Mediante pruebas de laboratorio, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) validó que añadiendo el aditivo Eco One de Noverek en la elaboración de productos de plástico se convierte en una herramienta útil para su descomposición natural. Con este nuevo proceso la biodegradación de los polímeros se convierte en un soporte para el sector industrial dedicado a la fabricación de envases, bolsas, embalaje, piezas automotrices y otros artículos de consumo ordinario, debido a que distintos gobiernos estatales y municipales en el país modificaron su regulación ambiental y han impuesto prohibiciones en su uso por su largo periodo de degradación.

El doctor Luis Raúl Tovar Gálvez, subdirector de Servicios Educativos e Integración Social del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD) del IPN, es el responsable de realizar las pruebas de laboratorio que corroboran que el proceso para biodegradar polímeros se puede realizar en tres años. Se utiliza la norma D5511-2, de la ASTM, siglas en inglés de la Sociedad Americana de Pruebas y Materiales, institución internacional que regula las pruebas de laboratorio de distintos productos.

“Las pruebas nos dan la certeza de que el aditivo funciona, recreamos condiciones similares a las que encontrará un producto que fue desechado. Analizamos las muestras antes de iniciar los exámenes y después. En la pieza que tiene Eco One se favorece la biodegración, produciendo biogás y biomasa”, explica Tovar Gálvez.

El académico del IPN agrega que el aditivo funciona en vertederos a cielo abierto, donde el plástico se encuentre en condiciones de 0% de oxígeno para así iniciar el proceso de biodegradación con bacterias anaerobias, que en un promedio de tres años reincorpora el polimero al medio ambiente.

Metodología utilizada en laboratorios de investigación

El proceso que aplica el Instituto Politécnico Nacional (IPN) para realizar la prueba de laboratorio para validar a Eco One consiste en colocar un material susceptible de ser biodegradado en condiciones similares a las de un relleno sanitario y evaluar si éste se biodegradará aceleradamente.

Cada evaluación se realiza con tres reactores. El primero es una muestra que cuenta con el aditivo, el segundo es un control negativo sin aditivo y por último un control positivo. En reactores de 125 mililitros se coloca una cantidad conocida del material a evaluar  y se adiciona un inóculo de microorganismos degradadores anaerobios provenientes de un relleno sanitario activo. Estos reactores se incuban en condiciones controladas y cada semana se evalúa la bioconversión del material plástico a biogás por técnicas cromatográficas.

Las muestras con plásticos que contienen Eco One tienen una tendencia a biodegradarse. Los materiales sin el aditivo no mostraron ninguna actividad biodegradativa.

Industria debe cambiar los procesos

La modificación a la Ley Estatal de Equilibrio Ecológico de Jalisco aprobada en 2018 por el Congreso del Estado, que regulará y promoverá el uso de materiales biodegradables  y compostables en los plásticos de uso diario, estará vigente en 2020, tiempo en que los industriales tendrán que hacer las modificaciones a sus procesos de producción para estar de acuerdo a la norma.

José Anguiano Hernández, presidente de la Asociación de Industriales de Bolsas Plásticas (Inboplast), explicó que se está buscando una norma técnica que regule el cambio a bolsas y popotes hechos con materiales reciclados o biodegradables, y así incorporar las adecuaciones técnicas necesarias.“Necesitamos una norma a conciencia, que sea una norma técnica ejemplar para todo el país”, puntualizó.

Efraín Arteaga, presidente del consejo de administración de Noverek, empresa que distribuye el aditivo en el país, señaló que se está invitando a todos los involucrados en el sector productivo del plástico para que conozcan las ventajas de Eco One, “Utilizar esta herramienta permite cumplir con la normatividad y ayuda al medio ambiente”.