24 noviembre, 2024

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Moneda al aire
Por Israel Mendoza Pérez

Moneda al aire
Por Israel Mendoza Pérez 

La caída de Édgar Tenorio Juárez, presunto autor intelectual del robo a una sucursal de Casa de Moneda, ubicada en avenida Reforma en la CDMX, llevándose como botín 55 millones de pesos, se minimiza y se le da un trato de ladrón de “autopartes” y no como un presunto delincuente con información suficiente, capaz de vulnerar la seguridad, de una instalación federal.

Las instalaciones del gobierno deben entrar en un proceso de análisis de puntos débiles para evitar que la seguridad sea burlada. No sólo es generalizar los estándares de vigilancia sino que también ante embates de la naturaleza.

La gravedad del robo en Casa de Moneda exhibió de una manera burda que Jorge Andrés Raygoza Echegaray, director general de casa de Moneda, carece de personal profesional y certificado para llevar a cabo análisis de riesgo para mitigar casos como el del 6 de agosto pasado. Además de la clara fuga de información que se dio desde el interior de la sucursal para facilitar el robo.

En la actualidad, los bancos minimizan los riesgos de robo y reducen el monto de efectivo dentro de la bóveda. Además que en una sucursal de Casa de Moneda no hay “una alta demanda de centenarios y sus inventarios deberían tener ciertos valores no en exceso, por ello fue alta la cantidad de metales robados”, explica José Luis Calderón, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP)

En sus primeras declaraciones, Tenorio Juárez reveló un detalle relevante para iniciar la investigación y seguir el hilo conductor para dar con el paradero de los mil 500 centenarios y los diversos relojes sustraídos. La relación de tipo personal, y ahora de complicidad, con el vigilante de la bóveda deja al descubierto la ruptura de los protocolos de seguridad.

En este punto, José Luis Calderón añade que “es obvia la fuga de información, además de la falla en el esquema de seguridad, manejo de cerraduras y blindajes; así como alarmas y cámaras”.

Con la detención se conoce que Tenorio Juárez y sus cómplices tenían entre otros de sus objetivos robar la casa de empeño denominada “Monte de Piedad” ubica en calzada Ermita Iztapalapa, alcaldía Iztapalapa. Zona en la que operaba y perpetró otros asaltos de menor monto.

Este robo debe dejar claro que se deben homologar los criterios de seguridad en instalaciones fundamentales para el Estado Mexicano. Ya que hay sistemas obsoletos que facilitan la vulnerabilidad en casos de un ataque ya se por grupos radicales o robos como fue este caso.

“No hay una estrategia de cuidado para edificios gubernamentales como tampoco se han homologado los protocolos y se deben evitar las estrategias reactivas. A final de cuentas, la seguridad física de un inmueble debe contar con recursos humanos, físicos, tecnológicos; así como un equipo de análisis de riesgo”, detalla el especialista en seguridad privada José Luis Calderón.

Añade que lo que tampoco existe una certificación para los estrategas en seguridad física y ese debe ser uno de los puntos que se tienen que añadir a esta discusión y evitar que se vuelva a vulnerar una sucursal y evitar que una instalación estratégica sea atacada.

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