El Quehacer Político a través///Jose Alberto Prado Angeles///A Trump le llegan los años
Por José Alberto Prado Angeles
Director General y Editor
Durante la campaña presidencial del 2020 -25 de abril de 2019- Donald Trump empezó a referirse despectivamente a Joe Biden como “sleepy Joe – Joe el dormilón”, en un intento por crear una imagen como alguien cansado, débil, lento o falto de energía. En aquel entonces Trump le mandó decir al exvicepresidente, “Bienvenido a la contienda, ‘Joe el dormilón’. Solo espero que tengas inteligencia, que durante mucho tiempo has dudado, para librar una campana primaria exitosa… ¡Te veo en la puerta de salida!”.
En aquel entonces Joe Biden tenía 77 años de edad; hoy, Trump tiene 79 años y ya se le ve “el peso” de los años y empieza a mostrar una imagen con los mismos signos que tanto criticó a Biden. En días pasados, en la víspera de Halloween, a Trump se le notó dormitando durante un acto en el despacho Oval -reportó el periódico The New York Times- y lo mismo sucedió en mayo pasado cuando viajó a Arabia Saudita, en donde en una de las reuniones cerró los ojos por unos segundos; el 7 de noviembre, en una presentación sobre medicamentos, aparentemente se quedó dormido nuevamente.
Ayer, que Trump se reunió con el gabinete en pleno en la Casa Blanca -novena ocasión que lo hace en esta administración y última en el año-, donde habló de los logros en los primeros 11 meses de su presidencia y de tópicos tan actuales como los bombardeos a las narcolanchas en aguas internacionales cercanas a Venezuela, de no descartar ataques “por tierra” para “acabar con esos hijos de perra” -refiriéndose a los narcotraficantes del país sudamericano-, defendió a su secretario de Defensa -ahora le llama Departamento de Guerra- Pete Hegsted, a quien se le ha acusado de ordenar el 2 de septiembre de un segundo ataque a una supuesta narcolancha donde hubo sobrevivientes, y en donde amenazó que “esta sujeto a ataques” cualquier país que produzca y trafique a Estados Unidos, el mandatario se echó algunas “pestañitas” mientras algunos de sus colaboradores tomaban la palabra.
Cuando Marco Rubio, secretario de Estado, quien estaba a la derecha de Trump, hizo uso de la palabra, el presidente cerró los ojos unos segundos -según se vio en la transmisión de CNN- y lo mismo sucedió, pero más notoriamente y hasta con un “cabeceo”, cuando Pete Hegsteh se justificaba del doble ataque a la supuesta lancha de narcotraficantes.
Es obvio que un personaje de esta naturaleza, con la responsabilidad que tiene a sus espaldas y que de muestras de cansancio, debilidad o falta de energía -de lo que tanto criticó a su antecesor- debe ser motivo de preocupación, porque es una demostración de desgaste y hasta de vulnerabilidad.
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