1 septiembre, 2025

El Quehacer Político a través///Jose Alberto Prado Angeles///Un estate quieto

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Por José Alberto Prado Angeles

Director General y Editor

Estaba terminando la sesión de la Comisión Permanente del Senado, y en el video se ve a los senadores cantando a capela el Himno Nacional, “… y el acero aprestad y el bridón…”, mientras que Alito Moreno se dirige apresuradamente al estrado. Cuando la estrofa reza “Y retiemble en sus centros la tierra…”, el dirigente del PRI empieza a escalar la escalera, y cuando hace eco en las paredes del Salón de Sesiones de la Casona de Xicoténcatl -antigua sede del Senado- “… al sonoro rugir del cañón”, Moreno rompe la ‘devoción’ con la que cantaba el presidente -hasta ese momento- del Senado, Gerardo Fernández Noroña, para iniciar el reclamo. Le estaban dando “Una sopa de su propio chocolate”.

Que no se malinterprete, porque esto no es una defensa a favor del polémico expresidente del Senado, sino simplemente una descripción de hechos que demuestran que -con o sin razón- quien rompió el protocolo del Himno Nacional y quien se encaminó irrespetuosamente e interrumpió el acto, fue el otro controvertido dirigente del Partido Revolucionario Institucional, quien fue quien puso primero la mano encima de su adversario político. El resto es historia y de interpretación “de acuerdo al color con que se mire”.

Aquí lo que hay que destacar -después del antecedente- es que al que fuera un bravucón dirigente social y partidista lo exhibieron y le pagaron con la misma moneda que él usó como recurso cotidiano cuando estuvo en la cúspide de su carrera -porque seguramente ya no llegará más allá-.

Solo hay que recordar -como caso similar al que da pie a esta reflexión- cuando retó a golpes al extinto Porfirio Muñoz Ledo y le dijo que no le iba “a tolerar sus insolencias” y, en otros incidentes de su ‘brillante’ carrera política, los insultos en contra de los empresarios a quienes acusó de “tener mala entraña para hacer dinero en México”; cuando se negó a pagar los impuestos en una gasolinera por no estar de acuerdo con la aplicación del IVA; la innumerable serie de altaneros insultos indiscriminados en contra de opositores de partido con quienes con frecuencia se ha enfrentado verbalmente, llegando al extremo de obligar a que un ciudadano, que lo enfrentó en un aeropuerto, le pidiera una disculpa pública. Ah, y en contra de los medios de comunicación, que los ha calificado de “despreciables” porque divulgan sus actitudes altaneras.

Es un largo historial de ‘pequeños’ incidentes que han marcado su carrera de ‘lucha social’, que lo han expuesto ahora con la compra de una ‘casita’ de 12 millones de pesos en un terreno ejidal y ahora lo exhiben -con el incidente con Alito Moreno- dándole “Una sopa de su propio chocolate”.

Así el Quehacer Político Desde 1980, 45 años inquiriendo en la política de México, cuestionando, exponiendo, revelando y razonando.Es cuanto.

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