“Titánicos”, así son los retos de AMLO en un país con 70 homicidios cada día y sumido en corrupción
“Titánicos”, así son los retos de AMLO en un país con 70 homicidios cada día y sumido en corrupción
Por Redacción QP
Entre los enormes retos que enfrenta el nuevo Presidente electo de México Andrés Manuel López Obrador, la violencia y la corrupción ocupan un lugar primordial. Lo que haga con ellos marcará su Presidencia.
Pero, ¿cómo lo hará? El equipo de AMLO tiene varias propuestas sobre la mesa, en las que destaca un plan de austeridad y combatir la violencia a través de penas más fuertes y mitigando la pobreza.
Entre los enormes retos que enfrenta el nuevo Presidente electo de México Andrés Manuel López Obrador, la violencia y la corrupción ocupan un lugar primordial. Con más de 25 mil homicidios (70 por día), 2017 fue uno de los años más violentos de las últimas décadas en México, que sigue estando entre los 10 países más violentos del mundo, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS). Por el lado de la corrupción, el escenario mexicano también es endiabladamente difícil.
Según el Índice Global de Corrupción, México se encuentra en la posición número 135 de 180 de países evaluados en materia anticorrupción. Por eso, la tarea del nuevo Presidente es titánica. ¿Cómo puede lograr AMLO poner fin a estos dos problemas, gravísimos en México, que afectan a la región entera?.
PLAN DE AUSTERIDAD
En una ambiciosa reforma de la estructura orgánica del Estado, AMLO pretende hacer realidad 12 reformas legales entre las que se incluye el plan de austeridad que propone reducir sueldos, eliminar instituciones, y desconcentrar el poder. La idea es atajar la alta burocracia para reducir brechas salariales, controlar el gasto y eliminar por completo la impunidad que alimenta tantos actos corruptos.
ELIMINAR FUEROS Y PRIVILEGIOS
El artículo 108 de la Constitución Mexicana impide que el Presidente pueda ser juzgado por delitos de corrupción. Además, la figura de fuero o inmunidad en este país impide que figuras como los senadores puedan ser procesados por delitos durante su gestión. Una de las reformas prioritarias para AMLO es acabar con el fuero y los privilegios y así dar vía libre a que altos funcionarios puedan ser juzgados y castigados por delitos como la corrupción durante su gobierno.
AUMENTAR Y REDUCIR LAS PENAS
Neutralizar la ola de violencia es un asunto esencial para la gobernabilidad que propone AMLO. Con la escalada de este flagelo, la propuesta central del futuro Presidente es cambiar el enfoque de la represión hacia políticas más preventivas, relacionadas con la disminución de la pobreza y la desigualdad. Un eje clave de esta nueva política podría ser la despenalización de las drogas, empezando por la mariguana. Se considera que la “guerra” contra el narcotráfico y los enfrentamientos entre bandas criminales organizadas son, con mucha diferencia, la mayor causa de muertes violentas en México.
“La violencia no se puede enfrentar con violencia”, dice AMLO. Estas palabras muestran que su estrategia podría estar encaminada a elaborar lo que ha denominado un “plan de paz y reconciliación”, incluyendo algunas (siempre polémicas) amnistías. Aún existen muchas incertidumbres sobre cómo, en términos prácticos, esto podría funcionar en muchos territorios en los que la narcoviolencia pareciera ser la única ley.
REDUCIR LA VIOLENCIA DE GÉNERO
México también también encabeza la lista de países con el mayor número de feminicidios en la región. Según ONU mujeres, más de 7 feminicidios se cometen al día en México, unos datos alarmantes que suponen una gran inquietud para el próximo gobierno. Entidades como el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) han pedido a AMLO que se pronuncie respecto a su plan para abordar esta cruel y despiadada práctica de asesinatos y odio contra la mujer.
México, cuyo PIB se sitúa entre los 20 mayores del mundo, arrastra problemas endémicos en países mucho más pobres, devastados por guerras interminables. Pero con un gobierno de izquierda que quiere poner a las personas en el centro de su acción política, México tiene una oportunidad como nunca antes de encarar de forma distinta la corrupción y la violencia, dos clamorosos fracasos de las administraciones precedentes.
La nueva Presidencia se enfrentará desde el primer día, a los ojos del mundo, a su capacidad para cumplir tantas promesas de campaña y de crear cambios estructurales, haciendo realidad políticas de erradicación de la violencia y de la corrupción que estén a la altura de un país esperanzado con un cambio de gobierno, que tantos esperaron durante décadas.