El empresario Carlos Bremer, quien compró la casa incautada al empresario Chino-Mexicana Zhenli Ye Gon, indicó que venía a apoyar al gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador. “Vamos a ver en qué podemos apoyar, no sé qué nos van a proponer, pero hay que apoyar al país”.
¿Si se trata de comprar cachitos?
-“Lo vamos a hacer”, aseguró.
Antonio Suárez, Grupo Mar, Atún Tuny, dijo que apoyarán desde su trinchera. “Vine a ayudar, cada quien desde nuestra trinchera. Sí vamos a colaborar (comprando cachitos) como cualquier buen mexicano, es una rifa para comprar equipos médicos, yo creo que es una cosa buena”.
El empresario dijo que si bien no comprará los 40 mil boletos que les propuso el Presidente López Obrador, sí adquirirá unos miles y los regalará entre sus empleados.
A la cena de tamales también acudió el presidente de Grupo Televisa, Emilio Azcárraga Jean; Carlos Peralta, de Grupo IUSA; Olegario Vázquez Aldir, de Grupo Empresarial Ángeles.
Así como la empresaria María Asunción Aramburuzabala; Antonio del Valle, del Consejo Mexicano de Negocios; Daniel Servitje, Grupo Bimbo; así como el empresario Miguel Rincón, compadre del presidente Andrés Manuel López Obrador, entre otros.
Simulacro de sorteo
Mientras que los “Niñas y Niños Gritones” de la Lotería Nacional arribaron al edificio histórico vestidos con sus trajes de gala y cargando una pequeña tómbola de metal, similar a la que se usa en los sorteos que se realizan en “El Moro”, sede de la Lotería Nacional.
Los 12 menores, acompañados de autoridades de la Lotería Nacional, ingresaron a Palacio Nacional por la calle Moneda, junto con un par de reproducciones en gran formato del diseño del “cachito” que será reproducido en 6 millones de boletos del sorteo, y que será mostrado en la cena.
Al salir de sus oficinas en Palacio Nacional, Arturo Herrera, secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), informó que no estaría en la cena junto al presidente de la República, porque “voy a la Junta de Gobierno del Banco de México y ya no regreso porque [la junta] es de 7:00 a 10:00 de la noche”.
Debido a la gran cantidad de automóviles que en los que llegaban los empresarios, el tránsito en los alrededores del Palacio Nacional se complicó.