Permite el libre cierre de puertas del Metro de la CDMX

Por Redacción QP
¿Llevas prisa por subirte al Metro? Forzar las puertas para abrirlas manualmente, tiene consecuencias en el sistema y la seguridad… aunque parezca inocente.
Si vives en la Ciudad de México, seguro te ha tocado esperar minutos frente a un vagón del Metro, esperando a que abran las puertas. ¿Eres de los impacientes que terminan abriéndolas a la fuerza? Ojo, no es tan buena idea como parece y aquí te contamos el porqué.
El Metro de la CDMX es uno de los medios de transporte más importantes en la ciudad, pues diariamente es usado por millones de personas. Por esa razón, es fundamental que funcione de forma eficiente y puntual.
Para lograrlo, es clave que las autoridades a cargo realicen labores de mantenimiento de forma periódica, incluyendo revisión de las vías, trenes e instalaciones. Esto ayuda a detectar fallas y repararlas para mantener no solo el buen servicio, sino la seguridad.
Sin embargo, cuidar el Metro no solo recae de ese lado, también en los usuarios. Últimamente, se ha hablado sobre los grafitis en el metro, incluyendo al interior de los vagones. Pero hay otro problema menos conocido: el daño al mecanismo de las puertas.
¿Cómo funcionan las puertas del Metro en CDMX?
Las puertas del Metro de la CDMX funcionan a través de un sistema que usa cilindros neumáticos con aire comprimido. Este se coordina desde la cabina del conductor; cuando envía la señal de apertura o cierre, se acciona el motor neumático.
De acuerdo al Metro, este motor impulsa un tornillo que está sujeto a unas tuercas de bola. Dentro de estas, hay balines que circulan por las ranuras del tornillo para hacerlo girar. El aire mueve los pistones para desplazar la hoja de la puerta hacia adentro o hacia afuera.
Sin embargo, el cierre nunca es de golpe. En realidad, la velocidad baja a unos centímetros del cierre total para evitar accidentes. De igual modo, cada puerta tiene sensores de cierre. De ahí que, si no están totalmente cerradas, el tren no avanzará.
Pero, ¿has notado que, sin importar qué tan apretados vayan en el metro, las puertas no se abren? Es porque tienen una especie de cerrojo que asegura que se mantengan fijas. Aquí es donde viene uno de los primeros problemas de abrir las puertas manualmente.
Cuando lo hacemos, forzamos este seguro, lo que puede descalibrar el mecanismo o romperlo, haciendo que la puerta ya no cierre bien.
Daños a las puertas del Metro por abrirlas manualmente o impedir su cierre
- Daños a las gomas de las puertas del Metro. Este es uno de los daños más comunes y ocurre cuando los usuarios intentan abordar el tren y las puertas ya cerraron. El daño es más frecuente en la parte inferior, lo cual puede asociarse a objetos o personas que quedan atoradas.
Asimismo, las gomas pueden verse afectadas al introducir los dedos por intentar abrir la puerta para entrar al vagón.
- Puertas locas. Es el nombre que el Metro da a las puertas cuyo mecanismo de apertura se descalibra o descompone al ser forzadas para abrir prematuramente, antes de que el conductor dé la indicación al sistema.
- Problemas de seguridad. Abrir la puerta antes de tiempo, podría hacer que el tren no detecte que está abierta y, si al final avanza sin el ascenso de pasajeros, podría generar un accidente si te quedas dentro.
¿Sabías que, las puertas del Metro son uno de los equipos más dañados? Esto no solo representa un gasto extra en el mantenimiento, sino que estos trenes deben salir de circulación. Al final, repercute en menos trenes y un servicio menos eficiente.
Moverse en la Ciudad de México puede ser algo caótico, pero es nuestra obligación contribuir a que el transporte público se mantenga en buen estado. Sin importar la prisa, no abras las puertas del Metro de forma manual, así evitas daños y retrasos.
Con información de Excelcior