El Papa pide a religiones ser alternativa a intereses económicos
El líder católico envió un mensaje a asistentes a un foro en Buenos Aires, donde urgió a empujar un “auténtico desarrollo económico”
Por Carolina Alonso Romei
Internacionalista
El Papa Francisco pidió a líderes de diversas religiones reunidos en un foro en Buenos Aires convertirse en alternativa ante el dominio de los intereses económicos y brindar una “mirada nueva” sobre el ser humano.
El mensaje del pontífice, redactado en español, urgió a los líderes religiosos a empujar un “auténtico desarrollo económico”, con el cual se pueda mirar a cada persona a los ojos y “no como un número más de una fría estadística”.
“Ante un mundo en el que se afirma y se consolida un paradigma de desarrollo de tipo tecnocrático, con su lógica de dominio y control de la realidad en favor de intereses económicos y de beneficio, pienso que las religiones tienen un gran papel que desempeñar”
El texto fue enviado a la capital argentina con motivo de la apertura del encuentro organizado por el G20 Interfaith Forum Association, el Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (Calir) y el proyecto latinoamericano “Ética y Economía” (Creas-Pidesone).
Francisco señaló que son “muchos y muy complejos” los desafíos que afronta el mundo en estos momentos, con situaciones difíciles que no solo afectan “a tantos hermanos nuestros desamparados y olvidados”, sino que amenazan el futuro de la humanidad entera.
“Los hombres de fe no podemos quedar indiferentes ante estas amenazas”, dijo y advirtió que las religiones, más allá de sus diferencias, pueden ofrecer un “aporte fundamental”: mostrar la fecundidad del diálogo constructivo para encontrar, entre todos, las mejores soluciones a los problemas que afectan a todos.
Aclaró que el diálogo no significa renunciar a la propia identidad sino estar dispuestos a salir al encuentro del otro, comprender sus razones, ser capaces de tejer relaciones humanas respetuosas, con el convencimiento de que escuchar al que piensa diferente es una ocasión de enriquecimiento mutuo.
Porque, continuó Jorge Mario Bergoglio, no es posible construir una casa común dejando de lado a las personas que piensan distinto, o aquello que consideran importante y que pertenece a su más profunda identidad.
Por eso, apuntó, hay que construir una fraternidad que no sea de “laboratorio”, porque el futuro está en la convivencia respetuosa de las diferencias, no en la homologación de un pensamiento único teóricamente neutral.
“Ante un mundo en el que se afirma y se consolida un paradigma de desarrollo de tipo tecnocrático, con su lógica de dominio y control de la realidad en favor de intereses económicos y de beneficio, pienso que las religiones tienen un gran papel que desempeñar”, indicó.
“Ofrezcamos una manera nueva de mirar a los hombres y a la realidad, ya no con afán manipulador y dominante, sino con respeto de su propia naturaleza y de su vocación en la creación entera, porque siendo creados por el mismo Padre, todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles”, abundó.
Más adelante, Francisco llamó a “toda la familia humana” a proteger la “casa común”, una invitación que calificó de “urgente” en un “nuevo diálogo” que se ocupe de analizar cómo se está construyendo la sociedad actual, “en la búsqueda de un desarrollo sostenible y convencidos de que las cosas pueden cambiar”.
En la ceremonia de apertura de la reunión, que tuvo lugar en el Auditorio Manuel Belgrano de la Cancillería argentina, también se escucharon mensajes del patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, y del secretario general de la Alianza Bautista Mundial, Elijah Brown.