De 24 instituciones que CitiBanamex consultó la semana pasada, 13 coinciden en que la economía se estancó el año pasado, al presentar una tasa de 0%, entre las que están BBVA y Scotiabank.
El propio CitiBanamex, Banorte, Santander y tres instituciones más anticipan que el PIB se redujo 0.1%, mientras J.P. Morgan, Multiva y Valmex calculan una contracción de 0.2% en el primer año del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Todos los escenarios indican que la economía nacional tuvo el peor año desde la crisis internacional de 2009, cuando entonces se contrajo 5.3%, así como el inicio de sexenio más lento desde Vicente Fox.
A consecuencia del magro desempeño del PIB, se crearon apenas 342 mil empleos formales en 2019 y el consumo de los hogares creció sólo 1%, siendo para ambos indicadores el peor registro en 10 años, de acuerdo con analistas.
En Estados Unidos, principal socio comercial de México, también darán una estimación del PIB este jueves, respecto de la cual analistas encuestados anticipan un crecimiento de 2.3% en 2019, siendo el ritmo más lento en tres años.
Estos reportes van a confirmar el grado de desaceleración que observó la gran mayoría de las economías del mundo a finales del año pasado y sus implicaciones para 2020.
Se incrementan ciberataques contra las instituciones bancarias, reporta Banxico
En un año, los ataques cibernéticos contra las instituciones financieras pasaron de uno a cuatro por trimestre, lo que representó afectaciones por 784.7 millones de pesos, reveló el Reporte de Estabilidad Financiera del Banco de México (Banxico) a diciembre de 2019.
Además, hubo una diversificación en cuanto a los servicios afectados, “desde transferencias electrónicas hasta cajeros automáticos”, reconoció Banxico.
Se observó la vulneración de software, operaciones fraudulentas ejecutadas por terceros laborando al interior de la institución, robo de contraseñas, abuso de deficiencias en la validación de saldos y vulneración de equipos de telecomunicaciones, entre otros.
Los ataques se enfocaron en vulnerar sistemas conectados a los bancos que no fueron desarrollados por las instituciones, sino por algún tercero, como los canales de banca móvil , y los provistos por corresponsales o empresas fintech asociadas con los bancos.
El documento reconoce que los ciberdelincuentes muestran amplio conocimiento de protocolos y sistemas de interconexión para acceder a cuentas y servicios de transferencia de los bancos.
Para hackers y ciberdelincuentes, atacar un banco representa un retorno de inversión, señaló Eloy Ávila, director de Tecnología. “Deben existir controles efectivos para desalentar estos ataques, pero cada institución necesita una estrategia de seguridad integral que evolucione con la empresa moderna y los códigos de ataque cambiantes”, subrayó.
Con información de SUN