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El camaleón leguleyo
Por Israel Mendoza Pérez
La secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín, fichó al abogado Alfonso Guati Rojo por ser un hombre con información privilegiada y mano dura. Su estilo es la de llevar la negociación a sus terrenos y como pugilista poner al rival en el encordado con los términos leguleyos más exquisitos.
Alfonso Guati Rojo es el personaje clave de la secretaría de Economía. Su choque con los industriales por el etiquetado frontal fue rudo. El director General de Normas de la Secretaría de Economía doblegó a los empresarios y logró que la NOM-051, sobre el etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas entrara en vigor pese a los amparos en contra de la medida. Pero no sólo tiene en sus manos a los empresarios. A través de la Asociación Nacional de Abogados de Empresas (ANADE) uno de sus brazos de influencia logró ejercer presión para quedar bien con la cuatroté. Cumplió su misión. Aún así sus excesos y su turbio pasado lo marcan.
Recientemente en este espacio se documentó su conflicto
Abogado y funcionario de mano dura. |
de intereses. Percibe en la secretaría de Economía como director un sueldo mensual neto de 96 mil 450 pesos, mientras que su despacho a través de su socio Nathan Russek cobró en el Infonacot un contrato plurianual, número I-SDN-2017-173, del 1 de noviembre de 2017 al 30 de septiembre de 2019 sus honorarios devengados por los casos ganados. Además de un presupuesto máximo de 5 millones 250 mil pesos para los tres años en los que hacía negocio doble. Alberto Ortiz Bolaños, director general del Instituto Fonacot, no canceló sus servicios por no ser austeros y la 4-T lo apapachó.
Ahí no termina la bomba de información con la que cuenta el abogado. En sus expedientes también tiene la historia completa del fraude contra Pronósticos Deportivos en 2012. Su despacho asesoró a algunos de los implicados. Por ahí viene su interés en ofrecer lo que le consta. Su silencio tiene precio.
Para quienes lo conocen saben que desde adentro del gobierno trabaja otros asuntos a su favor, pues no se explican cómo un funcionario que ganó en la época neoliberal en Pemex un sueldo de 155 mil 894 pesos aceptó un cargo con un sueldo inferior al anterior. Y esa parte es la que provoca suspicacia de su camaleónica presencia en la cuatroté.