Contra Punto///Rodolfo Monroy///Y LA ELECCIÓN DEL GOBERNADOR INTERINO ¿CUANDO?
Y LA ELECCIÓN DEL GOBERNADOR INTERINO ¿CUANDO?
Por Rodolfo Monroy V.
Y LA ELECCIÓN DEL GOBERNADOR INTERINO ¿CUANDO?
Por Rodolfo Monroy V.
A pesar de que la Legislatura en Puebla tiene hasta el 26 de enero para definir al responsable interino del Poder Ejecutivo del estado, la idea –que no estrategia– dilatoria que parecen aplicar los diputados locales actualmente, lejos de atemperar las condiciones políticas y sociales, provocan un clima tenso, cargado de especulaciones, que podría atentar contra la gobernabilidad estatal.
Obviamente no estamos hablando sólo del riesgo institucional, sino de repercusiones de mayor alcance que, de no controlarse anticipadamente, derivarían en pugnas desproporcionadas entre los integrantes de la clase política, quienes obviamente han abandonado el criterio del bien mayor, para acercarse a intereses fraccionarios de orden radical.
Aquí es cuando uno se pregunta: ¿a quién le conviene que los conflictos y riesgos se escalen y desborden en el estado?
Evidentemente a aquellos que sacan raja o viven del morbo y el sensacionalismo, desacreditando las versiones de un accidente técnico y mecánico, para dar paso a diversas y reiteradas hipótesis que van desde el sabotaje o el derribe, hasta el plan de que Martha Erika Alonso y Rafael Moreno simularon su muerte para no ser perseguidos por la justicia o grupos delincuenciales.
En cualquier caso, los legisladores poblanos no comprenden que alargar este proceso solo atrae incertidumbre y los deslegitima como parte de un Sistema Político que ya de por sí se encuentra sumamente cuestionado, y que se extiende a todos los partidos y personajes que podrían aspirar al cargo constitucional.
En paralelo, el Gobierno Federal se automargina con el supuesto argumento de respetar la autonomía estatal, pero en el fondo busca que la condición caótica se prolongue, para finalmente intervenir en la designación del Interino, justificar que el proceso electoral extraordinario sea administrado por el organismo nacional (INE), e impulsar un candidato y eventual Gobernador “a modo”.
Tan solo actores y medios locales y nacionales enumeran hasta 16 aspirantes a Gobernador, provenientes de distintos institutos políticos, ello sin considerar algunos independientes, que tienen intenciones veladas de reaparecer en el escenario estatal, jugando una suerte de comparsa, o bien, evidenciando el descontento que prevalece con el Sistema de Partidos.
Por su parte, dirigencias políticas nacionales se fueron cómodamente de vacaciones, conscientes de que el nombramiento poblano tardaría, resistiéndose incluso a enviar representantes para conciliar las diferencias internas, como si tuvieran la intención de permitir un desgaste que los debilite.
El mayor encono se nota en el Partido Acción Nacional, donde los tradicionales se enfrentan a la facción que otrora encabezaba Moreno Valle, y que la vox populi vincula a prácticas desleales y grupos que operan al margen de la Ley, aunque también le reconocen crecimiento económico y de infraestructura en el estado.
En paralelo, MORENA, en una involución visible, se supedita a las decisiones del Centro, y no me refiero a su dirigencia nacional, bajo el planteamiento de que deben buscar a toda costa obtener la Gubernatura para refrendar el Poder Nacional.
PRI, PRD, MC, PES, partidos locales y supuestas figuras independientes, esperan el dictamen legislativo para realinearse interna y externamente, conscientes de que serán relegados en el proceso electoral extraordinario.
Lo que nadie advierte es que la condición local amenaza con incrementar los niveles de abstencionismo en las urnas, y permitir que la elección se resuelva por un margen reducido, que dejará el denominado “voto duro”, para caer nuevamente en un conflicto postelectoral que deberán resolver, otra vez, las instancias judiciales nacionales.
El Gobierno Federal tiene abiertos demasiados conflictos, y Puebla constituye uno más. Sin importar quién sea o de donde provenga el mandatario interino, los cuestionamientos continuarán.
Ya en otros escritos he planteado la ciudadanización del Poder Ejecutivo como salida negociada y dedicada a la mera administración técnica y organizacional, en lo que se define el proyecto político constitucional que se resolverá en la arena electoral.
Por lo pronto, continuamos a la espera…