Debilitados, pero útiles al poder, los sindicatos que sirvieron a PRI y PAN tienen un futuro incierto
Por Redacción QP
El camino para las organizaciones y sindicatos del sector obrero, campesino y popular, adheridas por décadas al Partido Revolucionario Institucional, se observa hoy sinuoso y oscuro frente a la tercera alternancia partidista en México, ahora comandada por quien será el primer Presidente de izquierda en la historia: Andrés Manuel López Obrador.
Para los especialistas consultados por SinEmbargo estas estructuras sindicales tienen una gran capacidad de adaptación y no dudarán en usarla ante el nuevo Gobierno federal. Sin embargo, también coinciden que con la debacle del PRI sus líderes y agremiados quedaron seriamente debilitados. Esto abre la incógnita de si su habilidad camaleónica servirá para perpetuarse y seguir usando a los trabajadores en México como moneda de cambio ante el Presidente y el partido en el poder.
El futuro para las organizaciones y sindicatosdel sector obrero, campesino y popular, que por décadas tejieron redes de votos que canjearon por cargos públicos y dinero con los gobiernos de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) en detrimento de los trabajadores, hoy se torna brumoso frente a un nuevo partido en el poder y una posible modificación del régimen de prebendas, coincidieron especialistas consultados.
El 30 de diciembre de 2017, en la antesala de la selección de candidatos presidenciales y de cara a la campaña de 2018, el diario británico Financial Times publicó que José Antonio Meade Kuribreña sería el candidato victorioso en la elección presidencial del 1 de julio “porque estará respaldado por la formidable maquinaria electoral del PRI”.
El influyente diario económico y financiero se refería a la estructura corporativa y específicamente a los sindicatos creados por el mismo PRI hace décadas, y que le permitirían garantizar a Meade Kuribeña el 30 por ciento de los votos necesarios para ganar.
Pero “la formidable maquinaria” se atascó y dejó a Meade en un lejano tercer lugar, frente al “tsunami AMLO” que fue provocado por una marea de millones de votos contra el Gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto, el tricolor y la corrupción que representan, dicho por diversos analistas políticos.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), institución política que creó, arropó e impulsó a los sindicatos, ya no tiene nada que ofrecerles ante su abismal caída en las elecciones del pasado 1 de julio. En tanto que el ganador de la contienda electoral, Andrés Manuel López Obrador, de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), ha prometido impulsar las modificaciones necesarias para una verdadera democracia sindical y exterminar el “caciquismo”.
Los expertos explican que estas estructuras sindicales tienen una gran capacidad de adaptación y no dudarán en hacer gala de ella en esta tercera alternancia partidista. Pero la pregunta es si su capacidad camaleónica les será efectiva en esta ocasión. Al respecto hay opiniones encontradas.
Para algunos politólogos, como Juan Luis Hernández Avendaño, Director del Departamento de Ciencias Sociales de la Ibero Puebla, y Alfonso Bouzas Ortiz, investigador en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), creen que no funcionará el ofrecimiento que puedan realizar los sindicatos al Gobierno federal entrante y que el país tendrá una oportunidad para resquebrajar los liderazgos corruptos y propiciar una transformación en sus estructuras.
Para otros analistas políticos, como Maximiliano García Guzmán, especialista en Gobierno y Asuntos Públicos de la UNAM, las asociaciones sindicales nuevamente se adaptarán, lograrán un entendimiento con Presidente electo y, aunque prevé cambios superficiales, considera que estas organizaciones conservarán su sistema tradicional.
LA MAQUINARIA CORPORATIVA DEL PRI
La Confederación de Trabajadores de México (CTM), el sindicato obrero más grande del país, la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y laConfederación Nacional Campesina, (CNC) son organizaciones históricamente priistas que agrupan a millones de trabajadores y que tienen líderes ampliamente señalados por corrupción y por su capacidad de lucrar con los votos de sus agremiados.
“Cuando hablamos del régimen del priiato, tenemos que hablar del régimen corporativo y clientelar en el que estas organizaciones son fundamentales, porque durante décadas tuvieron el control político y ayudaron al PRI a tener el poder”, expone el politólogo Juan Luis Hernández Avendaño.
La estructura del sindicalismo corporativo en México creció a la par del Revolucionario Institucional en la década de los 40 y esa “complicidad” se ha mantenido, ha explicado en diversas entrevistas Martín Moreno, periodista y autor del libro “Los demonios del sindicalismo”.
Maximiliano García, analista político de la UNAM, sostiene que estos organismos sindicales eran parte “del aceite que hacía funcionar la maquinaria gubernamental” del PRI, en lugar de ser un actor de contrapeso u oposición.
Un sindicato, destaca el especialista, debe jugar un papel fundamental para que la clase trabajadora pueda tener ciertas protecciones y garantías frente a la clase empresarial. Sin embargo, “ese papel fue abandonado por el sindicalismo mexicano desde hace mucho tiempo, precisamente a partir de la complicidad entre Gobierno y los actores sindicales”.
La Confederación de Trabajadores de México (CTM), con más de 82 años de creación, aglutina al menos 4 millones de trabajadores en 32 federaciones estatales y regionales, así como cientos de sindicatos nacionales y de industria. Desde los primeros líderes, Vicente Lombardo y Fidel Velázquez Sánchez, se volvió clave en el régimen corporativista del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Carlos Aceves del Olmo es el dirigente nacional de la CTM desde enero de 2016. Asumió la dirigencia nacional tras el fallecimiento de Joaquín Gamboa Pascoe. Aceves del Olmo ha sido tres veces Diputado federal y dos veces Senador, siempre en representación del Revolucionario Institucional.
Dentro de la estructura del PRI, ha desempeñado los cargos de Subsecretario de Gestión Social, Coordinador Operativo del Sector Obrero del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Delegado en diferentes entidades del país y Secretario Adjunto de la Presidencia del CEN.
Actualmente también es integrante de la Asamblea General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) e integrante del Consejo de Administración del Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit).
La CTM contribuyó a la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social y del Infonavit, instancias que también tienen sus sindicatos y que lideran Manuel Vallejo Barragán y Rafael Rivapalacio Pontones, respectivamente.
Entre los sindicatos que agrupa la Confederación de Trabajadores de México están el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM) con 45 mil agremiados y liderado por Víctor Flores Morales; también el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), con 75 mil miembros y dirigidos por Víctor Fuentes del Villar, dos líderes que, además, tienen inscritas ante la Procuraduría General de la República (PGR) demandas penales por enriquecimiento ilícito.
LA MANO DURA DEL FERROCARRILERO
En mayo pasado, por ejemplo, trabajadores del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM) denunciaron a su líder Víctor Flores Morales por retenerles el pago de bonos desde 2014.
El secretario general de la Sección 31, con sede en Chihuahua, Benito Bueno Rentería, solicitó la intervención inmediata y urgente del Secretario del Trabajo, Roberto Campa Cifrián, con el propósito de que 265 trabajadores sindicalizados reciban el pago de su bono de productividad que les fue suspendido por órdenes de Víctor Flores.
Los trabajadores ferrocarrileros también solicitaron a la Procuraduría General de la República dar curso a las denuncias presentadas por diversos trabajadores sindicalizados en contra de Flores Morales por agresiones físicas, hostigamiento y represión por expresar su inconformidad ante las acciones impunes del dirigente nacional ferrocarrilero.
Víctor Félix Flores es uno de los brazos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero durante mucho tiempo se mantuvo cerca de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa cuando ambos fueron presidentes, lo mismo que hicieron Carlos Romero Deschamps y Elba Esther Gordillo.
Y como todos los líderes de los sindicatos priistas, ha sido legislador varias veces por ese partido que, para las elecciones presidenciales de 2018, postula a José Antonio Meade Kuribreña.
El dirigente es es fan del automovilismo y contrata edecanes para los eventos que encabeza.
Otra vetusta organización es la Confederación Nacional Campesina (CNC), que está por cumplir 80 años. Esta corporación, fundada el 28 de agosto de 1938, es dirigida por el Senador Ismael Hernández Deras. El próximo 19 de agosto celebrarán elecciones internas y ya se aprobó el registro Hernández Deras, quien busca reelegirse.
Políticos priistas como Maximiliano Silerio Esparza, la ex líder nacional del tricolor Beatriz Paredes Rangel, Cruz López Aguilar y Gerardo Sánchez García han encabezado esta estructura que se compone de al menos 2 mil 317 comités municipales en la República.
La Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) fue fundada el 28 de febrero de 1942 en Guadalajara, Jalisco, “con el propósito de incorporar a estos grupos sociales dentro de uno de los sectores del PRI”, plantea en su portal.
Su líder actual es el también Senador Arturo Zamora Jiménez, quien al igual que Ismael Hernández, de la CNC, no ha hecho pública su declaración patrimonial.