En casas, en fincas o en cerros: siembran de laboratorios el país por demanda de droga sintética
En casas, en fincas o en cerros: siembran de laboratorios el país por demanda de droga sintética
Por Redacción QP
Michoacán, Sinaloa y Jalisco lideran la producción de drogas sintéticas. En Baja California aumenta la presencia de estas fábricas ilícitas. Se estima que de diciembre de 2006 a la fecha, la PGR ha conocido de más de mil 500 laboratorios en sus investigaciones. Trabajadores de los centros de producción son retenidos a la fuerza, bajo horarios y condiciones de esclavitud.
En algunos cárteles como Jalisco Nueva Generación (CJNG), se sabe que privan de su libertad a personas en municipios de las entidades del Occidente y El Bajío, para ponerlos a trabajar bajo sus órdenes. Unos como “halcones”, otros como vendedores de droga o sicarios y algunos más como afanadores o “cocineros” en las factorías de metanfetaminas.
Una creciente demanda en el consumo de drogas sintéticas en el mercado, sobre todo de los adictos estadounidenses y de Asia Oriental y Sudoriental, ha propiciado la instalación exponencial de narcolaboratorios durante los últimos años en México, revelan datos de diferentes dependencias oficiales y organismos internacionales.
Acciones continuas de autoridades mexicanas, que cuentan con capacitación y equipos de intervención donados por instancias norteamericanas, confirman que las fábricas de metanfetaminas se encuentran trabajando tanto en centros urbanos habitacionales, como en fincas en zonas despobladas y en barrancos o cerros a la intemperie.
En estos tiempos, ninguno de los grandes cárteles sustrae su participación en el mercado de las drogas de diseño, que antes desdeñaban por la bonanza de los años ochenta y noventa en el trasiego de la marihuana y la cocaína. Ese ha sido otro de los motivos del aumento en dicha actividad, incentivada por el tráfico de sustancias químicas que ilícitamente llegan desde países como China.
Aunque las diferentes instituciones que participan en el combate contra el narcotráfico cuentan con sus propias cifras de la localización y desmantelamiento de las fábricas de drogas, en la Procuraduría General de la República (PGR) la cantidad de narcolaboratorios mencionados dentro de averiguaciones previas y carpetas de investigación desde finales de 2006 a la fecha, rebasa la cantidad de mil 500.
Los estados de Michoacán, Sinaloa y Jalisco, en ese orden, dominan el panorama de los centros de producción de metanfetaminas en sus diferentes modalidades y presentaciones, entre ellas, la líquida, que en un proceso químico inverso al llegar a Estados Unidos de América, se vuelve a granular.
Sin embargo, en los últimos tres años, en Baja California este tipo de laboratorios se ha detectado con mayor frecuencia, pues la ganancia de las organizaciones criminales incrementa al recorrer menos kilómetros por el país y dejar menos dádivas en manos de quienes permiten que la droga llegue hasta la frontera. Así se han descubierto fábricas en casas, bodegas y hasta en un barranco en La Rumorosa.
La facilidad de montar un pequeño laboratorio en cualquier espacio, dista de la producción de otro tipo de drogas que están en contacto o emanan de la tierra. En el caso de las metanfetaminas, por el contrario, es menor el tiempo de elaboración y más la contaminación por el uso de agentes químicos muy agresivos que posteriormente se vierten a la naturaleza. Se estima que por cada kilo de droga sintética, se producen cinco más de desechos tóxicos.
ESCLAVITUD MODERNA
Aunque en la gran mayoría de los narcolaboratorios no se logran detenciones de miembros de las organizaciones criminales, los pocos detenidos -que rápido recuperan su libertad- ha permitido a las autoridades conocer las condiciones de esclavitud en las que prácticamente laboran quienes se encargan de realizar las mezclas, cuidar los lugares, avisar de la presencia de las autoridades y dar el mantenimiento a equipos e instalaciones.
En algunos cárteles como Jalisco Nueva Generación (CJNG), se sabe que privan de su libertad a personas en municipios de las entidades del Occidente y El Bajío, para ponerlos a trabajar bajo sus órdenes. Unos como “halcones”, otros como vendedores de droga o sicarios y algunos más como afanadores o “cocineros” en las factorías de metanfetaminas.
Algo parecido le sucedió a Martín “N”, quien no fue secuestrado, pero se dice engañado por una célula delictiva. Hoy, esta persona se encuentra privada de su libertad en un centro penitenciario y formalmente preso -con las reglas del antiguo sistema de justicia- por su probable responsabilidad en la comisión de delitos contra la salud en la modalidad de producción de metanfetaminas.
Su vida dio un giro total cuando, desesperado por el desempleo, acudió a conseguir trabajo en un taller mecánico ubicado sobre la carretera Tijuana-Tecate, en la colonia Maclovio Rojas o Florido Viejo. Uno de los encargados le dijo que en ese lugar no había vacantes laborales, pero que si podía trasladarse a Querétaro, allá le encontraría acomodo en una bodega.
Martín fue llevado y apoyado con el costo del pasaje por su interlocutor, quien le montó en un autobús con destino a Querétaro, previa anotación de un domicilio en un papel y la promesa de que pasarían por él a la central camionera. Y en efecto, fueron por él y lo llevaron a un bodegón ubicado en el municipio de El Marqués. El sitio se componía de unas cinco naves industriales independientes, pero conectadas entre sí, donde lo instalaron en un camper que sería su dormitorio.
Le dijeron que era una fábrica de productos de limpieza como cloro, pinol y aromatizante, entre otros. Su trabajo consistiría en mantener limpia la bodega y lavar unos tambos que siempre les dejaban sucios. Después debía dejarlos acomodados. La jornada de trabajo consistía de ocho de la mañana de un día hasta las dos o tres de la mañana del día siguiente. De día o de noche había mucho ruido y olores a diversos químicos.
Aseguró que en la bodega donde él se hallaba no se producía nada, sólo había áreas para soldar y otra para lavar los botes sucios. En total trabajaban otras seis o siete personas, cuatro de ellas -jóvenes- herreros o soldadores y las demás de limpieza. Todos fueron detenidos cuando elementos del Ejército Mexicano catearon el lugar y descubrieron un laboratorio para la elaboración de metanfetaminas, principalmente “cristal”. Su dicho de poco le ha valido, pues es considerado como presunto “cocinero” de la fábrica de drogas sintéticas.
El caso de Joel “N” evidencia el terror que viven quienes se involucran en el narcotráfico por necesidad económica. Este personaje fue detenido el 20 de agosto de 2014 en Culiacán, Sinaloa, al lado de Juan José “N”, hijo del presunto narcotraficante Juan José Esparragoza Moreno “El Azul”. Joel tenía escasos tres meses de trabajar para el hijo del fundador del Cártel de Guadalajara y tenía pánico a las labores de los laboratorios de drogas.
Declaró que un amigo le presentó a Juan José, apodado “El Cora”, quien estaba buscando gente desempleada que quisiera aprender a fabricar metanfetamina. “Ya tenía mucho sin trabajo, y sin dinero, la necesidad me orilló a eso”, dijo ante el Ministerio Público Federal. Agregó que le dieron un curso intensivo en un laboratorio de la Capital sinaloense y después lo enviaron a una improvisada narcofactoría que estaba en un barranco, en medio de dos cerros y que tenía por techo lonas camufladas, entre los ranchos El Aguaje y El Aguajito en Tamazula, Durango.
Joel asegura que en el laboratorio, al que llegó tras hora y media de caminar por el monte, trabajaban unas cuarenta personas y se contaba con reactores, destiladoras, instrumentos y los precursores químicos necesarios. Estuvo en el lugar durante tres días, observando todo el proceso de la metanfetamina y después tuvo que regresar a ponerse a las órdenes del “Cora”, quien le preguntó sí había aprendido a hacer metanfetamina.
“Por temor le dije que sí, pero en realidad no lo había hecho por temor a la peligrosidad que miré en el trabajo, ya que ellos trabajaban con nitrógeno y a eso le metían lumbre, y yo sé que el ‘nitro’ es altamente explosivo, y no hallaba las palabras para explicarle que no lo quería hacer, ya que el señor había pagado una fuerte suma de dinero para que me enseñaran”, depuso el imputado.
Juan José comisionó a Joel para que instalara un laboratorio de droga sintética en un rancho cercano a Culiacán en junio de 2014, pero el empleado le fue dando largas al asunto y siempre encontraba un pretexto para no cumplir con la orden, como la falta de agua, “dándome tiempo para explicarle que yo no quería trabajar en el laboratorio, ya que le tengo miedo al ‘Cora’, ya que siempre anda con gente armada. Estoy detenido porque no le pude decir que no quería trabajar con él”, finaliza la declaración de Joel.
PRIORIDAD AJENA
Cada año, el gobierno de Estados Unidos destina un presupuesto para apoyar las tareas de otros países en contra del narcotráfico, entre estas la de detección y desmantelamiento de narcolaboratorios. La Embajada norteamericana apoya a la PGR, a la Policía Federal y a las fiscalías de los estados en la capacitación de sus agentes tanto policiales, como ministeriales y peritos.
Tan sólo el año próximo pasado, con esta finalidad, el gobierno estadounidense donó a México equipo de protección personal, consistente en trajes, guantes y máscaras valuados en casi 900 mil dólares. La donación se realizó auspiciada por la Iniciativa Mérida como parte de la colaboración bilateral para combatir el diseño y distribución de drogas sintéticas y precursores químicos.
A esta inquietud se ha agregado la de invitar a las autoridades mexicanas a localizar y destruir los laboratorios de heroína sintética donde se fabrica la poderosa y destructiva droga conocida como fentanilo, en contra de la que la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) lanzó en 2015 una alerta de salud pública en la Unión Americana, señalando que se trata de un analgésico opioide sintético de la Lista II, que es entre 25 y 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina.
Las investigaciones de la DEA advierten que los cárteles de la droga mexicanos, entre ellos el de Sinaloa, están produciendo fentanilo a partir de precursores originarios de China y que la exposición humana a una cantidad mínima de esa sustancia por inhalación o absorción a través de la piel puede ser fatal.
Apenas el 9 de septiembre pasado, la Policía Estatal Preventiva localizó un laboratorio para la elaboración de fentanilo en una finca de Avenida Paseo de La Rumorosa, Colonia San Marcos de Mexicali. Allí detuvieron al mexicano Iván “N”, de 50 años de edad, y al ruso Anton “N”, de 48, quienes tenían en su radio de acción unas 20 mil tabletas de la referida sustancia.
Fábricas de drogas en 2018
24 de enero: Agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) localizaron un narcolaboratorio en La Labor de San Ignacio, municipio de Yahualica de González Gallo, Jalisco. Hieleras y bidones con sustancias químicas, líquidas y granuladas, fueron aseguradas.
16 de febrero: Soldados del Ejército Mexicano aseguraron un laboratorio de droga sintética en una barranca de Tecalitlán, Jalisco, en los límites con Michoacán. Entre 15 y 20 trabajadores que producían de 20 a 30 kilos semanales de metanfetamina pudieron escapar. Químicos, utensilios y droga terminada fueron incautados.
2 de marzo: La PGR aseguró más de 740 kilos de metanfetamina y 172 litros de acetona al catear un inmueble en Playas de Rosarito, donde detuvo a tres implicados en el hecho. Días después, un juez dejó en libertad a los detenidos por considerar el informe policial como inverosímil.
21 de marzo: La Policía Estatal Preventiva (PEP) descubrió una fábrica de droga sintética en un predio del poblado Cerro Azul en Tecate y detuvo a dos personas que poseían unos 60 kilos de “ice” en un automóvil Ford Focus.
17 de mayo: Un laboratorio para la elaboración de drogas sintética fue desmantelado en una zona serrana del municipio de Tequila, Jalisco. Militares decomisaron precursores químicos, herramientas y otros insumos.
28 de junio: En un domicilio del municipio de Villa Purificación, Jalisco, soldados aseguraron un laboratorio de drogas sintéticas, con ollas e instrumentos y precursores químicos.
14 de agosto: La PGR desmanteló un narcolaboratorio en el poblado El Guayabal, municipio de La Huerta, Jalisco. Allí se localizaron instrumentos, precursores químicos, 80 kilos de metanfetamina granulada y 300 litros de metanfetamina líquida. No hubo detenidos.
17 de agosto: Elementos de la Marina aseguraron 47 toneladas de “cristal” en un laboratorio rústico en la sierra de Badiraguato, en Sinaloa, en el decomiso considerado más grande de esta droga en México. La sustancia estaba oculta en dos escondites bajo tierra. No hubo aprehensiones.
26 de agosto: Militares hallaron un laboratorio para producción de metanfetaminas debajo del arbolado en un paraje despoblado en La Rumorosa, a la altura del Kilómetro 15, en una brecha de terracería que se junta con la carretera Tecate-La Rumorosa, a la altura del Ejido Pino Suárez. Se localizó un campamento para diez personas, a la vez que se aseguraron casi cuatro toneladas de “cristal”, utensilios y productos químicos.
7 de septiembre: La PGR aseguró un domicilio en Playas de Tijuana que presuntamente fungía como narcolaboratorio. Tras un cateo fueron incautados 120 kilos de clorhidrato de metanfetamina, 136 litros de acetona y 20 litros de ácido clorhídrico. No hubo detenidos.
9 de septiembre: La PEP descubrió un laboratorio donde se producía fentanilo en la calle Paseo de la Rumorosa de la colonia San Marcos en Mexicali. Fueron detenidos un mexicano y un ruso, quienes poseían más de 20 mil pastillas de heroína sintética.
Con Información de Zeta