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Por Redacción QP

El 28 de enero de 2020 -8 días después de iniciada oficialmente la pandemia del Covid 19- el doctor Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud,  dijo: “El nuevo coronavirus se comporta como un virus de AGRESIVIDAD LEVE comparado con la influencia estacional… Si hoy ustedes se quedan con la sensación que decimos “no pasa nada”, ES PORQUE LA EVIDENCIA LO MUESTRA”. Tres años y cuatro meses después -19 de mayo de 2023- cuando oficialmente la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio por terminada la tragedia de salud, en México habían fallecido 830,243 personas a consecuencia del virus. Además, nuestro país se había convertido en el cuarto en el mundo con más muertes, el segundo en letalidad por contagios y de los primeros en personal médico que falleció como secuela del contagio.

Hoy, el doctor López-Gatell -siempre amparado, protegido y defendido por López Obrador-, quien minimizó la peligrosidad de la pandemia y el mismo que entró en controversia con los científicos mexicanos e investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sobre el uso de cubrebocas, al decir “Es importante no sobredimensionar, no exagerar la preocupación”, al que se le captó en la etapa más álgida de la pandemia disfrutando en una playa de Oaxaca, ganándose las críticas de muchos sectores de la sociedad por la ligereza con que manejó la pandemia y las letales consecuencias que tuvo, ha sido designado por la presidenta Claudia Sheinbaum como el representante de México ante la Organización Mundial de la Salud.

En el nombramiento de López-Gatell brincan dos cuestionamientos; primero su pésimo desempeño al frente de la subsecretaría y las trágicas consecuencias de sus “recomendaciones” médicas para enfrentar la pandemia y segundo, las diferencias que hubo entre él y la entonces Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum. Sobre esto último fue “la comidilla del día” en ese tiempo, que ante la necesidad de la ahora mandataria de prender el semáforo rojo en la capital, López-Gatell alegó airadamente -negándose a esa disposición- en una reunión frente al entonces presidente López Obrador. Y aparentemente no fueron las únicas diferencias que surgieron entre la Jefa de Gobierno y Subsecretario de Salud, según se desprende de personas que fueron testigos de las desaveniencias.

Entonces, la pregunta es muy sencilla, ¿por qué quien falló en su función, incluso provocando la muerte de miles de personas con sus malas decisiones, y teniendo grandes diferencias de criterio con la presidenta, se le premia enviándolo a Ginebra, Suiza? Con esto se confirma que en Palacio Nacional hay una persona que despacha y otra es la que manda, aunque se encuentre a mucha distancia.

Así el Quehacer Político Desde 1980, 45 años inquiriendo en la política de México, cuestionando, exponiendo, revelando y razonando.Es cuanto.

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