Miles de personas extranjeras esperan en México en su trayecto a Estados Unidos. Muchos tienen suerte de encontrar un techo, una colchoneta o la seguridad de un grupo. Otros prefieren evitar ser sorprendidos y viajan por su cuenta. Mientras esperan respuesta a sus solicitudes de asilo en el Norte del país, otros migrantes aprovechan para generar recursos. En el Sur, la travesía apenas comienza para centroamericanos que recién ingresaron; aprovechan los albergues dispersos que les abren las puertas y los apoyan con lo que tienen. Los viajeros no necesitan mucho, viajan ligero. Pero la reciente política migratoria mexicana los obliga a un trámite de regularización más largo y ahora se ven estancados en refugios de Chiapas. Y mientras los migrantes esperan, organizaciones nacionales e internacionales se reunieron ayer para llevar a cabo el evento “Refugiadxs por un día”, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre el tema migratorio. La premura por visibilizarlos se hace obligada con las necesidades humanitarias, ayer las autoridades mexicanas detectaron a más de 200 embarazadas entre los migrantes que entraron en los últimos cuatro meses a México por la frontera Sur.