El país europeo que vuelve a la vida antes de la pandemia
Por Carolina Alonso Romei
Internacionalista
En las calles no hay rastro de cubrebocas ni pases sanitarios por COVID-19, las oficinas recobran actividad y los conciertos aúnan a decenas de miles de espectadores
En las calles no hay rastro de cubrebocas ni pases sanitarios, las oficinas recobran actividad y los conciertos aúnan a decenas de miles de espectadores. Dinamarca despide este viernes las restricciones anti COVID-19 y vuelve serenamente a la vida de antes.
En esta antigua-nueva vida, es posible organizar conciertos para 50 mil personas, sin necesidad de enseñar un certificado de vacunación o un test negativo al COVID-19, algo bastante insólito en Europa, con numerosas restricciones todavía vigentes.
“Estamos definitivamente a la vanguardia en Dinamarca, porque ya no tenemos ninguna restricción”, explicó Ulrik Ørum-Petersen, promotor en Live Nation, responsable de este concierto el sábado, que colgó el cartel de entradas agotadas.
El 4 de septiembre, esta empresa ya había organizado un festival oportunamente llamado “retorno a la vida”, que reunió a 15 mil personas en Copenhague.
“Estar en el meollo, cantar como antes, casi me hizo olvidar el COVID-19 y todo lo vivido estos últimos meses”, decía entonces Emilie Bendix, una joven de 26 años que acudió al concierto.
Gracias a unos altos porcentajes de vacunación, del 73% entre sus 5.8 millones de habitantes,Dinamarca levantó casi totalmente desde el 1 de septiembre la exigencia del certificado anti COVID-19 instaurado en marzo.
El viernes, se retirará también su obligatoriedad en los locales nocturnos, el único sector donde todavía estaba vigente.
“Nuestro objetivo es la libre circulación (…), lo que pasará es que el virus también circulará y encontrará aquellos que no están vacunados”, advirtió la epidemióloga Lone Simonsen.
Confianza en la estrategia anti COVID-19
Pero Dinamarca cuenta con la confianza establecida en el país entre autoridades sanitarias y la población, recientemente destacada por la dirección europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Como muchos países, Dinamarca, a lo largo de la pandemia, desplegó medidas sociales o de sanidad pública para reducir la transmisión”, dijo Catherine Smallwood, encargada de las situaciones de urgencia de OMS Europa.
“Pero al mismo tiempo, ha contado con un amplio respaldo de individuos y comunidades que han aceptado los consejos del gobierno”, añadió.
Ahora, con unos 500 casos diarios y una tasa de reproducción del virus de 0.7, las autoridades danesas consideran la epidemia controlada.
El ministro de Sanidad, Magnus Heunicke, aseguró a finales de agosto que el gobierno “no dudará en actuar rápidamente si la pandemia amenaza de nuevo las funciones esenciales de la sociedad”.
Entretanto, seguirán de cerca el número de hospitalizaciones y secuenciarán minuciosamente las muestras del virus para controlar su evolución. Además, desde el jueves, ofrecen a los colectivos más vulnerables una tercera dosis de la vacuna.
Para Christian Nedergaard, restaurador de la capital, el retorno a la vida normal no esconde que “la situación sigue siendo compleja”.
“El recuerdo del coronavirus desaparecerá muy rápido en algunas mentes, pero quedará en otras. Para la restauración, está claro que este periodo ha cambiado las reglas, el sector deberá reflexionar para ser más resiliente”, indicó.
Aunque dentro de Dinamarca la vida vuelva a la normalidad, para entrar a este país escandinavo seguirá siendo obligatoria la presentación de un pasaporte sanitario o un test negativo.
Con Información de AFP