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11 May, 2019Deshielo de la democracia
Por Mouris Salloum George
Director General del Club de Periodistas de México AC
Parece ser que 2019, es el año del deshielo de la democracia en México.
Desde 1982, nunca se había visto a tantos actores en escena, ejerciendo la Libertad de Expresión y de manifestación, como ahora.
El tema nos remite a las presidencias de Luis Echeverría y de José López Portillo.
En ese periodo, vimos un fenómeno inédito: Las grandes cúpulas patronales incorporaron a sus directorios nacionales Gerencias de Ideología.
En ambos sexenios se dio la ruptura entre el poder empresarial y poder presidencial.
El poder económico privado, disimulando su fobia contra el gobierno, invocó la figura del Estado. Una especie de proclama fue: El Estado somos todos.
Todos unidos contra la rectoría del Estado (TUCRE)
El fin del gancho propagandístico fue cuestionar la rectoría estatal de la economía y darle soporte a la afirmación de que la superestructura de la sociedad organizada había sido secuestrada por la nomenclatura priista, a la que se le pusieron los adjetivos, socialista, comunistoide y totalitaria.
En los dos sexenios siguientes, la consigna tecnocrática transformadora fue: Menos Estado, más sociedad. El PRI se plegó mansamente al mandato.
Fue la ruta por la que, en menos de una década, pasamos del populismo de izquierdas al populismo de derechas. Mágicamente, el Gran Leviatán ya no fue satanizado, sino alabado.
Y cómo no: El patrimonio nacional productivo, con su deformación especulativa, fue transferido, en algunos casos gratuitamente, y aun con costo a los contribuyentes cautivos, a manos privadas, con dominio del capital extranjero.
La globalización se puso de fiesta: Crecimos, sobre todo hacia afuera, para pagar, no para financiar el desarrollo. Para especular, no para producir.
El Estado neoliberal está siendo ahora amenazado: La democracia sale a las calles y las plazas públicas, no para cuestionar el neoliberalismo, sino para asfixiar al nuevo gobierno que pretende desmontarlo. Grave cuestión.
