El Conacyt derrocha 15 MDP en comida gourmet
El Conacyt derrocha 15 MDP en comida gourmet
Por Redacción QP
El Conacyt derrocha 15 MDP en comida gourmet
Por Redacción QP
A pesar de las medidas de austeridad promovidas por el Presidente, el organismo contrata un servicio de alimentos con chef privado para al menos 120 trabajadores
La austeridad republicana de la Cuarta Transformación no se cumple en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en donde sus funcionarios prefieren servirse con cuchara grande salmón, crema de aguacate, arroz silvestre, vinagre de manzana orgánico como aderezo y pay de frutos rojos, entre otros platillos gourmet que se sirven diariamente en la oficina central de este organismo, desde el 22 de abril de este año.
A pesar de las medidas de austeridad que tanto ha promovido el Presidente Andres Manuel López Obrador, el Conacyt pagó 15 millones 78 mil 457 pesos por un generoso servicio de comedor institucional que cuenta con chef privado, saloneros y hasta un nutriólogo que supervisa y diseña los menús para que los comensales no corran el riesgo de perder la figura. Mientras esto ocurre en el edificio de Insurgentes Sur, algunos Centros Públicos de Investigación batallan por conseguir recursos para liquidar servicios elementales como la luz.
De acuerdo con el expediente de contrato 1890904 de la plataforma del gobierno CompraNet, el Conacyt, a cargo de la doctora María Elena Álvarez-Buylla, contrató a la empresa Pigudi Gastronómico S.A de C.V para que, del 22 abril al 31 diciembre de 2019, cocine desayunos y comidas, en su mayoría orgánicos y bajo en grasas, para un mínimo de 120 trabajadores de lunes a viernes. La licitación fue pública nacional pero sólo Pigudi completó el proceso. No es la primera vez que esta empresa es contratada por el Gobierno, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto fue el proveedor consentido, remunerado por 25 millones de pesos.
En la sede de Conacyt no ingiere cualquier refrigerio, en los términos de referencia del contrato, que se pude consultar públicamente, se exige al proveedor que los platillos deben de realizarse exclusivamente con “productos orgánicos y/o campesinos agroecológicos sin tóxicos, de alta calidad y ser adquiridos por productores agrícolas de la región”, se lee en el documento. Además, aclara que, como sus “servidores públicos tienen diferentes gustos y hábitos alimenticios; por ello es indispensable ofrecer un menú […] variado y suficiente, que sea higiénico, equilibrado e inocuo”.
El organismo que dirige Álvarez-Buylla se preocupa por fomentar la salud y buena alimentación de la burocracia de Conacyt, por ello solicitó a su proveedor: “la dieta deberá ser equilibrada y cubrir de 700 a 1000 Kcal por día”. “Es indispensable que los menús estén avalados por un nutriólogo. También se requiere de un Chef encargado de la preparación diaria de los alimentos, así como de un supervisor quien será responsable del manejo higiénico de alimentos”, se lee en la página 44 de la convocatoria de licitación. Y por si los protocolos de salubridad fallaran, Pigudi Gastronómico está obligado a realizar cada tres meses análisis bacteriológicos de los alimentos preparados para certificar su calidad.
Un restaurante fifí
El comedor abre sus puertas a las 7:30 horas para proporcionar desayunos que incluyen café, té o café con leche que debe ser estrictamente “de almendras o de vaca orgánica”; jugo verde y jugo de frutas 100% natural ya sea de naranja, mandarina, toronja o papaya; y como plato fuerte se puede elegir entre huevos al gusto, chilaquiles, tlacoyos, nopal asado con queso y quesadillas con hongos.
“Por ningún motivo se permitirá (al proveedor) que los alimentos procesados sobrantes se sirvan en otra comida o se utilicen como insumos para elaborar otros platillos o bebidas. La programación mensual de menús no deberá de ser repetitiva por lo menos en ciclos bimestrales”, especifican en la convocatoria.
La existencia de este comedor, que cuenta con cocina industrial, almacén, cámaras frías, campana extractora, estufas, y planchas, se da en plena reestructuración financiera de Conacyt, donde la directora ha reiterado que es indispensable reducir los gastos superfluos como el parque vehicular o la contratación de servicios privados, como lo fue la Agencia Informativa. Sin embargo, demandó al proveedor instalar “al menos 25 mesas rústicas, con 6 sillas cada una”.
Además, el esmero de la dirección de Conacyt no sólo radica en la preparación gourmet sino en cómo se sirven las colaciones, por ello pidió que fueran en “charolas trapezoidales de plástico o fibra de vidrio en color azul, loza no plástica de porcelana o material equivalente, cubiertos de metal, cristalería, tazas para café y saleros”.
En Conacyt saben bien que los ingredientes son la clave para lograr un buen sazón, por ello exigió en la Lista de Requerimientos para los Insumos: cárnicos de primera calidad; cerdo (sólo una vez por mes y orgánico); pescado como salmón, huachinango, robalo; pollo orgánico; arroz silvestre o integral; cereales enteros orgánicos; mostaza de Dijon natural; extracto de vainilla natural; café de grano orgánico de productores campesinos; tortillas de maíz nixtamalizado criollo y tlacoyos de productores campesinos sin transgénicos y sin glifosato.
La comida se sirve a partir de las 13 horas y, como es tradición, incluye tres tiempos, además de “agua fresca con jengibre o chía, barra de verduras y frutas, aderezos, salsa (hay dos opciones), chile piquín y rajas”, establecen en la página 53 del documento. Y por si algún comensal aún le sobra un espacio en el estómago, puede disfrutar de “un postre elaborado con fruta natural” pero sin azúcar, entre las sugerencias: “flan napolitano, crepas, fresas con crema, nieve, arroz con leche de almendras, pay de frutos rojos, pastel de elote y de zanahoria”. Aunque predominan los platillos “orgánicos”, también hay espacio para el pozole, el lomo de cerdo, pollo tipo Kentucky, tacos de barbacoa, cochinita pibil y hasta romeritos.
Si algún comensal no ingiere carne, no hay problema, el nuevo Conacyt es inclusivo y plural, por ello se pidió que “debe considerarse la disponibilidad de un menú vegetariano diario para 30 comensales. Presentar en su propuesta técnica 10 ensaladas diferentes para considerarlas como alternativas de intercambio, respetando el total de tres ensaladas por día; siempre contar con aceite de oliva y vinagre de manzana como opción de aderezo. Todos los días debe haber opciones sin lácteos y pan de centeno o tortillas para los que no pueden comer gluten”, especificaron como Notas Importantes de la convocatoria.
Otros de los inflexibles requerimientos que pide Conacyt son la prohibición de alimentos enlatados y el uso de puré de tomate. “No se autoriza en ningún caso el empleo de huevo en polvo. Evitar por completo el uso de cualquier alimento con jarabe de alta fructosa de maíz o de glutamato monosódico. El sabor debe adquiriese con el buen sazón usando ajo, cebolla y otros condimentos naturales”, señalan.
En plena campaña de austeridad
La austeridad republicana se ha convertido en la insignia del gobierno de López Obrador. En sus conferencias de prensa, ha enfatizado que se erradicarían los lujos y gastos superfluos: 218 vehículos del Estado Mayor se pusieron a la venta y el Presidente optó por desplazarse en vuelos comerciales.
El Presupuesto de Egresos de la Federación instruyó un recorte presupuestal de 12% -cerca de 3 mil millones de pesos- al Conacyt y la directora, Álvarez-Buylla, justificó la disminución de recursos prometiendo que “harían más con menos”. Sin embargo, al inicio de su administración se postergaron apoyos a sociedades y academias científicas.
Históricamente, Conacyt apoyaba a las academias científicas del país con el “Programa de Actividades Científicas, Tecnológicas y de Innovación” que les permitía realizar olimpiadas, talleres, programas de investigación y concursos académicos pero la nueva dirección optó por no lanzar este apoyo.
Debido a estas acciones la Academia Mexicana de Ciencias se vio obligada a suspender sus programas durante el primer trimestre, pues no contaban con los recursos necesarios para operar. La situación era muy similar para otras organizaciones como la Academia de Ingeniería, la Sociedad Mexicana de Física, así como la Sociedad Mexicana de Matemáticas (SMM).
En redes sociales, se ha viralizado la situación precaria de la Sociedad Mexicana de Matemáticas que, por falta de recursos, no podía llevar a ocho estudiantes a participar en la International Mathematics Competition que se celebrará en Sudáfrica, en agosto. El presupuesto anual que requiere la SMM para solventar sus actividades es de cuatro millones 500 mil pesos, que no representa ni la tercera parte de lo que Conacyt pagó por este servicio.
El pasado viernes, el cineasta Guillermo del Toro se comprometió a cubrir los pasajes aéreos del equipo mexicano. Ahora, las celebridades del cine resuelven las crisis por la falta de apoyo a los programas de las actividades científicas educativas, mientras que en Conacyt disfrutan de salmón fresco por la mañana.