“La cultura necesita el apoyo del sector privado”: Alondra de la Parra

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Por Redacción QP

La directora de orquesta subraya que el arte requiere de respaldo activo para crecer, innovar y generar un impacto social duradero en las comunidades

La cuarta edición del Festival PAAX GNP arrancó el pasado miércoles en el Hotel Xcaret Arte, en la Riviera Maya, con una clara vocación multidisciplinaria y una cartelera que desafía los límites tradicionales de la música clásica. Bajo la dirección de la reconocida directora de orquesta Alondra de la Parra, el festival se consolida como uno de los encuentros culturales más ambiciosos del Caribe, y también como un ejemplo contundente de lo que puede lograrse cuando el sector privado invierte con visión en la cultura.

“El festival no existiría sin el apoyo de GNP Seguros, y lo digo con total claridad y gratitud. Gracias a su respaldo, hemos podido hacer realidad ideas que muchas veces parecen imposibles. Por eso llamamos a nuestra orquesta La Orquesta Imposible”, afirma De la Parra.

Para la directora artística, el respaldo privado no debe limitarse a lo financiero: debe implicar una comprensión real del valor transformador del arte, y una disposición a sostener proyectos incluso cuando estos suenan arriesgados o no convencionales.

“Quiero agradecer especialmente a Alejandro Baillères, cuya confianza y entusiasmo han sido determinantes. Es muy raro encontrar un patrocinador que no sólo apoye, sino que realmente entienda lo que el arte puede hacer por una comunidad”, subraya.

Una apuesta por lo imposible

Desde su primera edición, el Festival PAAX GNP ha crecido no sólo en duración, sino también en profundidad artística y en diversidad de formatos. “Cada año buscamos que PAAX sea un espacio donde converjan música sinfónica, danza, creación contemporánea y nuevas propuestas escénicas. Queremos romper barreras entre géneros, disciplinas y públicos”, explica De la Parra.

Este año, el programa incluyó artistas de primer nivel como el violinista Daniel Hope, el beatboxer australiano Thom Thum, la marimbista Vassilena Serafimova y la coreógrafa Danielle Rowe. También se incorporan espacios menos formales como los conciertos nocturnos Darkside, donde músicos clásicos experimentan con otros géneros en un ambiente más relajado.

Además, se comisionó una obra al compositor Thomas Enhco, cuya pieza integra un solista inusual: un bailarín de claqué. “El movimiento genera sonido, y ese sonido es parte de la partitura”, detalla De la Parra. “Es una colaboración entre música sinfónica y danza que difícilmente se habría producido en otro contexto. PAAX es un laboratorio donde se expande lo posible”.

La cultura como inversión, no como lujo

Para De la Parra, el caso del festival es ilustrativo de una verdad más amplia: la cultura no se sostiene sola. La falta de presupuesto público ha dejado a muchos proyectos en pausa o sin posibilidad de realizarse, y ahí es donde el sector privado puede marcar una diferencia real y duradera.

“Hay una enorme cantidad de talento, ideas y proyectos que podrían cambiar la vida de muchas personas, pero que no pueden realizarse por falta de recursos económicos. Y eso es devastador”, afirma.

La directora insiste en que apoyar la cultura no debe verse como un gasto, sino como una inversión social y humana. “El arte no sólo embellece el mundo, también lo cuestiona, lo conecta, lo cura. Es un vehículo para la empatía, la reflexión y la transformación”.

Un llamado al compromiso empresarial

Aunque reconoce que GNP ha sido un aliado excepcional, De la Parra cree que aún falta mucho por hacer para que otras empresas se sumen a una causa cultural más amplia. “Quiero animar a otras compañías, en México y en el mundo, a comprometerse con el arte de una manera genuina. No se trata solo de poner un logo en un cartel. Se trata de apoyar procesos creativos, de creer en los artistas, de darles espacio para experimentar y fallar, y volver a intentar”.

PAAX -culmina el 29 de junio- ha logrado, en cuatro ediciones, posicionarse como un referente de lo que puede suceder cuando la cultura cuenta con el respaldo adecuado: propuestas innovadoras, públicos diversos, talento emergente y una comunidad artística activa.

“La cultura necesita ese respaldo. Y estoy convencida de que cuando el sector privado se involucra de verdad, el impacto puede ser profundo y duradero”, concluye.

Con información de El Universal 

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