21 diciembre, 2024

Contra Punto///Rodolfo Monroy///Secuestro de Féminas

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SECUESTRO DE FÉMINAS
por:Rodolfo Monroy V.

SECUESTRO DE FÉMINAS

por: Rodolfo Monroy V.

A partir de la segunda quincena del mes de enero, en medios de comunicación locales y nacionales, así como en redes sociales, se observa un incremento significativo en el número de escritos sobre denuncias públicas relacionadas con el secuestro de mujeres en diversos puntos de la Ciudad de México y área conurbada, particularmente en estaciones del Sistema de Transporte Colectivo-Metro y en el exterior de instituciones educativas.

De acuerdo con la contabilidad de la Empresa InfoMapp,en las últimas tres semanas las cifras arrojan cerca del 20% de los espacios mediáticos dedicados a la difusión de todo tipo de productos relacionados con el tema, los cuales van desde la simple réplica de hechos, hasta el análisis georeferenciado, modus operandi y daño social de quienes participan en esta actividad ilegal.

La condición se exacerba por el acompañamiento de vídeos, audios y entrevistas que son proyectados como evidencia y/o constancia sobre la existencia de este fenómeno.

Tal como ha pasado en situaciones precedentes o paralelas, las acciones de autoridad para revertir el problema se encuentran fuera de tiempo, y peor aún, parecen haber exacerbado el descontento público, tras evidenciar carencias extraordinarias por parte de las dependencias dedicadas a la procuración de justicia, las cuales se aprecian reactivas e ineficientes.

Lo anterior se refuerza tras las  declaraciones de la Jefe de Gobierno de la Cludad de México, quien mencionó que se cuenta con antecedentes de este flagelo desde 2017.

Para quienes somos suspicaces, esa expresión también representa un sólido argumento para remover o cambiar al personal de las dependencias responsables de la persecución de delitos, más allá de la depuración natural que motiva el cambio de gobierno local.

Si aceptamos como verdaderos los dichos de Claudia Sheinbaum, estaríamos entrando a la configuración del ambiente de desconfianza y temor, inhibiendo la presentación de denuncias, tras considerar que las autoridades no se ocuparán cabalmente de sus casos, o peor aún, se refrendaría  el temor inherente por fugas de información o represalias por parte de los grupos delictivos.

En lo inmediato, la temática sobre la agresión a mujeres evolucionará y aumentará la psicosis colectiva, luego de que se han formulado y reciclado mensajes, especialmente en redes sociales, sobre las acciones de prevención individual o general que podrían adoptar aquellas mujeres que se sientan vulnerables.

En contraparte, se corre el riesgo de que la ciudadanía increpe la labor de la autoridad y modifique su conducta para realizar acciones directas contra los delincuentes.

Más aún, las organizaciones criminales que no se dedican al secuestro de féminas, podrían adoptar un modelo forzado de protección y depuración contra quienes lo realizan, ya que la consecuencia lógica será un crecimiento de los enconos entre la sociedad y la delincuencia, y el cierre de espacios de operación por la presencia reforzada de autoridades.

Además de las especulaciones anteriores, la ciudadanía generará otras nuevas, imaginando que el rapto de mujeres podría desplazarse a otros sectores vulnerables como son los menores de edad, cuyos casos de desaparición frecuente se han difundido en medios de comunicación y redes sociales.

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