El Quehacer Político a través de la Visión de Cambio///David Razo///Puede el coronavirus sobrevivir en las piscinas, el mar y la arena de las playas
El Quehacer Politico a través de la Visión de Cambio|David Razo
Puede el coronavirus sobrevivir en las piscinas, el mar y la arena de las playas
Por David Razo|Empresario
Aunque no hay algún estudio serio, real y menos científico sobre la supervivencia del SARS-CoV-2 en ambientes acuáticos. En las piscinas, el problema es mantener los niveles de cloro.
Baja California Sur, Guerrero, Oaxaca, Colima, Jalisco, Sinaloa y del municipio de Benito Juárez, Quintana Roo, anunciaron el cierre de sus playas como parte de las medidas en contra de la pandemia de coronavirus.
Las playas mexicanas deberán permanecer cerradas durante esta emergencia sanitaria con el fin de evitar más contagios entre la población, además de que el periodo vacacional ya no debe ser considerado como tal sino como una prolongación de las medidas de autoaislamiento y “sana distancia”.
Aun cuando estamos en un proceso que, aunque termina en pleno verano, no cuenta aún con un protocolo para que los bañistas disfruten del agua.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha publicado un texto que se centra en la supervivencia y capacidad de trasmisión del coronavirus tanto en las playas (cuya apertura está prevista en la fase tres de la desescalada) como en ríos y piscinas (de las que el Gobierno hasta ahora no ha establecido su apertura al baño).
Con todo, el CSIC comienza recordando que la principal vía de trasmisión sigue siendo el contacto persona a persona y las gotículas expulsadas por la tos o estornudos de un infectado.
Es importantísimo que, en los espacios dedicados al baño, al igual que en el resto de los lugares, se deben seguir las normas de distanciamiento social validadas por las autoridades sanitarias. También confirma que no hay evidencia de la presencia del coronavirus en el agua potable, aunque sí la puede haber en las aguas residuales.
Agua de mar
El CSIC señala que no hay evidencia científica sobre si el virus puede sobrevivir en el agua salada. Sin embargo, la sal ha demostrado ser un “biocida eficaz”, por lo que la acción del SARS-CoV-2 en este medio sería muy limitada.
El virus puede llegar al mar a través de vertidos de aguas residuales. En estos casos, los estudios han demostrado que la eficacia del virus es muy limitada si las aguas se tratan de forma conveniente antes de que lleguen al mar. Estos vertidos también se diluyen al llegar al mar, donde entra de nuevo en acción el cloruro de sodio para neutralizarlo.
Es bien sabido que los filtros recubiertos de NaCl -cloruro de sodio- demostraron ser altamente efectivos en la inactivación de los virus de la influenza, independientemente de los subtipos y del almacenamiento en condiciones ambientales adversas.
Brisa
Puesto que una forma de que el virus se introduzca en el cuerpo humano es a través de gotículas de fluídos, los investigadores han respondido a la pregunta si los aerosoles que se generan a la orilla del mar por el rompimiento de las olas y la brisa marina son capaces de transportar al coronavirus.
Para nada, no ha habido estudios en el mundo, que permitan establecer que el virus puede propagarse por la brisa marina o la brisa costera. Las arenas de las playas pueden ser contaminadas tanto por virus que puedan llevar las aguas residuales como los bañistas infectados. El transporte del virus por aguas residuales es bastante limitado. Pero puede quedar depositado en la arena por gotículas de los infectados, o incluso por otros restos orgánicos (heces, orina, esputos).
Se dice que principalmente la radiación solar puede desactivarlo, y si la arena alcanza una temperatura de más de 56 grados también puede matarlo. Pero recuerda que el calor y la radiación solar varían mucho por factores como la latitud, época del año, clima de ese día, etcétera, por lo que no se puede ser categórico en este sentido.
En cuanto al agua de ríos, lagos y pozas, pues se ha demostrado que los virus siguen siendo temporalmente infecciosos en ambientes naturales de agua dulce, y en estos medios deben extremarse las medidas de precaución.
Es paradójico, casi nulo el hecho de que hay evidencia de que el virus que causa COVID-19 pueda transmitirse a las personas a través del agua en piscinas, jacuzzis, spas o áreas de juego con agua. Pero para ello es necesario mantener la cloración del agua en los estándares que se fijan en las leyes, comenzando con una buena dosis de entre 1 y 3 mg/L, que “serían suficientes para la inactivación del virus, y, por lo tanto, suficientes para evitar los riesgos de contaminación durante el baño.