La Fórmula Uno rendirá homenaje a la recién fallecida leyenda del automovilismo, Niki Lauda, mañana, en el marco del Gran Premio de Mónaco.

El tricampeón murió el lunes pasado, menos de un año después de haber sido sometido a un trasplante de pulmón. Tenía 70 años. El piloto austriaco conquistó dos de sus tres títulos de la F1 tras su regreso de un espeluznante choque que lo dejó al borde de la muerte dentro de un monoplaza en llamas en el Gran Premio de Alemania en 1976.

Un minuto de silencio será guardado con los 20 pilotos en la parrilla y con colegas de Lauda portando una gorra roja a manera de tributo.

Lauda, quien terminó con una cicatriz de por vida y perdió capacidad auditiva en el oído derecho casi en su totalidad a causa del accidente, destacó en el paddock en años recientes por su característica gorra roja.

Ganó 25 carreras, incluyendo dos en Mónaco, y los aficionados que sigan el Gran Premio de mañana podrán realizar sus propios homenajes.

“Ellos pueden ya sea usar una gorra roja, mostrar un mensaje en una pancarta o simplemente aplaudir”, señaló la F1 en un comunicado ayer. “Quienes sigan la carrera desde los yates en el puerto podrán sonar sus bocinas, cualquier cosa adecuada para rendir homenaje a uno de los verdaderos héroes del deporte”.

En los últimos años, Lauda trabajó como presidente no ejecutivo en Mercedes al lado del presidente de carreras, Toto Wolff.

Ambos se hicieron grandes amigos y Wolff rindió un emotivo homenaje.

Lauda jugó un papel crucial al persuadir a Lewis Hamilton para unirse a Mercedes en 2013, después que el piloto británico salió de McLaren.

Hamilton ha ganado cuatro de sus cinco títulos bajo la dirección de Lauda y Wolff, y Mercedes ha monopolizado cada campeonato para pilotos y escuderías desde 2014.