24 noviembre, 2024

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Morena y sus tribus
Por Israel Mendoza

Morena y sus tribus

Por Israel Mendoza

Hay señales al interior de Morena de choques internos, reagrupación entre proyectos afines de personalidades con liderzago, procedentes de otras exproesiones políticas, y la creación de corrientes internas, aunque por sus estatutos estos grupos internos están minimizados.

El fuerte interés por la renovación de la dirigencia morenista encabezada por Yeidckol Polevnsky tiene a las diferentes facciones del partido, a un paso de precipitar de la perredización del instituto político fundado por Andrés Manuel López Obrador.

Por el momento, Yeidckol Polevnsky, Bertha Luján y René Bejarano son quienes le dan rostro visible a los grupos de interés que orbitan en pos de la dirigencia del partido guinda y conforman corrientes de opinión.

El primer síntoma de degradación en el interior del instituto político es fisurar los estatutos. De acuerdo con el Capítulo 1 Artículo 2, punto “C” de sus normas, “la integración plenamente democrática de los órganos de dirección, en que la elección sea verdaderamente libre, auténtica y ajena a grupos o intereses de poder, corrientes o facciones”.

Sin embargo, la intención de Bertha Luján por contender por la presidencia del partido se debe a una alianza con Polevnsky Gurwitz para mantener la nomenklatura en manos de los cercanos al inquilino de Palacio. Además de contar con el respaldo de organizaciones sindicales aglutinadas en el Frente Auténtico de Trabajadores (FAT) de la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde Luján y recientemente Porfirio Muñoz Ledo quien le levantó el brazo y le dio su aval para la contienda interna.

Bajo esta estructura alianzas internas, el grupo perteneciente al primer círculo del Presidente ya tiene una candidata visible.

En tanto, Yeidckol Polevnsky hace los amarres necesarios para ver si se reelige o mantiene el apoyo a tras mano para Bertha Luján. Además mueve los hilos de la estructura de simpatizantes a través de René Bejarano quien sin estar de lleno en el partido juega un papel de “Pepe Grillo”. A través de su Movimiento Nacional por la Esperanza brinda apoyo a candidatos, opina sobre el Presidente y queda impune ante los estatutos por no pertenecer a las filas del partido.

A esta situación se suma que el partido no les marca límites a los candidatos, pues estos pueden hacer campaña y tener un cargo, lo que los hace pasar una campaña interna y tener recursos propios sin verse mermada su economía. Esto implica que Morena no es un partido moderno. Es un instituto político marcado por su pasado priísta y perredista.

En su necesidad por convertirse en un partido en el poder, la estructura de Morena adoptó a los políticos más disímbolos e incompatibles entre ellos. Por esa situación comienzan a emerger las corrientes políticas. Un ejemplo de los conspicuos políticos que encajaron a la fuerza en la estructura de Morena se encuentran el senador Armando Guardiana Tijerina, y Reyes Flores Hurtado, el súper delegado federal quienes no pertenecen a Morena. Ni siquiera se encuentran afiliados. Pero forman parte de ese núcleo de poder formado y permitido por Yeidckol Polevnsky para conservar lo ganado en las urnas y al interior del partido que le dictan como manejar.

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