20 de septiembre, pero del año 1918, cuando el Santo Padre Pío de Pietrelcina recibió los estigmas de Cristo
Por Redacción QP
Fue un 20 de septiembre, pero del año 1918, cuando el Santo Padre Pío de Pietrelcina recibió los estigmas de Cristo
Fue un 20 de septiembre, pero del año 1918, cuando el Santo Padre Pío de Pietrelcina recibió los estigmas de Cristo. Hoy, es uno de los santos más venerados por los fieles católicos alrededor del mundo.
Francesco Forgione, nombre del Padre Pío, nació el 25 de mayo de 1887 en Pietrelcina, en la provincia italiana de Benevento, cerca de Nápoles. Desde pequeño, manifestó su vocación y finalmente se entregó a la formación regligiosa con los frailes capuchinos.
Su camino religioso fue basto y lleno de experiencias, pero quizás la más significativa fue cuando recibió los estigmas. Al principio, se trataba de pequeñas heridas, pero con el tiempo fueron haciéndose más profundas y ya no pudieron disimularse.
Según Walter Sánchez Silva, para aciprensa, el relato del hecho fue descrito por el italiano Francesco Castelli en un libro titulado El Padre Pío bajo interrogatorio: La autobiografía secreta.
“El 20 de septiembre de 1918, luego de la celebración de la misa mientras estaba en el debido agradecimiento en el coro, repentinamente fui preso de un temblor, luego me llegó la calma y vi a Nuestro Señor en la actitud de quien está en la cruz, pero no vi si tenía la cruz, lamentándose de la mala correspondencia de los hombres, especialmente de los consagrados a Él que son sus favoritos”.
Cuando, de pronto, continuó el Padre Pío, “se manifestaba que Él sufría y deseaba asociar las almas a su Pasión. Me invitaba a compenetrarme en sus dolores y a meditarlos: y al mismo tiempo ocuparme de la salud de los hermanos. En seguida me sentí lleno de compasión por los dolores del Señor y le pregunté qué podía hacer. Oí esta voz: ‘te asocio a mi Pasión’. Y en seguida, desaparecida la visión, he vuelto en mí, en razón, y vi estos signos de los que salía sangre. No los tenía antes”.
Los estigmas del Padre Pío lo hicieron rápidamente famoso por aquellos días, además de los portentos con los que contaba. Por lo que él buscaba ocultarlos, a pesar de que grandes cantidades de fieles se congregaban para escuchar sus misas y observar sus heridas santas.
De acuerdo a sus biografías, los estigmas del Padre Pío permanecieron abiertos durante 50 años y desaparecieron tras su muerte, ocurrida el 23 de septiembre de 1968.
También, el ahora santo es famoso por sus encuentros con el demonio.
“Él ha venido a mí casi asumiendo todas las formas. Desde varios días acá, me viene a visitar, junto con otros de sus espíritus infernales armados de bastones y piedras. Lo que es peor es que ellos vienen con sus semblantes. Tal vez cuántas veces me ha sacado de la cama y me ha arrastrado por la habitación”, escribió el Padre Pío en una carta el 18 de enero de 1912.
Además de sus características ya mencionadas, al Padre Pío también se le consideró un exorcista. Cuentan que el demonio en una ocasión le grito que él le hacía más daño que el mismo San Miguel Arcángel.