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Las abajo firmantes
Por Israel Mendoza Pérez
Las abajo firmantes
Por Israel Mendoza Pérez
La Comisión Nacional de Derechos Humanos, en manos de Rosario Piedra Ibarra, se encamina a convertirse en un organismo adaptado a los intereses y gustos políticos de Morena. La presidenta electa del organismo —aún no aplaca su polémica llegada al organismo— ya habla de llevar a la Comisión a una “reforma profunda”.
Incluso la renuncia de cinco integrantes del Consejo Consultivo de la CNDH ha sido minimizado por el gobierno al asegurar que la ciudadanía no tenía conocimiento de la existencia de dicho consejo y forman parte de la obesa estructura burocrática dedicadas a la simulación.
La carta de renuncia expuesta por María Ampudia González, Mariclaire Acosta Urquidi, Angélica Cuéllar, María Olga Noriega Sáenz, quienes se suman a la dimisión presentada al mismo cargo, del miércoles 13 de Alberto Manuel Athié Gallo se señala: “Es muy notoria la cuestionada elección de la nueva titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos la maestra Rosario Piedra Ibarra, le resta legitimidad a una institución ideada para defender a la sociedad de los abusos de poder del Estado, cuyas principales herramientas para llevar a cabo su tarea son la Pluralidad e Independencia, la Libertad de Criterio, la Autonomía de Gestión y el Apego Irrestricto a la Norma Constitucional”.
A final de cuentas, las abajo firmantes de la carta ya no tenían cabida para el nuevo proyecto en materia de Derechos Humanos a nivel nacional, para su infortunio, en esta etapa del partido-movimiento en el poder, les sobraba curriculum y academia. Y esos requisitos ya no son indispensables para el partido que encumbró a Piedra Ibarra.
La renuncia de las integrantes del Consejo Consultivo abre un frente opositor especializado en contra de Piedra Ibarra, incluso será parte de ese círculo rojo que comienza a convertirse en una voz crítica por las decisiones tomadas fuera de la legalidad. Aún así Morena puso a quien le da renta política.
Y es que cada una de las renunciantes trae grupos de crítica. María Ampudia González es una férrea defensora de la niñez y en estos momentos, los infantes enfermos de cáncer que han padecido por la escacez de medicamentos es un buen foco de atención. Además es presidenta de la fundación ¿Y quién habla por mí? especializada en la defensa de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes contando con más de 9 programas específicos, acciones de difusión, capacitación y de cabildeo legislativo en favor de la infancia.
Mariclaire Acosta Urquidi no sólo tiene conocimientos especializados en derechos humanos. También formó parte del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción. Justo cuando las obras de infraestructura necesitan más ojos puestos.
María Angélica Cuéllar Vázquez tiene una sólida carrera académica en la UNAM y sus líneas de investigación en ciencias Sociales también le dan una base de estudios críticos para la vigilancia de la CNDH.
Y María Olga Noriega Sáenz ha sido consultora en temas de trata, comisionada de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y catedrática.
La manera en que se exhibe a la CNDH la debilita, la arrastra al plano político y no de las víctimas. La primera oportunidad de Rosario Piedra es quitarse el estigma de ombusman de Morena y en segundo evitar que le estallen grupos opositores como al parecer están en ciernes.