El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Ricardo Monreal, celebró que se abra la discusión sobre la eventual legalización del cultivo de amapola.

Durante la inauguración del foro sobre dicha materia, convocado por el senador del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Manuel Añorve, y el Instituto Belisario Domínguez del Senado, el también coordinador de Morena advirtió que en este caso se debe legislar sin mitos ni tabúes; y convocó a abordar el tema de manera plural, integral y directa.

En su oportunidad, Añorve Baños advirtió que, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en México hay 30 mil hectáreas cultivadas con amapola, las cuales caen en el terreno de la ilegalidad.

Al respecto, el coordinador de los senadores del PRI, Miguel Ángel Osorio Chong, advirtió que la discusión sobre el cultivo de la amapola se debe abordar con precaución, porque se trata de una planta de la que pueden obtenerse varias drogas.

Además, en el sur de Estados Unidos, con la despenalización del consumo de la mariguana, ha aumentado el uso como inicio para otras drogas y ha crecido el número de muertes por el consumo de drogas más nocivas, muchas de ellas derivadas de la amapola.

Por lo anterior, recomendó cuidar la discusión, escuchar a todos y, en particular, a quienes en estados como Oaxaca y Guerrero viven las consecuencias de que ese cultivo se encuentre en la ilegalidad.

Mientras que el coordinador de los senadores del Partido Acción Nacional (PAN), Mauricio Kuri, ofreció la disposición de su partido a escuchar y resolver lo mejor para los mexicanos, y respaldó la propuesta del coordinador de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, de analizar el tema con mucho cuidado.

En su momento, Steve Rolles, de la organización británica “Tansforming Drugs”, destacó que legalizar el cultivo de amapola garantiza que el negocio deje de estar en manos de la delincuencia organizada para pasar a manos de compañías legales que pagan impuestos.

Por mucho, el mercado en el mundo está controlado por Afganistán, que es el país que más produce y vende, aunque en la ilegalidad.

Por el contrario, experiencias como la de India o Turquía, demuestran que los mismos productores (incluso en niveles micro), pueden pasar a la legalidad sin mayores problemas.

La clave está en contar con una agencia nacional que controle la producción, el mercado y la exportación e importación, y que se sigan los estándares internacionales que no son difíciles de conseguir, aseveró Rolles.