Alfonso Bouzas y Juan Luis Hernández Avendaño concuerdan en que el bono democrático, con el que López Obrador llegó al poder, le permitirá deshacerse de liderazgos corruptos y propiciará nuevos cuadros sindicales.

“Definitivamente yo pienso que es una gran oportunidad de investigar el enriquecimiento ilícito que muy probablemente todos los liderazgos tienen- […] Al mismo tiempo es una buena oportunidad para que las bases de esos sindicatos se deslinden de las élites sindicales corruptas que siguen sostenidas por el gobierno en muchos años”, añade Hernández Avendaño.

Alfonso Bouzas explica que las reformas laborales en proceso -impulsadas por Enrique Peña Nieto-, se van a reglamentar en los próximos meses y podrían ser un un golpe al corporativismo, pues recordó que el nuevo Congreso de la Unión tendrá mayoría de Morena.

“Yo creo que Romero Deschamps va a buscar la manera de salir corriendo del país, que Ayala quizá les quiera vender las miles de su fuerza burocrática, pero finalmente yo no creo que logren.”

Contraria es la opinión de Maximiliano García Guzman, quien reitera que la mayoría de los liderazgos, sobre todo los que ya están listos para ocupar un puesto de elección popular, seguirán igual porque -explica- si bien ya no son aparatos representativos de los derechos obreros y de trabajadores, aún tienen capacidad de alterar el curso normal de la vida publica.

“Quizá para dar el mensaje de que si se ha abordado el tema sindical pueda haber un relevo de líderes sindicales pero yo creo que serían los menos y en un ambiente muy estable, que no cause ningún conflicto. Pero cambios sustanciales sobre dirigencias, de cómo se organizan, su vida democrática interna, cómo se realizan los procesos de inscripción de agremiados, me parece que eso va a seguir estable en los próximos años”, puntualizó.

Con información de Dulce Olvera