La crisis sanitaria del coronavirus cierra las puertas de salida del París Saint-Germain de sus dos principales estrellas, el francés Kylian Mbappé, pretendido por el Real Madrid, y el brasileño Neymar, en el punto de mira del Barcelona, según publica este lunes el diario “L’Équipe”.
El diario francés asegura que la pandemia ha incidido de forma importante en las arcas de los clubes, lo que reduce las opciones de grandes fichajes en los próximos meses y, al tiempo, ha flexibilizado las normas del “juego limpio” financiero, lo que le deja más margen para invertir pese a desequilibrar sus cuentas.
En el caso del campeón del mundo, el club sostiene que Mbappé es una prioridad para el emir de Catar, propietario del club, y que no aceptará ninguna oferta por su salida.
El Real Madrid, principal candidato a hacerse con sus servicios desde su eclosión en Mónaco, parece tener las finanzas más saneadas que otros grandes del continente, como demuestra que no ha tomado medidas de reducción salarial de su plantilla, y su presidente, Florentino Pérez, mantiene excelentes relaciones con el parisiense, Nasser Al Khelaifi, lo que evita una negociación hostil.
El PSG asegura que, por nada del mundo, venderían a Mbappé, que compraron por 180 millones de euros al Mónaco en 2017 y, a sus 21 años, quiere convertirlo en la pieza central de su proyecto.
Pero si cumple un año más en el club francés, estaría a dos del final de su contrato, lo que pondría encima de la mesa el año próximo la cuestión de su renovación.
El delantero francés sabe que si prolonga sus deseos de cambiar de aires, sus opciones se reducen porque el PSG no parece tomar sus decisiones por motivos financieros.
En el caso de Neymar, los problemas económicos del Barça pueden dificultar su salida que, fuentes del entorno del jugador citadas por “L’Équipe” aseguran que “no está de actualidad”.
Al término de la próxima temporada en el club francés, el brasileño habría cumplido cuatro en la capital francesa y estaría a dos del final de su contrato.
En esas condiciones, acabaría el llamado periodo de protección de la UEFA, lo que permitiría al jugador exigir su salida tras el pago de una indemnización calculada en función de los años que le quedan de contrato y el coste de su fichaje, una cifra que el diario estima en torno a los 180 millones de euros.
Sería menos que los 222 millones que el Barça se embolsó por su fichaje en 2017, pero una cifra considerable por un jugador que, para entonces, tendría ya 29 años.
Con información de EFE