24 noviembre, 2024

La adaptación de una sociedad a los nuevos tiempos para lograr una cohesión social

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Por Redacción QP

Estas son las interrogantes que abordaremos durante el desarrollo de esta reflexión con el propósito de debatir las diferentes posiciones acerca de esta nueva forma de sociabilidad y cohesión social.

Ética de la ligereza y el des-dibujamiento de la responsabilidad social

“Vivimos en la civilización de lo ligero” (Lipovetsky, 2016). Afirma el sociólogo y filósofo francés Gilles Lipovetsky en su más reciente obra intitulada Sobre la ligereza,según este autor la condición ligera es la tendencia dominante en el espíritu social, político y cultural de nuestra época.

Tiempos caracterizados por la desmaterialización del cuerpo, del culto físico, del compromiso por la relación duradera y responsable, por la búsqueda insaciable de los valores personales, del consumismo exacerbado, la búsqueda constante de diversión, libertad y entretenimiento. Todas estas nuevas formas de ser del individuo juegan un rol importante en la manera de confeccionar los nuevos modelos de sociabilidad de las sociedades de nuestros tiempos.

En la actualidad, son raros y los momentos en que reine la obligación por consagrar y fomentar el respeto, el apoyo y el bienestar al prójimo y la vida social colectiva. Actos como hacer el “bien” al otro han sido actos suplantados por las normas y placeres individuales, hedonistas y egoístas; los valores altruistas han dejado de ser evidencias morales a los ojos de los individuos y de las familias que conforman a la sociedad.

En la sociedad actual, el exceso de información, el ocio, los tendientes consejos de bienestar están más presentes en la exigencia de cumplir con nuestras funciones como individuos espectadores de una nueva forma de vida social caracterizada por el aislamiento y el respeto, que por la intransigencia, la convivencia y el bienestar colectivo. Es decir, lo que conocemos como lo moral dejan de estar en el espacio público; “El imperativo maximalista del corazón puro, las llamadas por devoción absoluta, el ideal hiperbólico de vivir para el prójimo, todas esas exhortaciones han dejado de tener resonancia colectiva” (Lipovetsky, 2012: 128). En todas partes reina la desvitalización del “deber” y del compromiso social colectivo.

Estas formas de relación, conlleva a que la vida del individuo se haga un poco más ligera, ya que éste, puede explorar con mayor dominio el espacio en donde lleva a cabo su existencia. Hoy en el día, el individuo ligero puede trabajar en el aislamiento de la comodidad de su hogar y relacionarse con sus compañeros desde una computadora portátil, puede iniciar campañas de mejoramiento social desde una cuenta de Facebook, sin la necesidad de salir a la calle o puede entablar charlas con sus parias a través de una web- camp.

Esta manera de relacionarnos, hace de la vida social un poco más libertaria, ya que el individuo se hace dueño de sus obligaciones, de sus deberes, de sus inter-compromisos, y a la vez, tienen un mayor tiempo para consumir diversos prototipos de actitudes que se encuentren supeditas bajo los estándares de la libertad.

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