Sobre el filo de la navaja

Por Mouris Salloum George
Director General del Club de Periodistas de México AC

Matar un presidente latinoamericano y desencadenar guerras civiles en la región.

La operación imperial fue diseñada por El Pentágono, con la mira puesta en Raúl Castro (Cuba), Daniel Ortega (Nicaragua) o Nicolás Maduro (Venezuela). Quién sabe si en Evo Morales (Bolivia).

La siniestra conjura fue denunciada hace meses en nuestras ediciones de Voces del Periodista.

Las procaces coartadas de la CIA

Castro entregó hace un año el mando de la Revolución cubana a Daniel Díaz-Canel.

Igual, CIA alega que Cuba tiene a más de 20 mil soldados en Venezuela, camuflados como brigadas médicas, agrimensores, alfabetizadores, etcétera.

Es la coartada que el jefe del Departamento de Estado, Mike Pompeo le dio a Donald Trump para extremar el embargo económico a Cuba e imponer sanciones más duras contra el gobierno bolivarianode Venezuela.

El criminal proceso injerencista, es típico de la militarización de la Política Exterior de Washington desde 2001, mitigada por Barack Obama, pero reciclada por Trump, al que la diplomacia le importa menos que un comino.

Es en ese perverso marco en el que la Casa Blanca intentó consumar esta semana el golpe Estado en el Palacio de Miraflores, residencia del poder presidencial.

Pompeo, fallida la algarada del 30 de abril, exige al gobierno de Vladimir Putin disuadir a Cuba de que retire sus “efectivos” de territorio venezolano.

A decir verdad, Pompeo no tiene más aliado continental en su estrategia interventora que el Grupo de Lima, sonsacado por el secretario general de la OEA, Luis Almagro.

La Unión Europea ha pintado su raya desde que el Departamento de Estado se sacó de la manga la Ley Helms-Burton y amenaza con aplicar la Ley del Talión: Ojo por ojo…

Como sea, Pompeo sigue sacudiendo el petate del muerto de la ocupación militar, por encima del Consejo de Seguridad de la ONU.

México transita en el filo de la navaja de la pretensión de Trump de lograr su reelección a un segundo mandato en 2020.

De eso se trata toda la histeria y la sicosis en la que Trump ha metido a sus compatriotas. No tendremos paz hasta después del primer martes del próximo año. Si bien nos va. Grave asunto.