26 diciembre, 2024

AMLO desea que veredicto contra “El Chapo” sea “enseñanza” para criminales; pide que “recapaciten”

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AMLO desea que veredicto contra “El Chapo” sea “enseñanza” para criminales; pide que “recapaciten”
Por Redacción QP

AMLO desea que veredicto contra “El Chapo” sea “enseñanza” para criminales; pide que “recapaciten”

Por Redacción QP

El Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que su administración es respetuosa de los procesos legales que Joaquín Guzmán Loera afrontó en Estados Unidos, luego que se le declarara culpable de 10 cargos, entre los que destaca ser el líder del Cártel de Sinaloa.

Durante su conferencia matutina, el mandatario mexicano expresó que “no le deseamos el mal a nadie” y llamó a quienes están inmiscuidos en temas de violencia a que “recapaciten y piensen que es un don muy preciado la libertad”, pues la libertad “es un don muy preciado”.

“Que sirva de enseñanza y que sea una lección”, apuntó López Obrador. También llamó a no afectar a otros y no causarle daño a nadie.

Sobre si su administración investigará a los funcionarios señalados durante el juicio contra el líder del Cártel de Sinaloa, el mandatario reiteró ser partidario de “pensar hacia adelante”.

Pero dijo que si se quieren abrir expedientes “desde Zedillo hasta Calderón” se hará una consulta.

López Obrador aseveró que actualmente se relaciona “la felicidad verdadera” con lujos, fama y todo “lo material”. Además, anunció que su Gobierno llevará a cabo un programa para reducir el consumo de drogas entre los jóvenes.

Ayer, un jurado de Nueva York declaró culpable a “El Chapo” luego de tres meses de juicio. El capo mexicano fue señalado por los 10 cargos de los que se le acusó y que probablemente lo pondrán tras las rejas por el resto de su vida. Su sentencia se conocerá el 25 de junio.

Reproducción fotográfica de un dibujo realizado por la artista Jane Rosenberg donde aparece el narcotraficante mexicano Joaquín “el Chapo” Guzmán (2-i) mientras saluda a su esposa Emma Coronel (d), junto a sus abogados Jeffrey Lichtman (i), William Purpura (c), y Eduardo Balarezo (2-d) tras oír el veredicto en su contra. Foto: EFE

Los cargos son:

1. Participar en una empresa criminal continua.
2. Conspiración internacional para manufacturar y distribuir cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana .
3. Conspiración para importación de cocaína
4.- Conspiración para distribución de cocaína.
5. Distribución internacional de cocaína.
6. Otro por distribución internacional de cocaína.
7. Uno más por distribución internacional de cocaína.
8. Y un cuarto por distribución internacional de cocaína.
9. Uso de armas de fuego.
10. Conspiración para lavado de dinero procedente del narcotráfico.

Los casi tres meses de testimonios en el tribunal federal de Brooklyn incluyeron relatos de asesinatos grotescos, sobornos políticos, cocaína oculta en latas de chiles jalapeños y una fuga con su amante, ambos desnudos, a través de un túnel.

Además, muchos testigos hablaron sobre la voluntad de Guzmán Loera para usar la violencia en contra de sus enemigos. De acuerdo con la Fiscalía, el cártel del capo mexicano traficó al menos 200 toneladas de cocaína a Estados Unidos durante más de dos décadas.

LAS CLAVES DEL JUICIO

TESTIGOS: Por la corte de Brooklyn desfilaron 56 testigos, de los cuales 14 eran antiguos colaboradores o socios de “El Chapo”. Ante el jurado pasaron algunas de las personas más cercanas al capo, “manos derechas”, como “El Vicentillo” Zambada -hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, colíder del cártel del Sinaloa-, o un antiguo colaborador llamado Dámaso López. También colaboraron con la Fiscalía antiguos “secretarios” del Chapo, como los hermanos Jorge y Alex Cifuentes.

EL RELATO DE SUS FUGAS: No faltaron los relatos de las huidas de “El Chapo” de las prisiones de Puente Grande y el Altiplano, ambas en México, así como el transporte de cocaína en latas de jalapeños. “El Chapo” llegó a pensar en traficar con un submarino.

“El Vicentillo” contó cómo “El Chapo” le narró su huida a bordo de un carro de lavandería del primer presidio, cuando un trabajador de la prisión llamado “Chito” le escondió bajo mantas y sábanas, y Guzmán contaba las puertas escuchando los ruidos que hacían.

Por otro lado, Dámaso López explicó la huida a través de un túnel de la cárcel del Altiplano en 2015, cuando el capo ordenó la construcción de dicho pasadizo para que pudiera huir del correccional.

También se desveló el encargo de asesinatos de competidores y socios desleales, incluso torturas, lo que en cualquier caso no forma parte de los cargos al ser juzgado en tierra estadounidense.

Durante su alegato inicial, el Fiscal federal Adam Feels, izquierda, señala al narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán Foto: AP

LA FISCALÍA: En su alegato final, la Fiscalía insistió en la “montaña de evidencias” que probaban la culpabilidad de “El Chapo”. No sólo los testimonios de los cooperantes, sino también los especialistas de las diferentes agencias de seguridad que participaron en las capturas del capo o en las investigaciones.

LA DEFENSA: La defensa resumió su postura final atacando la veracidad de los testigos cooperantes, todos ellos “mentirosos y criminales”, por lo que apela a la duda razonable para no condenar.

Los defensores pidieron al jurado que se “aferren a sus dudas” y declaren a Guzmán no culpable ya que, de acuerdo con su criterio, no ha quedado demostrado que “El Chapo” fuera el líder del cártel.

Durante todo el juicio la defensa defendió que el liderazgo del cártel fue de “El Mayo” Zambada y que “El Chapo” no es otra cosa que un chivo expiatorio mientras Zambada sigue libre.

LA FAMILIA DEL CAPO: La joven esposa del capo, Emma Coronel, apenas faltó cuatro días a las múltiples sesiones del juicio contra su marido, 32 años mayor que ella, acudiendo acompañada en alguna ocasión de sus gemelas.

Coronel tuvo que afrontar la lectura de conversaciones y cartas de amor que Guzmán mandaba a sus amantes, incluso a la testifical de una de ellas, Lucero Sánchez, la “Chapodiputada”, que aseguró que la relación que mantuvo con “El Chapo” entre 2011 y 2013 fue “de pareja”.

LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO: En el mismo tribunal en Brooklyn, un ex Procurador de justicia mexicano se declaró culpable el mes pasado de recibir sobornos de narcotraficantes.

Esa yuxtaposición resalta un tema persistente en el juicio contra Guzmán: cómo la corrupción oficial generalizada en México complica los esfuerzos de las autoridades estadounidenses para investigar y capturar a los involucrados en el tráfico de drogas.

LA ATRACCIÓN TURÍSTICA: Pocas estampas neoyorquinas son más reconocibles que el perfil del puente de Brooklyn sobre el skyline de Manhattan pero, desde hace tres meses, los turistas que viajaban a Nueva York tuvieron otra atracción de película a 100 metros de la pasarela: el juicio público a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.

La relación entre los visitantes y la prensa fue tensa desde que The New York Times publicó un reportaje en el que desvelaba algunos trucos para asegurarse la entrada como público a la sala, a costa de dejar a numerosos periodistas que cubren el proceso fuera, relegados a una segunda sala habilitada para presenciar el juicio, pero sin poder ver en directo al Chapo o a su esposa, Emma Coronel.

Muchos de los turistas no se quedaban todo el día en la corte, sino que sacian su curiosidad por ver al narcotraficante y se iban una hora después.

Por la corte de Brooklyn pasaron personas de todas las nacionalidades (dominicanos, argentinos, ecuatorianos, alemanes y franceses) y de todas las profesiones posibles. Incluso estudiantes de diversas disciplinas como el Derecho desfilaron por la sala, tratando de aprender algo de un juicio que promete pasar a la historia.

LAS FUGAS

Joaquín Guzmán Loera es considerado como el narcotraficante más huidizo por sus fugas de cárceles de alta seguridad y dirigir uno de los cárteles más exitosos en el suministro de droga a Estados Unidos, así como una de los más mediáticos en la historia. “El Chapo” comenzó su carrera en la década de 1980, en la época de capos como Rafael Caro Quintero, hoy prófugo, y el fallecido Amado Carrillo Fuentes, alias “el Señor de los Cielos”, miembros de la primera generación de grandes narcotraficantes mexicanos.

Fue lugarteniente de Miguel Ángel Félix Gallardo, jefe del cártel de Guadalajara, y pionero en el transporte de cocaína y marihuana en grandes aviones Boeing desde Colombia a Estados Unidos, que regresaban cargados de millones de dólares en billetes pequeños.

La captura en 1989 de Félix Gallardo provocó la división del cártel de Guadalajara y llevó a Guzmán a fundar el de Sinaloa, con el que se consolidó como máximo líder del narcotráfico en México. Ya con el control en sus manos, la organización comenzó a utilizar túneles para llevar a Estados Unidos la droga que provenía de los cárteles de Cali y Medellín (Colombia).

Guzmán Loera fue capturado por primera vez en Guatemala el 9 de junio de 1993, que lo entregó a México, donde fue condenado a 12 años de prisión por un delito de cohecho.

El juicio en contra del “El Chapo” destapó la corrupción política en México. Foto: AP

Su condena comenzó en la prisión de máxima seguridad del Altiplano en el Estado de México, pero en 1995 fue trasladado a la de Puente Grande, a las afueras de Guadalajara, de la que escapó en enero de 2001, supuestamente en un carrito de lavandería con ayuda de guardias.

A raíz de la muerte del terrorista Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda, Guzmán encabezaba en 2011 la lista de los 10 fugitivos más buscados que la revista estadounidense Forbes elabora desde 2008 a partir de información de distintas agencias de seguridad estadounidenses. La misma publicación lo clasificaba entre los hombres más adinerados del mundo, con una fortuna de más de mil millones de dólares.

No fue sino hasta el 22 de febrero 2014, durante el Gobierno del ex Presidente Enrique Peña Nieto, cuando las autoridades consiguieron capturarlo en el puerto de Mazatlán, Sinaloa, y nuevamente lo llevaron al penal del Altiplano.

Sin embargo, huyó el 11 de julio de 2015 en una fuga de película a través de un túnel conectado con la ducha de su celda de una longitud de mil 500 metros cavado por hombres que trabajaban para él. Esto dejó en ridículo a la administración de Peña Nieto, quien había llegado a afirmar que una segunda fuga de “El Chapo” sería “imperdonable”.

El 8 de enero de 2016 las autoridades consiguieron capturarlo de nuevo en una operación en Los Mochis, Sinaloa, tras lo que fue llevado de nuevo a Altiplano. Debido al gran riesgo de fuga, fue extraditado a Estados Unidos en enero de 2017 y trasladado al Centro Correccional Metropolitano de Manhattan, en Nueva York.

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