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Tiranía legislativa en el Senado de la República, por anteponer sus intereses

+ Los legisladores de adorno, aquellos que no trabajan

Por Joaquín Morgado

Los Senadores mexicanos sólo trabajan 195 días al año, y perciben 2 millones 248, 915 pesos, y para variar son los que menos días laborales tienen de todos los congresos de América Latina. Solo unos cuantos son de verdad apegados y responsables, es decir son Senadores.
Cada vez que van a votar, lo hacen más para bloquear a los rivales que para pasar reformas, sus grandes propuestas, han fracasado en el Congreso.
Todavía hay quienes, al interior de la Cámara Alta, ignoran los compromisos, distorsionan la información, se obstinan en hacer prevalecer sus propios intereses y lastiman la debilitada economía nacional
Un ejemplo a seguir fue el Ejecutivo federal se debatió varias semanas entre tomar las medidas sanitarias que demanda la pandemia del Covid-19 y retardar las graves consecuencias que el aislamiento social acarreará para la economía nacional, para la clase trabajadora y para los sectores más desfavorecidos de la población.
El outsourcing, un ejemplo de la tiranía legislativa
Todo hace suponer que para muchos de los senadores parece no existir, porque se afanan en promover un dictamen en materia de subcontratación regresivo, prohibicionista. En el proyecto de dictamen para regular el outsourcing elaborado por la mesa de alto nivel hay cambios de fondo que se hicieron a gusto de los empresarios y que van en sentido contrario a la intención de erradicar la subcontratación laboral que evade al fisco y vulnera derechos fundamentales de los trabajadores, como el reparto de utilidades, advirtió el senador de Morena Napoleón Gómez Urrutia.
Presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, resaltó que desde que presentó la iniciativa en la materia, los fuertes intereses que se oponen a regular la tercerización se hicieron presentes, comenzaron las presiones dentro y fuera de esa cámara del Congreso y lo que pretenden ahora es que él avale un proyecto de dictamen que, en lugar de frenar esa práctica, la legaliza.
Se refirió particularmente al artículo 15-A de la Ley Federal del Trabajo, en el que se da la vuelta a la figura de responsabilidad solidaria para permitir que los patrones puedan seguir evadiendo el reparto de utilidades al personal sindicalizado y a los empleados de confianza.
En el 2020 hubo dos parlamentos abiertos y una serie de mesas de alto nivel, donde representantes del Ejecutivo federal (los titulares de la STPS, el IMSS, el Infonavit, la Unidad de Inteligencia Financiera y la Procuraduría Fiscal de la Federación), sindicatos, legisladores, empresarios, trabajadores, asociaciones y académicos lograron llegar a consensos. La Junta de Coordinación Política del Senado y numerosos legisladores presentes en dichos eventos hicieron el compromiso explícito de respetar los acuerdos democráticos y plurales para cuidar a los trabajadores.
Pero ahora, todavía hay quienes, al interior de la Cámara de Senadores, ignoran los compromisos, distorsionan la información, se obstinan en hacer prevalecer sus propios intereses y lastiman a la debilitada economía nacional. Para ello, inventan un sinfín de argucias y pregonan intereses contrarios a los que en la práctica defienden.

Otra farsa, la legalización de la marihuana en México

Lo que debía ser una ley histórica que pusiera fin a 100 años de prohibición del cannabis en México terminó siendo una farsa, una contradicción. El dictamen de la Ley para la Regulación del Cannabis limita el autocultivo, pero deja la puerta abierta al mercado. Quien quiera consumir cannabis en México, sin importar si es un porro para relajarse o un extracto para tratar epilepsia, muy probablemente deberá recurrir al mercado.
Y es que el autocultivo, la que sería la vía idónea para acceder al cannabis, está sumamente limitado.
“Nos parece que está demasiado acotado el derecho, mucha multa, mucha prisión”, había anticipado la senadora de Movimiento Ciudadano, Patricia Mercado, en su intervención del 4 de marzo, justo el día que se aprobó el dictamen. Igual votó a favor argumentando que el documento iba en la dirección correcta. Julio Menchaca, senador por Morena y presidente de la Comisión de Justicia, ufano, destacó que se trataba de una legislación “histórica”.
¿Pero que tanto trabajan los Senadores?
En total, durante esos dos periodos —el ordinario y el extraordinario—, en el pleno se llevaron a cabo 70 votaciones de diversos dictámenes, aunque los 128 senadores no estuvieron presentes en todas ellas, ya sea por inasistencia o por ausentarse de la votación.
Los datos disponibles en la página del Senado, en los apartados de asistencias y votaciones, muestran que el priista Carlos Aceves, líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), es el más faltista. En total, suma 21 inasistencias, 20 de ellas justificadas. Aceves también es el senador que faltó a más votaciones: 58. La panista Martha Cecilia Márquez, con 10 faltas, todas justificadas. La legisladora pidió días de incapacidad debido a su embarazo.
A estos senadores les siguen los morenistas Ifigenia Martínez y Napoleón Gómez Urrutia, 12 faltas cada uno. Beatriz Paredes Rangel, con cuatro faltas, dos de ellas justificadas. Según los registros, sí hay senadores que asistieron a las 36 sesiones ordinarias.
En esa lista está el propio presidente del Senado, Martí Batres, de Morena, quien también reporta haber estado en todas las votaciones.
Le siguen su compañera de partido Rocío Abreu y Eunice Romo Molina, del PES, con todas las asistencias y solo una votación con ausencia. El morenista Alejandro Armenta y Sasil de León Villard, del PES, igualmente tienen todas las asistencias y faltaron a dos votaciones.
Los más chambeadores y los senadores sin iniciativas
En general, los senadores presentaron 406 iniciativas, según revisiones a los apartados correspondientes de la página del Senado y de los micrositios oficiales de cada legislador.
De los 128 integrantes de la Cámara, 121 presentaron al menos una, en materias como educación, finanzas públicas, seguridad pública, medio ambiente, seguridad, social y minería, entre otras.
Los senadores con más iniciativas son: Ricardo Monreal (Morena, con 32), Claudia Edith Anaya Mota (PRI, con 13), Martí Batres (Morena, con 12), Alejandro González Yáñez (PT, con 12) y Minerva Hernández Ramos (PAN, con 12).
En contraste, siete legisladores no presentaron una sola iniciativa propia, si bien se suscribieron a otras promovidas por sus compañeros, según los registros revisados. Los políticos en cuestión son: Carlos Aceves del Olmo (PRI). Beatriz Paredes Rangel (PRI). Héctor Vasconcelos (Morena). María Soledad Luévano (Morena). Ifigenia Martínez (Morena). Ana Lilia Rivera (Morena). Nestora Salgado García (Morena). Carlos Aceves Del Olmo tuvo 36 faltas y sólo ha asistido a 38 sesiones. Alejandra Lagunes registró 16 faltas y Martha Cecilia Márquez tuvo 14 faltas.