El buen humor está de luto
Por Redacción QP
Marcos Mundstock falleció ayer a los 77 años; el miembro fundador del grupo Les Luthiers puso sonrisas en las caras de millones de seguidores en todo el mundo hispano durante más de medio siglo
“En la vida hay días buenos, pocos. También hay días malos, por suerte también pocos. Y el resto, la mayoría, son días normales”, así describía las jornadas Marcos Mundstock, quien sin duda ayer nos “provocó, sin querer” un día malo: falleció a los 77 años en su hogar, en Buenos Aires, Argentina.
La muerte no era uno de sus temas recurrentes; sin embargo, hace algunos años, cuando habló sobre lo que diría su tumba, compartió: “¿Que cómo sería el texto de mi epitafio? ‘Marcos no está, todavía lo estamos esperando’”. Así es, desde ayer, el buen humor lo estará esperando… Sólo Mundstock, con su deceso, lograría ponerlo en pausa.
La habilidad que Mundstock tenía con las palabras y su uso era digna de ser comparada con la de un malabarista del Cirque du Soleil, y la demostró desde su juventud.
Nacido en Santa Fe el 25 de mayo de 1942, Marcos, apodado “Pelado”, fue el locutor de Les Luthiers, grupo de músicos-actores-humoristas cuya fama traspasó las fronteras de Argentina, para instalarse en el buen gusto de toda Latinoamérica y también en España.
El destino de Mundstock con las palabras tuvo su primer encuentro cuando decidió abandonar sus estudios de ingeniería e ingresar al Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER), donde se preparó como locutor, profesión que lo llevó a conocer a quienes formarían junto con él al grupo Les Luthiers: Gerardo Masana, Daniel Rabinovich, Carlos López Puccio y Jorge Maronna.
Fue así que estos jóvenes, en 1967, canalizaron su talento y vocación por la escritura y el humor, y fundaron la agrupación que los lanzó a la fama… Gloria que les fue reconocida en 2017 cuando recibieron el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.
La noticia del deceso fue dada a conocer por los integrantes de Les Luthiers, a través de un comunicado: “Después de más de un año de lidiar con un problema de salud que se tornó irreversible, Marcos, nuestro compañero y amigo, finalmente partió”.
“De ahora en más, cada uno de nosotros deberá empezar a transitar el doloroso camino de aprender a convivir con su ausencia. Pero no hoy. Pensar hoy en partidas o ausencias nos resulta demasiado triste. Hoy preferimos evocar todo lo que Marcos nos brindó y conservaremos con nosotros para siempre”, añade el comunicado.
Cabe señalar que en enero pasado, se anunció que Mundstock, quien además de locutor, también participó como actor en diversas películas, debería prolongar durante todo 2020 la licencia médica que lo mantenía alejado de los escenarios.
Con su desaparición física, son tres los miembros fundadores de Les Luthiers fallecidos, después de Gerardo Masana, en 1973, y Daniel Rabinovich, en 2015; sólo permanecen con vida dos de los fundadores: Carlos López Puccio y Jorge Maronna.
Es importante destacar que el grupo sigue activo, porque se fue renovando con las incorporaciones de Tato Turano, Martín O’Connor, Roberto Antier y Tomás Mayer Wolf, quienes durante años habían viajado con Les Luthiers como suplentes en sus giras internacionales.
Sentido del humor y compañerismo
Considerado el integrante menos musical de la formación, ya que sólo tocaba un instrumento de viento (como el gom-horn, una especie de trompeta hecha con una manguera y un embudo creada por los propios Les Luthiers) y algunos de percusión, destacaba su capacidad actoral.
“Nos quedará su profesionalismo. Su exigencia, su ética de trabajo y su respeto extremo por el público, valores que todos compartimos y que él defendió desde el momento de la creación misma de Les Luthiers”, añade el comunicado.
Su entorno remarca también su “compañerismo”, tanto en lo profesional y en lo personal y su capacidad para respetar las opiniones ajenas, “aún en la disidencia”, así como sus “chistes cotidianos, rápidos y asombrosamente ingeniosos”.
“Nos quedarán tantas cosas de Marcos, que aun en medio de la tristeza y el dolor que estamos viviendo, no podemos dejar de agradecer a la vida, y de sentirnos privilegiados de haber recorrido con él todo este tramo del camino”, concluye el texto difundido.
Las palabras
Pese a que la enfermedad había retirado a Mundstock de la actividad artística en marzo de 2019, ese mismo año pudo componer un texto que grabó en video para participar así en el Congreso Internacional de la Lengua celebrado en Córdoba (Argentina) en abril de 2019. En dicho material habló sobre la manera en que nos referimos a las distintas mediciones del tiempo en nuestro idioma, que consideraba imperfectas.
Por eso propuso una valoración más estricta de tales expresiones en el habla popular: “Propongo”, dijo, “que un ‘lo que canta un gallo’ equivalga a ‘dos santiamenes’ y a cuatro ‘periquetes’. Y que un ‘me pareció un siglo’ sea igual a la cuarta parte de ‘una eternidad’ o a un ‘0,33% de ya no veo la hora’”.