El Quehacer Político a través///Jose Alberto Prado Ángeles///La austeridad republicana alcanzó al segundo piso de la 4T la dejó sin recursos
Por José Alberto Prado Ángeles
Director General y Editor
Todo apunta a que la virtual presidenta electa ya se dio cuenta de que no le dejaron recursos económicos ni margen de maniobra para hacer frente a las promesas que alegremente hizo durante su extensa campaña electoral. De ahí que, aún sin siquiera haber sido investida con la banda presidencial, ya comenzó por recular, cancelar y postergar promesas, porque simple y sencillamente no hay dinero de dónde echar mano, al menos no lo hay en las arcas de Palacio Nacional.
Y en su descarga, habrá que decir que, seguramente, el tema no pasa porque Claudia Sheinbaum Pardo no quiera o no esté dispuesta a cumplir las múltiples promesas que hizo, sino que ha preferido, como dicen por ahí, “ponerse colorada” y hacer frente a la situación, a seguir hundiendo la economía del país.
La ex candidata de la coalición “Juntos Haremos Historia”, conformada por Morena y sus aliados, el Partido Verde Ecologista de México y el Partido del Trabajo, propuso en materia de economía mantener la “austeridad republicana”, insignia del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
En prácticamente cada foro y escenario en que se presentó, prometió que de llegar a ser presidenta implementaría una orientación social del gasto para garantizar que los programas sociales llegasen a la población que los necesita. Asimismo, sostendría la iniciativa de reforma constitucional en materia de pensiones y el mantenimiento de la Pensión para el Bienestar que beneficia a las personas adultas mayores.
Sheinbaum, además, se pronunció por el mantenimiento de los programas sociales, los aumentos al salario mínimo en términos reales y la inversión en el sur y sureste de México. En el eje de género, Sheinbaum incluyó un apoyo bimestral para mujeres de 60 a 64 años, equivalente a la mitad de la pensión de 65 y más.
Y es aquí donde ya tropezó.
La virtual presidenta anunció en días pasados que, por “responsabilidad presupuestaria”, uno de los programas que ofreció en su campaña, el apoyo económico bimestral de tres mil para mujeres de 60 a 64 años, sería corregido.
“El programa de 60-64 va a tener un millón de mujeres. Estamos evaluando si lo hacemos por edad; por ejemplo, las de 63 y 64, y ya el siguiente año sería de 60 a 64 años. (Esto es) por los recursos económicos. No queremos ser irresponsables de proponer algo que no podamos cumplir”, dijo en conferencia.
Comentó que están viendo a qué mujeres beneficiar con estos recursos, pues comenzarán sólo con un millón de ellas, por lo que dijo que analizan si la división será por edad o por zona, pero aseguró que en cualquiera de los casos únicamente las indígenas de 60 a 64 años contarán con este apoyo a partir de 2025.
La morenista comentó que en México hay cerca de 3 millones de mujeres de 60 a 64 años, las cuales serán beneficiadas por completo hasta 2026.
Esto se suma a que la próxima presidenta también adelantó el domingo 14 de julio que será hasta el año 2026 cuando se aplicará por completo la beca universal para estudiantes de escuelas públicas, el cual fue otro de sus compromisos de campaña.
“A este programa nos vamos a dedicar durante los siguientes años. El primer año, 2025, vamos a iniciar con los adolescentes de secundaria y el siguiente (2026) ya la vamos a hacer universal: preescolar, primaria y secundaria. Ya tenemos la beca para preparatoria”, dijo.
Claudia insistió vehementemente en que daría continuidad a la política social impulsada por el actual Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. “La cuarta transformación sigue en nuestro país; al siguiente escalón, el segundo piso, vamos a darle continuidad a la cuarta transformación”.
Era su pretensión preservar los programas y proyectos de López Obrador, como ya se ha dicho, la pensión para adultos mayores, becas para jóvenes, proyectos de infraestructura, entre otros, y dar paso a nuevos proyectos.
Todavía retumban en el Zócalo de la Ciudad de México las promesas que hizo el pasado mes de abril, cuando en un evento masivo presentó los 100 puntos que delinearían su proyecto de Gobierno en caso de ganar las elecciones.
En “100 pasos para la transformación”, se propone una reducción considerable de la deuda pública que actualmente representa un 3.7% del Producto Interno Bruto (PIB), para pasar a un 2.5% para 2029, lo que permitirá, según afirmó, liberar recursos públicos a objetivos prioritarios.
Sheinbaum expuso que aumentaría el salario mínimo para que en los siguientes años tuviese un aumento nominal del 11% anual. Durante el actual gobierno, el salario mínimo ha tenido seis aumentos, el más reciente entró en vigor el pasado 1 de enero, cuando pasó de 207.44 (US$ 12.06) a 248.93 (US$ 14.48) pesos diarios, y en la Zona Libre de la Frontera Norte pasó de 312.41 (US$ 18.17) a 374.89 (US$ 21.80) pesos diarios.
Dicen también que, “prometer no empobrece”, y eso fue lo que hizo Claudia durante su campaña. Prometer y prometer. No se puede saber si lo hizo con plena conciencia de que no podría cumplir porque las arcas del gobierno fueron saqueadas, o si realmente ha sido una sorpresa darse cuenta de que no existen recursos para sostener sus promesas.
¿Importa? Por supuesto:
Importa porque esta actitud nos muestra de pies a cabeza a quien llevará las riendas del país durante los próximos seis años.
Importa porque nos deja ver a una gobernante que le da lo mismo prometer sin bases que incumplir sin inmutarse.
Importa porque ya se vio que es capaz de hacer cualquier cosa para llegar al poder. Lo mismo que su jefe y mentor, Andrés Manuel López Obrador.
La mala noticia, muy mala noticia para Sheinbaum, es que se acaba de dar a conocer en días pasados que, de acuerdo con estimaciones al concluir la administración de López Obrador, la deuda neta del gobierno se ubicaría en 16.4 billones de pesos, cifra equivalente al 49.7% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, el porcentaje más alto de las últimas seis administraciones.
Así, superaría la deuda de su predecesor Enrique Peña Nieto en 4.9 puntos porcentuales del PIB, de acuerdo con el reporte trimestral de las finanzas públicas, así como con los Precriterios Generales de Política Económica para 2024.
La deuda nominal por habitante llegaría a 126 mil 277 pesos, 44.6% más que al cierre del gobierno de Peña Nieto.
Dicho saldo también representa una cifra histórica.
Así las cosas, nadie puede estar seguro ni de sus pensiones ni de los apoyos gubernamentales que recibe del gobierno federal porque a Claudia Sheinbaum haya sido como haya sido, le dejaron las arcas vacías.
Así el Quehacer Político Desde 1980, 44 años inquiriendo en la política de México, cuestionando, exponiendo, revelando y razonando.Es cuanto.