Automotrices de Estados Unidos reprochan que acuerdo arancelario del 15% con Japón las pone en desventaja

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Por Redacción QP

Las empresas estadounidenses aseguran que enfrentan aranceles superiores sobre el acero, el aluminio y autopartes que sus competidores

Las automotrices estadounidenses expresaron su preocupación de que el acuerdo del presidente Donald Trumpde implementar un impuesto de importación del 15% sobre los vehículos japoneses los coloque en una desventaja competitiva, asegurando que enfrentan aranceles superiores sobre el acero, el aluminio y autopartes que sus competidores.

“Necesitamos revisar todos los detalles del acuerdo, pero se trata de un convenio que cobrará aranceles más bajos a los autos japoneses sin contenido estadounidense”, afirmó Matt Blunt, presidente del American Automotive Policy Council, que representa a las tres principales automotrices estadounidenses: General Motors, Ford y Stellantis, fabricante de Jeep.

Blunt dijo en una entrevista que las empresas y los trabajadores estadounidenses “definitivamente están en desventaja” porque enfrentan un arancel del 50% sobre el acero y el aluminio y un impuesto de importación del 25% a las autopartes y vehículos terminados, con algunas excepciones para los productos cubiertos por el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC) que entró en vigor en 2020.

La reacción de los fabricantes de automóviles nacionales revela el desafío de aplicar políticas en la economía mundial, demostrando que, a pesar de las promesas de Trump, pueden producirse verdaderos sacrificios derivados de decisiones políticas que podrían tener serias repercusiones en estados de gran importancia política, como Michigan y Wisconsin, donde la fabricación de automóviles es una fuente de ingresos e identidad.

El sindicato United Auto Workers señaló en un comunicado que estaba “profundamente indignado” por el acuerdo. “Un mejor acuerdo habría obligado a las automotrices japonesasa cumplir con los mismos estándares que los trabajadores estadounidenses han luchado por alcanzar en GM, Ford y Stellantis”, dijo el UAW.

“Si esto se convierte en el modelo para el comercio con Europa o Corea del Sur, será una gran oportunidad perdida”, añadió el sindicato. “Necesitamos acuerdos comerciales que eleven los estándares, no que recompensen la carrera hacia el fondo. Este acuerdo hace lo contrario”.

Trump celebra acuerdo arancelario como una gran victoria

Tras anunciar el marco comercial el martes, Trump lo presentó como una gran victoria y afirmó que añadiría cientos de miles de empleos a la economía de Estados Unidos y abriría la economía japonesa de maneras que podrían acabar con un persistente desequilibrio comercial. El pacto incluye un arancel del 15% que reemplaza al impuesto de importación del 25% que el republicano había amenazado con imponer a partir del 1 de agosto. Japón también aportaría 550 mil millones de dólares para invertir en proyectos en Estados Unidos, dijo la Casa Blanca.

El marco con Japón eliminará regulaciones que impiden que los vehículos estadounidenses se vendan en ese país, señaló la Casa Blanca, y añadió que sería posible que los vehículos fabricados en Detroit se envíen directamente a Japón y estén listos para su venta. 

Pero Blunt comentó que las automotrices extranjeras, incluidas los de Estados Unidos, Europa y Corea del Sur, tienen solo un 6% de participación en el mercado de Japón, lo que genera escepticismo de que el simple hecho de tener acceso al mercado que existirá en ese país, según el gobierno de Trump, será suficiente. 

“Es un hueso duro de roer, y me sorprendería mucho si vemos alguna penetración importante en el mercado japonés”, dijo Blunt. 

Al preguntarle el miércoles si los aranceles sectoriales de Trump, como los automotrices, estaban sujetos a posibles cambios, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que el tema había pasado por el Departamento de Comercio. 

Japón y Reino Unido podrían disfrutar de una ventaja competitiva en EU

El marco con Japón también fue una indicación de que, para algunas naciones, simplemente es preferible tener una tasa de arancel establecida en lugar de ser sacudidas por los cambios que Trump ha hecho desde abril a los impuestos de importación. Pero por el momento, Japón y Reino Unido, con sus cuotas sobre exportaciones de automóviles, podrían disfrutar de una ventaja competitiva en Estados Unidos. 

“Con este acuerdo en vigor, se proporciona a Japón una ventaja de costo operativo a corto plazo en comparación con otros fabricantes de automóviles extranjeros, e incluso con algunos productos nacionales de Estados Unidos que utilizan un alto grado de producción y contenido de piezas extranjeras”, dijo Karl Brauer, analista ejecutivo de iSeeCars. “Será interesante ver si esta es la primera ficha de dominó en caer en una serie de países extranjeros que deciden que la estabilidad a largo plazo es más importante que las disputas a corto plazo sobre tasas de aranceles específicas”. 

Autos Drive America, una organización que representa a las principales empresas japonesas Toyota, Honda y Nissan, así como a otros fabricantes de automóviles internacionales, dijo en un comunicado que se siente “alentada” por el marco comercial anunciado y señaló que sus miembros han superado la producción de los fabricantes de automóviles nacionales en los últimos dos años. 

El comunicado instó ” al gobierno de Trump a alcanzar rápidamente acuerdos similares con otros aliados y socios, especialmente la Unión Europea, Corea del Sur, Canadá y México”. 

Existe la posibilidad de que el marco japonés dé a los fabricantes de automóviles y a otros países motivos para presionar con el fin de lograr cambios en el régimen arancelario del gobierno de Trump. El presidente ha dicho anteriormente que valora la flexibilidad en las negociaciones de impuestos de importación. El T-MEC está programado para su revisión el próximo año. 

Ford, GM y Stellantis “tienen todo el derecho de estar molestos”, dijo Sam Fiorani, vicepresidente de la consultora AutoForecast Solutions. Pero “Honda, Toyota y Nissan todavía importan vehículos desde México y Canadá, donde los niveles actuales de aranceles pueden ser más altos que los aplicados a las importaciones japonesas. La mayoría de los modelos de alto volumen de las marcas japonesas ya se producen en América del Norte”. 

Fiorani señaló que, entre las pocas excepciones, están el Toyota 4Runner, el Mazda CX-5 y el Subaru Forester, pero la mayoría de las demás importaciones llenan nichos que son demasiado pequeños para justificar la producción en Estados Unidos

“Habrá negociaciones entre Estados Unidos, Canadá y México, y probablemente darán como resultado aranceles de no más del 15%”, añadió Fiorani, “pero nadie parece tener prisa por negociar en torno al último acuerdo de libre comercio del gobierno de Trump”.

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