“Por lo visto, el Departamento de Sanidad de Moscú planea incluir en estas decenas de miles de personas a los médicos que trabajan en la ‘zona roja’ (donde tratan a los pacientes graves con COVID-19). Y esto es completamente acertado“, añadió.
Guinzburg señaló que los estudios tendrán una duración de entre cuatro y seis meses, pero que ello no será óbice para iniciar la vacunación masiva de la población, que como han declarado las autoridades del país tendrá carácter voluntario.
“La vacunación masiva comenzará con algún retraso debido a la que la mayor parte de las vacunas ya producidas se empleará en los estudios. Luego, el resto se destinará a los ciudadanos. El retraso puede ser de dos o tres semanas, quizás un mes”, explicó.
La Organisacion Mundial de la Salud (OMS), recibió con cautela la noticia de que Rusia había registrado la primera vacuna del mundo contra el COVID-19, señalando que esta, como el resto, deberán seguir los trámites de precalificación y revisión que marca el organismo.
La vacuna rusa no figuraba entre las seis que, según señaló la OMS la semana pasada, estaban más avanzadas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el viernes que Rusia “se ha saltado ciertos ensayos” a la hora de desarrollar la vacuna, y aseguró que su país no hará lo mismo.
El director de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, Francis Collins, llegó a comparar con una “ruleta rusa” la decisión de los desarrolladores de la vacuna en Rusia de saltarse lo que describió como “partes fundamentales” del proceso de aprobación.
A día de hoy, Rusia acumula 922 mil 853casos de COVID-19 y 15 mil 685 fallecimientos por la enfermedad.
Con información de EFE