Pero no fue así, y este hombre -una figura escurridiza ante la prensa- se ha mantenido en el poder del sindicato más de un cuarto de siglo.

“Está en la tradición del sindicalismo oficial mexicano que los líderes se eternicen. Los presidentes (mexicanos) no se reeligen, pero los líderes sí”, señaló a Efe Lorenzo Meyer, profesor emérito de El Colegio de México.

Sus presuntos actos no son nuevos para el sindicato, favorecido desde su nacimiento por privilegios. Formado en 1935, se considera al STPRM como una antesala a la nacionalización del petróleo impulsada por el emblemático presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940).

Por ejemplo, señaló Pérez, para que un trabajador fuera empleado de Pemex necesitaba una “ficha” del sindicato, una autorización que se usó como “moneda de cambio” durante décadas, mediante la compraventa o el alquiler de la misma.

Con López Obrador y sus promesas anticorrupción, parece reabrirse la posibilidad de investigar al líder, aunque no esté en las prioridades del mandatario, que ahora debe “enfrentar el robo directo de combustible” sin chocar con el sindicato, opinó Meyer.

No obstante, le llegaría su turno tarde o temprano: “Romero Deschamps no puede sobrevivir a López Obrador, porque es su antítesis”, concluyó.

El líder sindical bajo los reflectores de la justicia. Foto: Cuartoscuro.

Con Información de EFE