Pueblos fantasmas, saldo de disputas entre cárteles
Pueblos fantasmas, saldo de disputas entre cárteles
Por Redacción QP
Pueblos fantasmas, saldo de disputas entre cárteles
Por Redacción QP
Familias abandonan las comunidades de Nicolás Bravo y Las Varas, en Chihuahua
La disputa entre los grupos armados al servicio de los cárteles de Juárez y de Sinaloa han provocado, desde hace un año, el desplazamiento de familias completas de las comunidades de Nicolás Bravo y Las Varas, en el municipio de Madera.
Esas dos localidades, ubicadas al oriente de Chihuahua, hoy son dos pueblos fantasma y se han transformado en trincheras de grupos criminales.
Don Abisail, de avanzada edad, relata que tras la irrupción de ese grupo criminal a su pueblo, los habitantes fueron expulsados.
“A unos los corren, a otros lo levantan y a otros les queman las casas y les dicen: ‘te vas’. Y al que no quiere, lo suben y lo desaparecen”, explicó.
Está solo en una banca de la plaza principal de Nicolás Bravo. Levanta la mirada y suelta: “Vean ustedes las calles, las que cruzan, y verán que no hay gente“.
Incluso, señala que el presidente del seccional y Pablo Granados, del Consejo de Administración de este pueblo, tuvieron que huir, amenazados por el crimen organizado. Aquí no hay policía municipal, y los estatales hacen vigilancia aleatoria.
A unos los corren, a otros lo levantan y a otros les queman las casas
A pregunta expresa, expone cómo es que se mueven los civiles armados: “Andan vestidos de sardos, de militares, pero no son militares; según la gente, son sicarios”.
Don Abisail describe que los criminales se pasean por las calles en sus camionetas y traen armas largas, como las de un militar.
Recuerda que no hace mucho la banda delincuencial comandada por Francisco Arvizu Márquez, “El Jaguar”, asesinó al encargado de la seguridad de esa localidad.
Cuenta que el crimen fue promovido por el grupo armado para atemorizar a los pocos pobladoresque aún quedan en Nicolás Bravo, quienes, dice, viven con mucho miedo.
“La mera verdad sí [tenemos miedo]. Antes de oscurecer ya están todos en las casas, a las seis, siete de la tarde”, expresa.
Reitera que debido a los enfrentamientos entre grupos rivales y al sometimiento de éstos, “familias completas, muchas se han salido para no ver tanta delincuencia, diríamos nosotros, tanta fregadera, tanto crimen”.
Para este habitante, la situación de violencia e inseguridad que han sembrado los cárteles por la disputa del territorio, ya no tiene solución y no cree que regrese la paz.
También Las Varas
En esa misma situación se encuentran los habitantes de Las Varas, donde todavía están las huellas del ataque al cuartel de la Policía Estatal y un enfrentamiento de cerca de 10 horas entre sicarios de “El Jaguar” y del grupo criminal La Línea.
El ataque a la comandancia policial fue el 24 de junio de 2018 y dejó un saldo de dos elementos asesinados a tiros, una patrulla calcinada y las instalaciones destruidas.
Ya nunca estamos tranquilos, nunca hay paz, siempre vivimos con miedo
A unos cuantos metros de la comandancia, los pobladores recuerdan ese atentado como si hubiera sido ayer. Una mujer que pidió no revelar su identidad, narró que su familia sufrió los minutos más infernales, ya que su vida y la de sus pequeños se podía acabar en cualquier instante.
“Ay, no, mucho miedo. Yo estaba cortando el cabello y empezamos a escuchar un helicóptero que rondaba el pueblo y al rato se oyeron unos disparos, pero no pensamos que fuera a ser tanto”.
Y agregó: “Al rato se vino con más intensidad; empezó bien feo, se escuchaba bien fuerte y los niños bien asustados. Nunca se nos va a olvidar ese 24 de junio
Narró que al escuchar los disparos, se ocultaron debajo de la cama y empezaron a rezar. Después de ese episodio de violencia que duró más de 30 minutos, las cosas no volvieron a ser iguales para ella y sus seres queridos.
“Es muy triste, porque nos afectó mucho a todo el pueblo. Los niños estaban muy asustados, no podían oír ningún ruido porque se tiraban al piso”, dijo.
Un kilómetro más adelante, hacia El Maderal,días después, se enfrentaron por casi 10 horas los grupos antagónicos de La Línea y Gente Nueva que arrojó un saldo de 20 presuntos sicarios muertos de ambos bandos.
Las evidencias recabadas en las investigaciones arrojaron que los grupos criminales utilizaron fusiles de asalto, granadas de fragmentación y Barrett calibre .50.
Ese hecho originó que aumentara el pánico entre los habitantes, que varias familias más dejaran sus hogares y huyeran. “Ya nunca estamos tranquilos, nunca hay paz, siempre vivimos con miedo, nunca se quita el miedo. Es algo que te queda yo creo”, sostuvo la habitante de ese lugar, ahora fantasma.
Con información de SUN