confirmados, casi 100.000 muertes y más de 30 millones de nuevos desempleados.
Así, los bancos de alimentos del país redoblan esfuerzos para llegar al mayor número de personas, con el desafío adicional de hacerlo manteniendo la distancia.
Cientos de personas acuden a un reparto gratuito de alimentos, por ejemplo, en Miami Beach.
Había oído que las autoridades locales junto con la organización Feeding South Florida, el banco de alimentos más grande del sur del estado, iban a repartir comida a unas 500 familias.
Es muy raro, pero ya se ha hecho común desde la aparición del coronavirus, el método de entrega era por drive-thru, que consiste en que los autos circulan despacio con los maleteros abiertos mientras los organizadores del reparto y voluntarios colocan en su interior productos suficientes para una semana.
El reparto de alimentos funciona al estilo de una cadena de montaje, los voluntarios se colocan en puntos estratégicos para hacer que la entrega sea lo más rápida y fluida posible.
A los automovilistas se les recuerda que deben mantener las ventanillas subidas para evitar todo contacto y se les pide que no se detengan.
A todos se les da jugo de naranja, pavo congelado, pepinos, fruta enlatada, frijoles, huevos, uvas pasas, carne de hamburguesa, yogures, para pasar la semana.
Aunque el reparto de alimentos se realiza exclusivamente en autos, las personas que llegan a pie pueden inscribirse en una lista para recibir los productos en casa. El contraste es triste y lastimero.
La gente no se da cuenta, todos piensan que es un lugar rico, y lo es, pero muchos vecinos viven en viejos y pequeños apartamentos, construidos en los años 40, en los que residen familias completas.
Antes de la pandemia, 1 de cada 7 personas en EE.UU. buscaba asistencia en los bancos de alimentos, según cifras de Feeding America, red nacional que abarca cientos de organizaciones que combaten el hambre.
Los propios bancos de alimentos se encuentran en una situación complicada para abordar la crisis, ante el aumento de la demanda y la reducción de las donaciones de supermercados y restaurantes. La demanda se ha duplicado o incluso triplicado en algunos lugares.
Como ejemplo podemos citar a Feeding South Florida, sirve actualmente a unas 265.000 personas a la semana en cuatro condados del sur de Florida. Es más, del doble de las personas que solía atender, unas 120.000 a la semana.
Los voluntarios prepararon con entusiasmo los paquetes que entregaron a los beneficiarios.
El temor más grande es el miedo a lo desconocido, es el grito callado que se siente en todo lugar.
En las últimas semanas, la organización ha distribuido cerca de 10 millones de kilos de comida, en comparación con los tres millones que repartió durante el mismo período en 2019.
La comida de hoy la aporta el gobierno federal a través del Departamento de Agricultura de EE.UU.
Los conductores no tienen que bajarse del auto ni cumplir ningún requisito especial. Así es en otra zona, pero de Indiana. Hay pollo, una bolsa con productos enlatados, pasta, arroz, frijol y garbanzos; después viene la leche, un galón por familia; a continuación, hay fruta, hoy manzanas y naranjas; después de eso entregan verduras, y lo último que se reparte es el pan.
En una hora u hora y media pasan 500 carros. Se reparte hasta que haya, generalmente quedan muchos carros por fuera, no alcanza.
Entre los voluntarios que entregan comida se encuentra Nick Duran, legislador en la Asamblea estatal de Florida.
No es difícil ver figuras de la política local participan también en la distribución de productos.
Además de comida, los voluntarios ofrecen formularios para solicitar el subsidio de desempleo.
Y es que muchas de las personas que por primera vez necesitan donaciones de comida perdieron su trabajo recientemente.
No es una sorpresa que la demanda de ayuda alimentaria haya subido de forma exponencial con la crisis del coronavirus y que la mayoría de los beneficiarios sean primerizos, según organizaciones de los diferentes estados.
Mucha gente vive al día, sin suficientes ahorros y con el peso de deudas de tarjetas de crédito, hipotecas, préstamos de autos o créditos estudiantiles.
Según un estudio divulgado el año pasado por la Reserva Federal, el banco central estadounidense, en caso de que tuvieran que enfrentar un gasto inesperado de US$400, el 27% de los adultos en EE.UU. tendrían que pedir dinero prestado o vender algo y un 12% no tendrían manera de desembolsar ese dinero.
Y de acuerdo al índice de seguridad financiera de Bankrate 2019, ya antes de la actual crisis la mitad de los adultos no tenía los suficientes ahorros para cubrir tres meses de gastos.
Así las cosas, mientras que el presidente Trump gasta un dineral en bajar el daño económico, sus compatriotas muriéndose de hambre.