22 noviembre, 2024

El Quehacer Político a través de la Opinión///Tonatiuh Viniegra Da Paula Oliveira///Retazos de una poesía de fulgurante oscuridad

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Por Tonatiuh Viniegra Da Paula Oliveira

Analista

Distopias del devenir hombre masa: El elegir, el caminar y el ser desde la miseria y el patetismo.

En la soledad del bosque, se arrastra aquel nocturno susurro humano de lo patético, lo mediocre y lo miserable del nunca ser, del nunca haber sido y del nunca llegar a ser. Nacidos para no ser, para encarnar sin existir, para repetir sin pensar, para sentir sin saber por qué. La frustración como bandera, el resentimiento y la envida como voz. Almas enfermas, débiles y miserables que buscan refugio en el odio y el rencor, como forma de acallar el abismo de la depresión y del sin sentido fruto del nunca haber sido-nunca llegar a ser. 

Presente, pasado y futuro de las mil voces del resentimiento, la frustración, los complejos y la miseria del existir en la absoluta mediocridad humana. Alcohol, drogas, religión,telenovelas y futbol: Los únicos amigos que tienden la mano en aquellos horripilantes momentos en que es inevitable estar con sí mismo, frente a sí mismo, frente a esa realidad interna y ese rostro descarnado en donde reside, habita y palpita el maldito desierto de lo real, la maldita e insoportable propia realidad. Sueños utópicos en donde el mundo se derrumba y se quema hasta los cimientos, de forma tal que, por fin, los demás, todos los demás, todas las generaciones presentes y futuras, vivirán la misa existencia miserable que aquel ha vivido toda su vida. 

Una larva, un miserable, la voz de un no existente que grita sin jamás ser escuchada, pero que es obligada a decir en voz alta su apellido y su número de lista. No un él, sino un deber ser para un algo más. No un él, sino una danza en el no ser del cómo debe ser. No un él, sino la inexistencia de existir conforme al mandato divino de las convenciones. El camino de la renuncia de sí, del miserable olvido del propio ser, de la perdida y renuncia del yo, para encarnar lo único que esta permitido y validado: El no ser, el vacío existencial que pone en escena un deber ser, un no ser siendo para los demás, para las convenciones, los deberes ser; un no vivir para vivir en el otro mundo que solo existe en la distopia de las especulaciones teológicas y metafísicas. Un no ser paraconvertirse en una pieza de sacrificio para la colectividad, para la religión, para las exigencias familiares. No ser siendo oveja de sacrificio. Y así, desde el no ser, no queda más que el odiar y el envidiar como única forma para conseguir llegar aser, desde el no ser. Siendo odiando a los que son lo que uno quisiera ser, pero no se puede o no se sabe cómo llegar a ser. 

Ojos que miran, pero no saben que existen. Una mirada atrapada en la nada de su pensamiento propio, y en el absolutode lo que otro, de lo que los otros dictan y establecen. Una desgracia para el ser, convertida en el resentimiento histérico del nunca llegar a ser-nunca haber sido. ¿Que se le puede exigir a este hombre, a este anti-prometeo, construido con retazos de miseria humana, mediocridad, patetismo, envidia y rencor? ¿Qué se puede pretender de este anti hombre, de este miserable, que existe sin saber que existe, sin saber que siente, que piensa, que desea ni hacía que dirección quisiera ir? ¿Qué se le puede exigir a este proto hombre que vive habiendo perdido la chispa de la vida, y que deambula por el mundo robando el aliento de vida de los otros, al haber perdido el suyo propio? La condena de la maldición de la renuncia al ser, la histérica, convulsiva y sádico narcisista venganza del no ser. Venganza ¿Contra quién? Contra todos, contra la vida misma

Canto árido y amargo, vacío existencial que desgarra las entrañas; silencio ensordecedor que lo llena todo de ausencia, oscuridad y depresión. El perturbador sonido de la nada en el alma, que cala en lo profundo de los huesos hasta penetrar en el fondo la medula ósea. Y el incesante ruido del mundo al alrededor, que satura los sentidos como mil agujas, como flechas envenenadas, y que refleja el no existir del existir sin existir, lo superfluo del ser siendo lo que no se es. El no ser en medio del vertiginoso Ser del mundo, pisoteado por las sonrientes y ajenas miradas de los demás. 

¿Qué destino perverso ha sido fraguado, desde las altas esferas, para la no existencia, para el no ser de los miserables? ¿Qué perverso arquitecto universal se esconde detrás de la cortina y se entretiene con el patetismo de la existencia humana? ¿Acaso un experimento, un niño con una lupa que quema hormigas, pero que, en lugar de quemar sus cuerpos, quema, lentamente, sus almas? ¿Qué entidad cósmica sádica juega con el vacío existencial, consumiéndolo todo?

¿A que ha sido mandado el hombre, cuando se le ha dejado abandonado, arrojado, expelido, en el sinsentido de su existencia? ¿Acaso ha venido, no a sacrificar su cuerpo, sino su alma? ¿No a inmolarse materialmente para alcanzar el plano espiritual, sino a inmolar su alma misma, para alcanzar las profundidades humanas de la miseria y el patetismo? ¿Acaso será que tal existencia de patetismo, mediocridad y miseria es ya el castigo, la condena al purgatorio y aun nadie ha caído en cuenta de que, de hecho, ya es este mundo y esta vida en donde se pagan todos los pecados?

No hay hambre mas voraz que el hambre del no existente por ver al otro dejar de existir. No hay mayor consuelo, ni mayor satisfacción que el de aquel hombre no ser-nunca haber sido, cuando por fin ve al otro dejando de ser, cuando ve por fin al otro renunciando a ser, a su ser, para conformarse con ese no ser, que en la vida del miserable invade y domina toda su existencia, todo su vivir. Por que no es el gran perverso el que desea ver el mundo arder, y ver en la ruina a sus semejantes. ¡No! Ese, el que desea verlo todo arder, el que añora la llegada del juicio final y el que anhela fervorosamente apocalipsis, es el hombre mediocre, el hombre pequeño, el hombre patético, impotente y miserable, que ha vivido toda su desgraciada vida en el vacío y en el sin sentido. Aquel que tan solo puede encontrar un poco de sentido en su vida, en el ver a los otros arruinados, miserables y obligados a renunciar a su ser y a su poder en la vida. volviéndose igual de impotentes y patéticos que él. 

Cuídate, humanidad, de las almas pequeñas, por que son las que más miseria guardan en sus corazones, y mas envidia en sus mentes. Cuídate humanidad, de esas masas de almas vacías y sin existencia propia, porque esas serán las que más dependan del volverse esclavos de aquellos pastores, de aquellos oradores, de aquellos políticos y maestros que les indiquen hacia donde deben ir, que deben pensar y como deben mirar al mundo. Porque su vacío es tan profundo, que solo a través del dictado de otro es que pueden encontrar un poco de sentido en sus vidas.

Demonios escarlatas de la miseria humana, cantos desde el abismo del vacío existencial, monstruos de ultratumba, zombis que no son, no han sido y nunca serán. Saldrán una mañana de sus cuevas, siguiendo el flautín de algún encantador de masas, para destruir el mundo en el que viven, en el que viven sus seres cercanos, en el que viven sus seres queridos y en el que habrán de vivir sus hijos y sus nietos. Porque, una vida de no ser-no haber sido-no llegar a ser, tan solo es tolerable al hacer que el otro, que los otros, incluso los mas cercanos y queridos, beban de la misma copa;compartiendo con ellos algunos tragos de esa cicuta existencial a la que la vida les ha condenado a beber, día con día, noche tras noche, momento a momento. 

El ser del no ser: Vaya abismo más profundo y vayaexistencia más desgraciada. Miseria que solo se sana por momentos, cuando se logra ver al otro en la misma desgraciaexistencial. Porque, la miseria existencial, es una fuerza cósmica tan poderosa que ineludiblemente necesita producir más de si misma. La miseria humana, se alimenta de miseria humana, esa es su condición metafísica. La miseria humana, solo se puede mirar a sí misma a través de la miseria de los otros.

¡Oh miseria humana! ¡Oh monstruo cósmico! tú, vacío del no ser, ¡sinsentido que extrae la vida de cada gota de sangre, desgarrador existir para el mundo-no existiendo jamás para el propio ser! ¡Oh luz sepulcral que ciega el alma y le deja sorda! ¿Quién te ha enviado a este mundo, que, más cruel y perversa que la misma muerte, te dedicas, no a segar los cuerpos, sino a segar las almas?. Tú ¡Sin sentido de la vida, que carcomes por dentro, lenta y crónicamente al viviente, hasta convertirle en un mero cascaron, en un disfraz, en un trapo, en un vacío cubierto por delgados lienzos de piel! ¡Oh fulgurante oscuridad poética, que llevas al delirio histérico del sadismo narcisista, de la envidia, del rencor y del resentimiento, a los vivientes! convirtiéndoles en una especie monstruosa: ¡Los seres del No-Ser! Guardemos un minuto de silencio, no por los que vivieron y ya no están entre nosotros, sino por todos aquellos que, aun estando entre nosotros, aun teniendo cuerpo, han renunciado a existir, a ser y a vivir. Guardemos un minuto de silencio por los muertos vivientes.

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