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No puede ser Estado pobre y causantes remisos
Por Mouris Salloum George
Director General del Club de Periodistas de México AC
TODA SITUACIÓN extrema de emergencia nacional —como la generada en México por la crisis sanitaria y económica— exige al estadista dos condiciones: 1) Como dictado del sentido común, aplicar la regla de, a grandes problemas grandes remedios, y 2) Actuar con el corazóncaliente, pero con la nuca fría.
Lo recomienda la conseja popular: Ni tanto que queme al santo, ni poco que no le alumbre. Esta es noción, más que del conocimiento, de la sabiduría. La radicalización del acto de autoridad, antes que unificar, polariza a la sociedad.
Lo sabemos todos desde hace tiempo: El cambio de modelo económico en la década de los ochenta ha producido el indeseable fenómeno de un Estado fiscalmente pobre y poder económico privado cada vez más rico.
Monreal propone asunto de fideicomisos a Parlamento Abierto
Equilibrio y sensibilidad social, son imperativos invocados recientemente por el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal Ávila, al proponer Parlamento Abierto para escuchar todas las voces y todas las posiciones de los sectores eventualmente afectados por una iniciativa de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados para modificar o liquidar 44 fideicomisos en que existe participación estatal, a fin de recuperar unos 91 mil millones de pesos y asignarlos a la atención de la crisis sanitaria desencadenada por el Covid-19.
El senador Monreal Ávila se comprometió a persuadir a la bancada que coordina en la Cámara alta a actuar con cautela y responsabilidad política.
El gobierno no puede fondear su solvencia con base en más deuda
Dos factores inciden en las reacciones parlamentarias frente a la crisis. Los requerimientos financieros de contingencia, que han violentado las expectativas de ingresos fiscales, e impactado los cálculos del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2020.
Si bien la recaudación tributaria en los primeros meses del año se mantiene relativamente al alza, las reasignaciones del gasto público federal para salir al paso a la emergencia nacional han quedado inopinadamente pendientes, al dejarse en suspenso la solicitud de Palacio Nacional de reformar la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, que queda en el ámbito de las facultades exclusivas de la Cámara de Diputados.
Ahora bien: Si el compromiso de la Cuarta Transformación (4T) es no crear nuevos impuestos ni aumentar los vigentes, la solvencia del erario no puede ser fondeada con la contratación de nuevos empréstitos cuando la deuda pública ha roto ya el techo de los 12 billones de pesos.
No son muchas las opciones que tiene el gobierno de la República para sortear la emergencia. El combate a la corrupción pasa aún por la prueba del ensayo y el error cuando en 2019 la inercia está dando como resultado el registro de nuevas conductas desleales a los propósitos de la administración.
Oscuros fideicomisos, barriles sin fondo de la corrupción
Remitiéndonos expresamente al tratamiento de fondos y fideicomisos, es secreto a voces que esas figuras, de tiempo atrás amparadas en el secreto bancario y fiduciario, se convirtieron en el recurso más socorridos de los tecnócratas neoliberales para hacer de deudas contingentes del sector privado, deuda pública con cargo a los contribuyentes cautivos.
El caso más indignante es el del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), cuyos pasivos siguen gravitando cada ejercicio fiscal sobre el Presupuesto de Egresos. Tenemos también el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), creado para la atención de población damnificada. No son casos únicos, pero si los de los más representativos de las prácticas innobles con dinero público.
Desde hace por lo menos una década la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha puesto el dedo en la llaga en ese inmoral asunto, hasta 2018 tratado como basura dejada bajo la alfombra.
Organizaciones no gubernamentales, desde 2016-2017, con resultados de investigaciones bien sistematizadas documentaron la existencia de más de 300 fondos y fideicomisos, gestores casi autónomos de unos 800 mil millones de pesos, asunto del que tomó nota la Comisión de Presupuesto de San Lázaro, sin ir más allá.
La primera semana de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador planteó el imperativo de sanear esos entes, sugiriendo el rescate de unos 300 mil millones de pesos (14 mil millones de dólares).
La velocidad de la crisis pone al Congreso contrarreloj
Ahora, sin mucho entusiasmo de parte del presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Mario Delgado, la legisladora Dolores Padierna, en nombre de sus pares en la bancada de Morena, le volvió a poner el cascabel al gato.
Dado el grado de crispación de la vida pública, en efecto, como lo propone el senador Monreal Ávila, resulta pertinente que asunto de tal magnitud se discuta en Parlamento Abierto. Hablando se entiende la gente.
Lo que es de advertirse es que, frente a la velocidad de la crisis, los tiempos legislativos están contrarreloj y no faltan agentes que, por mero protagonismo personal o interés partidario, gustan por sistema de las tácticas dilatorias, si vemos bien los inconvenientes, cuando desde hace varias semanas se enviaron a San Lázaro los pre Criterios de Política Económica para 2021, y estamos a tres meses de que Hacienda remita su paquete económico para el ejercicio fiscal del año próximo.
Frente a las circunstancias de emergencia aplica bien la norma: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Vale.
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