AMLO y Trump deben comerse, muy pronto, la papa caliente: a quién le toca el agua de la frontera
AMLO y Trump deben comerse, muy pronto, la papa caliente: a quién le toca el agua de la frontera
Por Redacción QP
Estados Unidos y México tienen acuerdos de intercambio detallados para el agua que fluye a través sus fronteras. Ain embargo, ambos países apenas saben sobre sus aguas subterráneas compartidas, de acuerdo con una investigación de Quartz, un sitio de noticias especializado en temas de economía.
“Todo el mundo sabe que el agua subterránea es compartida por ambas naciones, pero ninguno de los lados quiere poner los acuíferos en un mapa unificado para que ambas partes firmen. Hacerlo desencadenaría conversaciones difíciles sobre a quién pertenecen, quién está usando más de lo que les corresponde y cómo dividir el agua”, precisó el medio.
La primera reunión sobre los acuíferos está programada para el próximo verano. Si todo va según lo planeado, las conversaciones abrirán un nuevo período de reconocimiento oficial de la antigua geología que conecta a los dos países, un tema que enfrentará la próxima administración federal que encabezará Andrés Manuel López Obrador.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no es el único pendiente en la relación México-Estados Unidos que enfrentará el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador. De acuerdo con una investigación del sitio de noticias Quartz, ambos países comparten mil 250 millas (2 mil 11.680 kilómetros) de acuíferos subterráneos que en su mayoría no están en los mapas de aguas compartidas ni existe un acuerdo binacional, lo que representa una bomba de tiempo en la relación de las naciones.
El medio explicó que a lo largo de las mil 250 millas de frontera entre Texas y México, ocultas bajo cientos de pies de tierra y roca, se encuentran más de una docena de acuíferos subterráneos, los cuales, podrían ser las únicas fuentes de agua que le quedará a la región cuando el vital líquido del Río Grande –golpeado por el cambio climático y una población en pleno auge– se agote.
Estados Unidos y México tienen acuerdos de intercambio detallados por cada acre-pie de agua que fluye a través del Río Grande, indicó la investigación firmada por Zoë Schlanger, sin embargo, ambos países apenas saben sobre sus aguas subterráneas compartidas. “Las dos naciones solo reconocen oficialmente cuatro acuíferos transfronterizos. Pero Rosario Sánchez, una hidróloga de la Universidad de Texas A & M, quien ha dedicado su vida académica a buscar acuíferos transfronterizos que aún no están en los mapas, ha identificado 36. De ellos, 15 son compartidos entre Texas y México”.
“En comparación con los temas de inmigración ilegal, violencia de drogas, TLCAN y otros asuntos fronterizos y no fronterizos, la gestión del agua subterránea ocupa un lugar relativamente bajo entre las prioridades de ambos gobiernos federales”, escribió Gabriel Eckstein, un experto en derecho del agua en la Facultad de Derecho de Texas A & M, en un documento del año 2012 citado por Quartz.
“Como resultado, los recursos de aguas subterráneas [de la región del Valle del Río Grande] están siendo sobreexplotados en ambas fronteras a medida que las poblaciones y las industrias bombean sin tener en cuenta la sostenibilidad o las consecuencias transfronterizas”, añadió el sitio de noticias especializado en economía.
La hidróloga Rosario Sánchez, originaria de Saltillo, Coahuila, y que se mudó a los Estados Unidos en el año 2000 mientras trabajaba para el servicio exterior mexicano, dijo al medio que muy pocas personas han podido reconocer cuán arriesgado es no saber qué está pasando con las aguas subterráneas en la frontera. Nadie realmente le presta atención”.
Quartz indicó que en 1973 la Comisión Internacional de Límites y Aguas, un organismo conjunto de Estados Unidos y México que rige el agua en las fronteras, agregó una cláusula a su acuerdo de agua compartida que reconocía la necesidad de reglas de aguas subterráneas que ambos países pudieran cumplir. Pero ahí es donde la negociación se detuvo. “El Gobierno de los Estados Unidos sabe desde al menos el 2013 que la cuenca inferior de Río Grande está en vías de quedarse sin agua en las próximas décadas, pero ningún acuerdo binacional que rija las aguas subterráneas se ha materializado alguna vez”.
Los mapas del acuífero en ambos lados “terminan” en el borde, según la investigación. “Todo el mundo sabe que el agua subterránea es compartida por ambas naciones, pero ninguno de los lados quiere poner los acuíferos en un mapa unificado para que ambas partes firmen. Hacerlo desencadenaría conversaciones difíciles sobre a quién pertenecen, quién está usando más de lo que les corresponde y cómo dividir el agua. Definitivamente significaría cambiar las leyes, o, al menos, su aplicación, en ambos lados”, precisó el medio.
¿Y EL AGUA QUE USA CONSTELLATION BRANDS?
¿Qué pasaría si el acuífero Allende-Piedras Negras fuera reconocido como transfronterizo? Para empezar, señaló el medio, un importante proyecto del gobierno mexicano para la fracturación hidráulica en Coahuila podría convertirse en una historia internacional, en lugar de nacional. Lo que México eligió hacer con sus aguas subterráneas fronterizas cambiaría la cantidad de agua disponible en el sur de Texas, y sin un tratado, podría volverse diplomáticamente desordenado.
En ese mismo sentido, añadió, “la elaboración de la cerveza podría convertirse en una cuestión de seguridad internacional”. En 2016, Constellation Brands, el gigante estadounidense de cerveza, vino y licores que fabrica las cervezas Corona, Modelo, Pacifico y Victoria en Nava, Coahuila, para exportar a los Estados Unidos, fue el centro de una controversia sobre la extracción de agua del acuífero de Allende-Piedras Negras.
La empresa Constellation Brands está ubicada en el municipio de Nava, pero extrae el agua de Zaragoza para producir cerveza.
La planta inició operaciones en marzo de 2010 como Grupo Modelo, pero en 2013 la compañía estadounidense líder en vinos y licores Constellation Brands, compró las acciones de la empresa.
De acuerdo con datos proporcionados por Constellation Brands, para producir un litro de cerveza se necesitan 3.25 litros de agua. Una parte de lo que sobra se reutiliza en las diferentes áreas de la planta y el resto se desecha al Río Bravo.
Según la investigación de Quartz, la cervecería se encuentra a menos de 30 millas al sur de Eagle Pass, Texas. En este momento, Eagle Pass, en el condado de Maverick, extrae la mayor parte de su agua del Río Grande. Pero si el Río Grande se seca, como predicen los científicos del clima y los planificadores del agua, la ciudad tendrá que recurrir al agua subterránea. El Plan Estatal del Agua de Texas ya exige inversiones en nuevas infraestructuras de aguas subterráneas para mantener a flote el Condado de Maverick en las próximas décadas.
“En el futuro, si una ciudad de Texas culpa a México por agotar un acuífero, plantearía preguntas que ningún gobierno está preparado para responder”, indicó el medio.
UN PROYECTO QUE AYUDARIA A MÉXICO Y EU
El primer paso para evitar el conflicto es la ciencia básica, expuso Quartz. ¿Dónde existe el agua subterránea, cuánto hay y cuánto se está bombeando?
Un campus de la universidad de Texas A & M, ubicado en College Station, en el estado estadounidense de Texas, sirve como sede para el único proyecto de investigación con la oportunidad de convencer a los Estados Unidos y México para que reconozcan cuántos acuíferos realmente comparten.
La hidróloga Rosario Sánchez y Laura Rodríguez digitalizaron viejos mapas de pozos petrolíferos para ubicar los sistemas de agua subterránea debajo de la frontera entre Estados Unidos y México.
Según explicó Quartz, una vez que Rodríguez encuentra la formación estructural usando los mapas petroleros, Sánchez comienza a negociar por los datos. Identifica los pozos de agua existentes, determina si el agua es salada o fresca, y calcula la cantidad de gente que bombea: todas las pistas sobre la salud del acuífero.
En Texas, en la mayoría de los casos, ella puede simplemente pedirle a los distritos locales de irrigación por esos datos, pero en México, dijo al medio, no es tan fácil. “Todo está centralizado en el gobierno federal”.
Del lado estadounidense, Edward Drusina, el veterano comisionado de la Comisión Internacional de Límites y Aguas de Estados Unidos (IBWC, por sus siglas en inglés) que fue destituido recientemente por la administración del Presidente Donald Trump, dijo al medio que la investigación de Sánchez provocó que IBWC finalmente caminase hacia las conversaciones sobre docenas de acuíferos transfronterizos que nunca antes habían considerado.
La primera reunión sobre los acuíferos está programada para el próximo verano. Si todo va según lo planeado, las conversaciones abrirán un nuevo período de reconocimiento oficial de la antigua geología que conecta a los dos países, informó Quartz.